Castilla y León autoriza la caza ilimitada de jabalíes para prevenir la peste porcina
La medida estará vigente hasta el 28 de febrero de 2027, aunque el plazo podrá ajustarse según la evolución de la situación
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León ha publicado hoy en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) la orden que permitirá cazar “sin límite” al jabalí (Sus scrofa) y sus hibridaciones, como medida para prevenir la propagación de la peste porcina. La declaración de emergencia cinegética estará vigente hasta el 28 de febrero de 2027, aunque el plazo podrá reducirse o ampliarse según la evolución de la situación, según ha informado Ical.
Durante este periodo, los planes cinegéticos no establecerán cupos de jabalíes, y cualquier límite previo quedará sin efecto mientras dure la emergencia. Se permite la caza mediante montería y gancho desde el cuarto domingo de septiembre hasta el cuarto domingo de febrero, sin restricciones en el número de batidas ni en la superficie mínima, y se autoriza su repetición tantas veces como sea necesario en las mismas manchas.
Otras modalidades, como la caza al salto o en mano, estarán permitidas todos los días de la semana dentro del mismo periodo, mientras que el rececho podrá practicarse desde el 1 de abril hasta el primer domingo de agosto y del 1 de septiembre hasta el cuarto domingo de febrero. Asimismo, la caza en aguardo o espera será posible durante todo el año dentro de los periodos señalados, permitiéndose el uso de dispositivos de visión nocturna, visores térmicos y fuentes luminosas artificiales bajo autorización expresa del titular cinegético.
La orden también permite la captura de otros suidos silvestres o asilvestrados y el uso de capturaderos, como cajas-trampa o redes homologadas en otras comunidades autónomas o países de la Unión Europea. Además, se autoriza el uso de los dispositivos y aportes de alimento contemplados en la normativa, siempre bajo las condiciones establecidas.
Según Ical, esta medida busca reducir la densidad de jabalíes y limitar el riesgo de contagio de la peste porcina, protegiendo así la sanidad animal y los intereses del sector agroganadero de la comunidad.
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