Un ejercicio más el transporte de mercancías se ha comportado como un termómetro de la situación económica de la Comunidad. La contracción del 1,2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León en 2012 se tradujo en una reducción del 23,3 por ciento de las toneladas transportadas por carretera en la Comunidad, donde el 95 por ciento de los tráficos se realizan a través de la red viaria, ya que ni los cuatro aeropuertos, ni la red de ferrocarril, absorben una gran cantidad de estos flujos.
El frenazo dado por la economía de Castilla y León el pasado año hizo que el tráfico de mercancías se quedara en los 129,9 millones de toneladas, unos 40 millones menos que en 2011. En ese ejercicio, el crecimiento del 1,3 por ciento del PIB autonómico le dio un pequeño respiro al sector, tras tres años consecutivos de caídas en la actividad, registrando un volumen de tráficos de 169,3 millones de toneladas, es decir, 10.000 más que un año antes, cuando se registró la cifra de 159,3. El espejismo de 2011 se esfumó como el crecimiento económico el pasado año, cuando el sector sufrió uno de los varapalos más duros desde que la economía enfilara la crisis. Por tanto, no consiguió mantener el tirón y el tráfico de mercancías cayó un 23,3 por ciento, por encima de la rebaja de 2008, que fue del 7,8 por ciento, y de las de 2009 y 2010, con recortes del 15 por ciento. Por ello, el registro fue el más bajo de la serie histórica que elabora el Ministerio de Fomento desde el año 2002.
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