El Gobierno subirá este año el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), pero mientras ya se conoce el qué, el quién y el dónde, aún faltan por resolver las dos principales incógnitas: cómo y sobre todo cúando. La postura oficial del Ministerio de Hacienda durante los últimos días es que, en todo caso, seguirán existiendo los tipos reducidos, que suponen entre el 65 y 70 por ciento del gasto de un hogar.
 
Ante la ausencia de noticias, algunos expertos pronostican que se producirán alzas en los tres tramos, otros esperan trasvases de productos de unos tramos a otros, y hay quien vaticina las dos cosas. De hecho, muchos sectores se preparan para encajar un alza de dos puntos en el tipo máximo, subiría al 20 por ciento-,y hasta de tres puntos, llegando al 21 por ciento, que es un porcentaje más en la línea europea.
 
Tal y como certifica un estudio de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), si el Gobierno subiera dos puntos los tipos normal y reducido, podría aumentar los ingresos por IVA en más de 4.000 millones. Según dichas proyecciones, un alza de dos puntos en el tipo reducido le reportaría a Hacienda 1.506 millones extras, mientras que, al incrementar el tramo general, ingresaría otros 2.515 millones.
 
Según denuncian varios sectores económicos, subir el IVA no sólo golpeará los ingresos turísticos y hosteleros, sino que provocará un encarecimiento de productos de primera necesidad, lo que retraerá el consumo. Basándose en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), explican que el 14 por ciento del gasto anual de un hogar se usa en comprar comida, mientras un 20 por ciento va a la vivienda y casi un 10 por ciento se gasta en bares y restaurantes. Todos ellos, productos que tributan al tipo super reducido del 4 por ciento o al reducido del 8 por ciento. De esta forma, los detractores de ensanchar la base del IVA advierten de que 6 de cada 10 euros que gasta una familia son para bienes gravados a tipos reducidos.
 
Al respecto, un estudio de la Universidad Antonio de Nebrija prevé una caída aproximada de entre el 6 y el 8 por ciento del total del consumo. También alerta sobre una importante pérdida de competitividad de los servicios y productos turísticos españoles, ya que cerca del 30 por ciento de la producción del sector hostelero la compra el turismo.
 
Menos recaudación en el primer trimestre
 
La recaudación de la Agencia Estatal Tributaria en Castilla y León durante el primer trimestre del año se situó en torno a los 110 millones de euros, lo que supone un descenso respecto al mismo periodo de 2011. La pérdida de tejido productivo y empleo y la merma del consumo explican este descenso.
 
En concreto y según los datos que maneja la AET, el Impuesto de Sociedades aumentó un 44 por ciento en la provincia de Salamanca, con 4,87 millones de euros recaudados entre enero y marzo; pero los pagos por IVA mermaron un 9,7 por ciento, con 40,8 millones, y las partidas por IRPF, pese a la subida de las retenciones aplicada por el Gobierno, diminuyeron un 0,9 por ciento, hasta los 65,8 millones. 
 
En España, la recaudación por IRPF (19.631,28 millones de euros) descendió un 0,2 por ciento y por IVA (14.322,68 millones), un 17,2 por ciento, mientras que el Impuesto de Sociedades reflejó una cifra negativa de 311,22 millones de euros, frente a los 396,64 que se obtuvieron en 2011.

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