Los cazadores, guardianes del campo llamados en busca de la salvación: "Si cazar se convierte en una obligación, colgaremos los rifles"

El regreso de la PPA a España y, sobre todo, su amenaza a la cabaña porcina y a la economía del país requiere con urgencia, a petición de las administraciones, la movilización de los cazadores: hombres y mujeres a los que se les encomienda la responsabilidad de dar solución a este problema. Su función es primordial y están dispuestos a ayudar, pero piden que se les tenga más en cuenta y que no se les criminalice

Cazadores posando con sus trofeos tras una jornada de caza en la provincia de Salamanca
Cazadores posando con sus trofeos tras una jornada de caza en la provincia de Salamanca | Imagen facilitada por Javier Tendero

La caza siempre ha sido fundamental en la supervivencia del hombre. Hay numerosos estudios que certifican que el ser humano es cazador desde sus orígenes, por lo que su historia se remonta a hace más de dos millones de años. Se trata de una actividad con una riqueza inmensa y con una gran evolución de por medio, que en nuestros días sigue siendo primordial para nuestra salud. Es un rico patrimonio de nuestro país que no se puede perder, simplemente porque no nos lo podemos permitir.

Los cazadores son hombres y mujeres que merecen ser valorados, pero sobre todo reconocidos por la gran labor que realizan, como los guardianes del campo que son, y no como las personas criminalizadas que cada temporada de caza son señaladas por parte de la sociedad, asentada sobre todo en la ciudad, y que se suma a las constantes trabas impuestas por parte de las administraciones para que lleven a cabo su cometido. Ahora, sin embargo, son requeridos de forma masiva para dar solución a la Peste Porcina Africana (PPA), una grave enfermedad que estaba desaparecida de España desde hace 30 años, pero que ha llegado, sin esclarecerse todavía su origen, y pone en jaque la economía del país, además de la sanidad animal. Por eso, es ahora cuando ellos, los cazadores, parecen tener la obligación de poner fin a un problema del que ya habían avisado hace tiempo. Ellos son los guardianes del campo llamados en busca de la salvación.

La Junta de Castilla y León comunicó el 11 de diciembre unas medidas “extraordinarias” de control cinegético sobre el jabalí, flexibilizando su caza para reducir su población y “reforzar de forma urgente las medidas de prevención frente a la Peste Porcina Africana en todo el territorio autonómico”. Unas medidas que llegan trece días después de que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) notificará la presencia de PPA en España tras la muerte de dos jabalíes en Cerdanyola del Valles, un pueblo de Barcelona. En otros puntos de España, que no en Castilla y León, al menos no por ahora, se ofrecen diferentes recompensas económicas por cada jabalí abatido.

En todo este escenario, los protagonistas, los cazadores, se han manifestado. “Son unas medidas a las que no nos podemos negar porque la orden es de declaración de emergencia cinegética, y el problema es que si entra la peste la mortandad es del 90% en el jabalí y el porcino y Salamanca es una provincia muy cochinera”, detalla el presidente provincial de la Federación de Caza, Javier Tendero.

Los cazadores siempre han sido importantes y son sabedores de que ahora lo son más, por eso son conscientes de que tienen que colaborar, pero advierten que “si algun día cazar se convierte en una obligación, colgaremos los rifles”. En el sector de la caza hay mucho cansancio, de ahí la importancia de empezar a valorar más su labor, ya que sus decisiones ahora más que nunca son clave.

Cazadores posando con sus trofeos tras una jornada de caza en la provincia de Salamanca
Cazadores posando con sus trofeos tras una jornada de caza en la provincia de Salamanca | Imagen facilitada por Javier Tendero

Tendero advierte que los cazadores están hartos de que se les criminalice: “Queremos que se nos tenga más en cuenta, que no se nos criminalice tanto y que no acudan solo a nosotros cuando ya no encuentran otra solución al problema porque no se están dando cuenta de que los verdaderos gestores del medio ambiente somos los cazadores. Todavía la cordura funciona y vamos a echar una mano porque la situación sanitaria es delicada, pero imponernos el cazar como una obligación no es el camino adecuado porque hay muchos cazadores que están pensando en colgar ahora los rifles y no salir al campo porque ahora mismo es el vale todo”.

Sin cupos de piezas abatidas, la permisión del rececho y aguardo o espera, en solitario con o sin perro o en grupo de hasta 6 cazadores, la caza de montería y gancho. Se autoriza el empleo de visores nocturnos, la alimentación suplementaria e incluso abatir otros suidos silvestres como el cerdo vietnamita o el cerdalí (cruce entre un jabalí y un cerdo doméstico): estas son las "medidas extraordinarias" que autoriza la Junta de Castilla y León, en teoría, hasta que concluya la temporada de 2027.

¿Qué implican estás medidas y cómo cambia la forma habitual de cazar?

“Con estas medidas extraordinarias no vamos a notar mucho la baja de los jabalíes. Sabemos que mucha gente ya estaba usando los visores, que unos veinte cazadores más los incorporen ahora no va a mermar mucho el jabalí porque la población la tenemos bastante controlada los cazadores. Salamanca es una provincia cochinera y la densidad del jabalí lleva estable desde hace 3 o 4 años”, explica el presidente de la Federación de Caza. De igual modo, asevera que cuando se declaró la emergencia cinegética por la tuberculosis, lo único que no estaba permitido era los visores nocturnos, por lo demás no había cupos y se podían solicitar más cacerías. Con lo que había más problemas era por los controles poblaciones durante la noche.

En Salamanca los cazadores ya han superado la primera semana con estas “medidas excepcionales” y los cambios no han sido muchos. “Ahora se puede salir a cazar todos los días, pero que salgan los cazadores entre semana es algo puntual porque no vamos a estar todos los días cazando porque es algo que hacemos por afición, no por obligación. Tampoco podemos duplicar manchas, aunque es algo que ahora se permite, porque los resultados no van a ser buenos salvo por la noche, que es posible que ahora haya más esperas del jabalí para abatir aquellos que están afectando a la agricultura y ahí puede haber un mayor control”, expone Javier Tendero.

Ángel Luis Martín, de Pelarrodríguez, es un veterano cazador especializado en el cochino, como coloquialmente se da nombre al jabalí. Empezó a cazar cuando todavía era un niño de la mano de su padre Antonio Martín. Se sacó el permiso de armas en el año 1996, iniciándose con la caza menor, pero sus sueños como cazador eran mayores, por eso a los pocos años, en el 2000, se centró únicamente en el jabalí, un animal al que conoce muy bien.

Ángel Luis Martín, veterano cazador de jabalí en Salamanca
Ángel Luis Martín, veterano cazador de jabalí en Salamanca | Imagen facilitada por el propio cazador

Relata que “cada vez ha ido evolucionando más. En el año 2000 cuando yo empezaba se empezaron a ver bastantes jabalíes en Salamanca, la diferencia es que ahora cuesta ver a los machos viejos. Yo que salgo a cazar cada temporada me he dado cuenta de que matar un cochino viejo ahora es muy difícil, solemos abatir más cochinos nuevos con dos años y sobre todo se ven muchos rayones y garrapones porque es un animal que cría mucho y muy bien, por eso es tan importante tenerlo bajo control para que no se disparen las enfermedades y poder evitar accidentes de tráfico”.

En 2005 Ángel Luis formó una rehala, pertenece a las Asociación Arrecal, con seis perros que le ayudan a dar caza al jabalí. “Las rehalas son importantísimas, hay que darle las gracias porque están olvidadas y hacen un oficio muy bueno, por eso hay que ayudarlas un poco más porque sin ellas no habría monterías y jabalíes habría muchos”, asegura.

El modo de cazar ahora opina que sí va a influir: “Va a cambiar porque no es lo mismo poder cazar todos los días que salir tres días por semana, sobre todo con las facilidades que brindan las nuevas tecnologías. La población del jabalí se verá reducida seguro, pese a que es un animal que se reproduce con mucha facilidad”. También manifiesta que “estamos afrontando un momento curioso porque después de todas las políticas que hemos tenido en contra y lo mal que estamos vistos en la sociedad, ahora piden nuestra ayuda. Ayudaremos porque el campo es nuestra vida y por los ganaderos de porcino, pero saldremos a cazar lo necesario”.

Medidas “extraordinarias”, pero con límites

Lejos de lo que se piensa de que ahora hay barra libre para cazar, estas medidas “extraordinarias” están sujetas a unos límites. “La orden lo deja muy claro, es el titular de cada coto el que va a permitir hacer esperas, usar visores térmicos etc, es decir que la orden da más flexibilidad, sí, pero luego somos los cazadores quienes nos autorregulamos. Cada coto tiene sus propias normas y los hay que no van a hacer nada porque la población que tienen no es muy abundante y no implican riesgos”, declara Tendero.

Cazadores posando con sus trofeos tras una jornada de caza en la provincia de Salamanca
Cazadores posando con sus trofeos tras una jornada de caza en la provincia de Salamanca | Imagen facilitada por Javier Tendero

Respecto a las medidas impuestas, también dice que son acertadas, pero insiste en que “llevamos muchos años cazando el jabalí en Salamanca y conteniendo a las poblaciones, y tenemos que empezar a pensar más y a no ser tan papitas, por ejemplo, con el famoso jabalí que anda deambulando por Salas Bajas. No hay que tenerle miedo a lo que dice el sector verde y buscar soluciones rápidas, usando el sentido común, en lugar de usar tantas jaulas trampas etc. que no atajan el problema de raíz”.

Reconocimientos a una labor primordial y reivindicaciones de los cazadores

“La labor de los cazadores está muy clara, cuidar y gestionar el medio ambiente. Gracias a los cazadores están controladas todas las enfermedades como la tuberculosis o la sarna. A la vista está que cuando las administraciones no dejan gestionar a los cazadores, crecen las densidades de población de animales y aparecen estas enfermedades como la sarna en la sierra de Madrid con las cabras montesas, en Aragón más de lo mismo y en Cataluña ahora con la peste porcina africana donde hay una gran densidad de jabalíes, por eso los cazadores somos tan importantes y por eso el campo lo deben gestionar quieres viven y saben de él y no las personas que están en las oficias que a la vista está que no tienen ni idea”, concluye Ángel Luis.

Una opinión reforzada por el presidente de la Federación de Caza que realiza una petición general, la reducción de la burocracia y el prestar más atención a las informaciones que parten de los cazadores. “Nosotros estamos en el campo y vemos cómo están las poblaciones de las diferentes especies. Ahora estamos viendo que hay poblaciones exageradas del buitre leonado, el cormorán, la cigüeña y el meloncillo. Son especies en la que los cazadores no tenemos interés, pero vemos los daños que están provocando y lo hemos notificado”, concluye.

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