Alba de Tormes apela a los murciélagos para una lucha natural contra la oruga procesionaria
Los expertos en gestión de espacios verdes recomiendan, para el control de la procesionaria, fomentar la presencia de depredadores naturales durante su fase adulta, que es totalmente inofensiva y carece de urticidad
El Ayuntamiento de Alba de Tormes ha puesto en marcha una iniciativa de control biológico en la lucha contra la oruga procesionaria del pino, instalando cajas nido de refugio para murciélagos en las zonas verdes de la urbanización El Pinar de Alba. El objetivo es fomentar la presencia de estos mamíferos voladores como depredadores naturales de la plaga.
Manuel Juanes, concejal de Medio Ambiente, explicó la estrategia: “Los murciélagos son aliados fundamentales en la lucha contra esta plaga. Se alimentan de las polillas adultas de la procesionaria, reduciendo así la cantidad de huevos que se depositan en los pinos y cedros, y ayudan a mantener equilibrado el ecosistema urbano”.
Ciclo de vida y riesgos
La procesionaria del pino es conocida por su ciclo de vida y los riesgos que conlleva. Durante el verano, la mariposa nocturna (forma adulta e inofensiva) se reproduce y pone sus huevos. Estos eclosionan en otoño, y las larvas forman los característicos bolsones de seda en los árboles para protegerse del frío.
El peligro se concentra a finales del invierno, entre febrero y marzo, cuando las larvas ya convertidas en orugas descienden de los árboles en las temidas hileras. Sus pelos urticantes representan un riesgo significativo para personas y, especialmente, para las mascotas.
Concepción Miguélez, alcaldesa de Alba de Tormes, aprovechó para lanzar un mensaje de precaución: “Durante estos meses es importante extremar precauciones. Se recomienda mantener a las mascotas controladas y evitar el contacto directo con las hileras de orugas. Estas buscarán tierra mullida para enterrarse y transformarse en pupas, de las que emergerán nuevas mariposas en verano”.
Gestión sostenible y biodiversidad
Los expertos en gestión de espacios verdes recomiendan, para el control de la procesionaria, fomentar la presencia de depredadores naturales durante su fase adulta, que es totalmente inofensiva y carece de urticidad.
“Colocar refugios para murciélagos no solo contribuye a reducir las polillas, sino que también ayuda a controlar mosquitos y otros insectos molestos”, destacó el concejal Juanes, enmarcando esta acción dentro de la estrategia municipal de gestión sostenible de espacios verdes, que combina prevención con la promoción de la biodiversidad y el equilibrio natural del entorno.
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