Como hemos visto en domingos anteriores, el casco histórico de Salamanca ha cambiado su fisonomía en numerosas ocasiones con el paso de los siglos. Modificaciones urbanísticas que hacían desaparecer calles, surgir nuevas, unir otras, pero hay trayectos que han permanecido invariables. Es el caso de la calle del Rosario.
 
Esta vía une actualmente el final de la Gran Vía con el paseo de Canalejas, un pasillo entre templos y colegios que ya aparece en los planos que aún se conservan de la Edad Media. A su izquierda, el colegio de San Ildefonso, del año 1606, y la iglesia de Santo Tomás Cantuariense, de 1175, una de las más antiguas de la ciudad. A su derecha, el colegio de Calatrava, iniciado en 1717, y el convento de San Esteban, comenzado a construir en el año 1255.
 
Tan sólo se echa en falta en esta calle el edificio que precisamente le da nombre, el hospital de Nuestra Señora del Rosario, fundado en 1327. En su recuerdo se creó en la iglesia de Dominicos una capilla dedicada a esta virgen y rosas dicen que por cientos hay en el jardín del convento, que en un futuro cercano se abrirá para disfrute de todos los salmantinos.

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