A lo largo de este noveno mes del calendario lunar, los musulmanes celebran el Ramadán, una fiesta que no entiende de fronteras puesto que se traslada allá donde esté cada miembro de la comunidad. Salamanca no es una excepción y medio centenar de personas se reúne cada día (algunas más los fines de semana) para realizar las oraciones y romper el ayuno en la Mezquita Al Rahman.
 
“El Ramadán nos cambia toda la vida, es distinto al resto del año tanto aquí como en los países musulmanes. Te cambia todo el sistema, el horario de trabajo, de estudios…”, asegura Abdallah, presidente de la comunidad. Y es que desde que sale el sol hasta que se esconde no pueden comer, beber, fumar ni tener relaciones sexuales. Junto a eso se realizan cinco oraciones y la conclusión de la cuarta, la de las 22:00 horas, se rompe el ayuno con una sopa compuesta por dátiles y unas pastas ricas en azúcar.
 
Esta fiesta sirve de conmemoración de la revelación del Corán al profeta Mohammed por parte del arcángel Gabriel. Para guiar las oraciones diarias este año cuentan con la presencia del imán egipcio Sheikh Hamed Hamed Mohamed Issa, de la Universidad Al Azhar.
 
Como señala el presidente, no es lo mismo celebrar esta festividad en un país musulmán que en uno como España: “En los países musulmanes cambian el horario para que salgan antes, descansen, hagan la compra… En cualquier mes que caiga el Ramadán cambian el horario, pero claro, cambiarlo en un país árabe es más fácil, aquí no. Pero uno se acostumbra, la fe mueve montañas”. Como indicativo afirma que a pesar del calor nunca ha sentido nada, ni hambre ni sed. “Cuando una persona cree en algo y se concentra en ella, no pasa nada”, espeta. 
 
Pero no todas las personas de la comunidad pueden hacer el Ramadán. Los niños, los ancianos cuya salud sea débil, las mujeres mientras tengan la menstruación, las embarazadas y los enfermos no lo podrán llevarlo a cabo. En definitiva, cualquiera para el que suponga un riesgo grave en su salud. En el caso de los niños, hasta los 16 años no comienzan, aunque se les va preparando poco a poco. El propio Abdallah recuerda que cuando él era pequeño solía hacer el ayuno hasta mediodía.
 
Muchas son las nacionalidades que estos días están representadas en la Mezquita: argelinos, sirios, senegaleses o pakistaníes, pero la inmensa mayoría provienen de Marruecos. Además, a este espacio también acuden varias españolas y una colombiana convertidas. Santa Marta, Béjar y Ciudad Rodrigo son las otras tres localidades de la provincia donde los musulmanes también tienen su espacio de reunión.
 
Por último, Abdallah informa a la ciudadanía que en las próximas fiestas de Garrido ellos estarán presentes: Vamos a hacer una jornada, invitaremos a la gente a conocer la Mezquita, explicarles lo que somos y lo que hacemos aquí para que vean que todo es sencillo, normal y no hay lujo”. Una buena oportunidad para acercarse a conocer un poco de la cultura que durante siglos estuvo presente en la Península Ibérica.
 

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