Entre los factores causantes del absentismo, institucionales, socioeconómicos, condiciones laborales y tipo de empresa, los expertos coinciden en señalar que uno de los más importantes es el institucional, entendido como el marco que establece la cuantía de las prestaciones en situaciones de baja y las facilidades de tramitación. Numerosos autores afirman que el absentismo es superior en aquellos países en los que la cobertura por enfermedad es más generosa y/o se obtiene con más facilidad.
Respecto al impacto potencial de otras variables (seguros médicos privados, educación superior, nivel de desempleo o compensación salarial pública), los datos sugieren que el absentismo es más alto en aquellos países en los que la protección social es superior. Por sectores, la tasa de absentismo de 2010, según la ECL, es del 4,9% en Industria (5,5% en 2009), del 3,8% en Servicios (4% en 2009) y del 3% en Construcción (2,9% en 2009). El mayor incremento relativo de los últimos años se registra en el sector Construcción, con un crecimiento del 43% entre 2003 (2,1%) y 2010 (3%). La tasa de absentismo por incapacidad temporal se reduce entre 2008 y 2010, especialmente en los sectores Industria y Servicios, mientras que permanece estable en Construcción.
Menos bajas por incapacidad temporal
La crisis económica que sufrimos desde 2008, ha provocado una mayor presencia de los empleados en su puesto de trabajo, tanto porque se reducen las bajas por incapacidad temporal como porque disminuyen las horas de vacaciones y festivos, siendo esto último lo que más ha pesado en el cómputo global de 2010. Los datos trimestrales (hasta el tercer trimestre) de las encuestas ECL, ETCL y EPA, anticipan que a lo largo de 2011 se mantendrá la misma línea que en 2010.
Además, es destacable que el absentismo por incapacidad temporal presenta diferentes patrones en función de cuál sea la entidad gestora que da el servicio de cobertura y control en las bajas por incapacidad temporal (INSS o Mutuas de Accidentes de Trabajo). Así, la duración media de los procesos de incapacidad temporal en 2010 fue de 48,1 para aquellos gestionados por el INSS, y de 35,7 en el caso de las mutuas. Una mejora en la gestión de los primeros generaría un ahorro a la Seguridad Social, que se podría traspasar, en parte o en todo, a las empresas en forma de menores cotizaciones.