Un trabajador de La Covatilla disfruta de ocho meses de vacaciones por las horas extras acumuladas desde 2015

El exconcejal Rubén Martín firmó el reconocimiento de estas sin incluir en el expediente el certificado con el registro horario que recoja la entrada y salida del empleado

M. Teresa Crego, Puri Pozo, Luis Francisco Martín y Rubén Martín
M. Teresa Crego, Puri Pozo, Luis Francisco Martín y Rubén Martín

Más de 1.000 horas de trabajo consideradas extra son muchas horas y pueden llegar a cundir mucho, nada menos que varios meses de vacaciones continuadas. Es con lo que se ha encontrado el nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Béjar tras la salida del Ayuntamiento del PP y Vox. Un trabajador tiene reconocidas tantas horas extraordinarias que no tendrá que trabajar hasta mayo de 2026.

Pero ¿cómo es posible deber tantas horas extra en una administración pública? El trabajador en cuestión es uno de los pocos empleados de la estación de esquí Sierra de Béjar La Covatilla que no es temporal, es decir, está contratado por el Ayuntamiento de Béjar durante todo el año y ha reclamado al Ayuntamiento la deuda de las horas extraordinarias de los últimos diez años, concretamente desde 2015 al 2025.

Según el concejal delegado de la estación de esquí, Javier Garrido, que tomó posesión hace unas semanas de su cargo tras la moción de censura, se encontró con un documento de reconocimiento de horas extraordinarias para una decena de trabajadores de la estación para la pasada temporada. Eran 80 horas, el máximo permitido por ley para todo un año. “La gente de La Covatilla siempre hace más horas, a veces no pueden descansar o se tienen que quedar más tiempo dependiendo de las necesidades de la estación”, asegura Javier Garrido que ya fue responsable de La Covatilla entre 2021 y 2023. “Cuando terminaba la temporada siempre se les ampliaba el contrato por el montante de las horas o se les abonaban hasta el máximo de 80 horas”. Para ello, al menos mientras él fue concejal delegado de la estación, asegura que fichaban con un sistema puesto en la estación.

“Hay dos trabajadores contratados todo el año”, continúa explicando el concejal que añade que “hacen muchas horas todos los años y lo han ido apuntando. Le han dado la cuenta a la concejal de Covatilla Purificación Pozo y corresponde a 10 años, desde el año 2015 al 2025, así que el trabajador pide no incorporarse hasta abril, que es cuando se jubila”. “El concejal de personal se lo ha firmado y lo ha reconocido”, concluye. ¿Dónde está el problema? Que esas horas extra no están verificadas mediante ningún sistema que certifique que se han cumplido. “A lo mejor se deben y el trabajador las ha hecho todas, pero en el informe no hay ningún documento con el registro de horarios de entrada y salida, que es lo que piden los técnicos y no está en el expediente”. Aun así, Rubén Martin, que fuera concejal de Personal las ha firmado.

Ante esta situación, el nuevo equipo de Gobierno ha solicitado un certificado jurídico para certificar que el documento firmado por el concejal tiene validez o no ya que en el expediente del Ayuntamiento no se ha incorporado el registro horario.

Cabe recordar que el Estatuto de los Trabajadores estipula en su artículo 35.2 estipula que “El número de horas extraordinarias no podrá ser superior a ochenta al año” y añade que “no se computarán las horas extraordinarias que hayan sido compensadas mediante descanso dentro de los cuatro meses siguientes a su realización”. Además, hay que tener en cuenta que en el artículo 59 se establece que las reclamaciones relativas a salarios, donde estarían incluidas las reclamaciones de las horas extraordinarias, prescriben a los 12 meses desde la fecha en que debieron ser abonadas. “Las acciones derivadas del contrato de trabajo que no tengan señalado plazo especial prescribirán al año de su terminación” y en su apartado segundo añade que “Si la acción se ejercita para exigir percepciones económicas o para el cumplimiento de obligaciones de tracto único, que no puedan tener lugar después de extinguido el contrato, el plazo de un año se computará desde el día en que la acción pudiera ejercitarse”.

Javier Garrido, que fue responsable de la estación durante las temporadas 2021/2022 y 2022/2023 asegura que en los dos años que él estuvo al frente de la estación de esquí “se pagaron todas las horas y el personal se cogió días de vacaciones”, por lo que de esa afirmación se deduce que de esas dos temporadas no quedó nada pendiente. Queda por tanto que el departamento de Personal estudie el origen de las horas, si se pueden reclamar por una década y si se pueden certificar.

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