La fragmentación del voto en el Ayuntamiento de Salamanca también repercutirá en el propio funcionamiento del Consistorio de la capital charra. La mayoría absoluta del Partido Popular ha rechazado durante la última legislatura numerosas propuestas de la oposición y de partidos sin representación a través de preguntas ciudadanas. Ahora el PP tendrá que guardar el rodillo, si gobierna, o ver desde la oposición como cambian algunas cosas.
Por ejemplo, es muy probable que los plenos del Ayuntamiento pasen a celebrarse por la tarde, en lugar de las ocho de la mañana del primer jueves o viernes de cada mes. En Ganemos son partidarios de ello, en el PSOE y Ciudadanos no se han opuesto cuando se ha planteado esta opción, así que todo apunta en esa dirección para que más salmantinos tengan la oportunidad de acudir a los plenos como público.
Tampoco volverá a verse un presupuesto municipal que sale adelante sólo con la elaboración de un único partido, como ha ocurrido sistemáticamente por el Partido Popular desde hace veinte años. Si gobiernan el PP tendrá que dialogar con PSOE, Ciudadanos y Ganemos antes de presentar las cuentas públicamente. Si gobierna otra formación, la situación será la misma.
Por otro lado, los cargos de confianza deberán reorganizarse, al perder el PP seis concejales y estar incluso en posición de no gobernar, si los demás partidos se ponen de acuerdo en apoyar a otro candidato alternativo a Mañueco. Así que la política de empleo público y puestos asociados a políticos tiene los días contados tal y como se ha conocido hasta ahora.
Son sólo algunos de los muchos detalles que seguro cambiarán a partir del 13 de junio. Se avecinan cuatro años con otra forma de hacer política, con una participación real, negociando antes de ejecutar, y no como ha sucedido hasta ahora, presentando propuestas a posteriori a los órganos de consulta de la ciudad.
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