De esta manera, el presupuesto total para España asciende a 47.000 millones de euros a los que se sumará la cofinanciación nacional para las medidas de desarrollo rural, con lo que la cuantía superará los 50.000 millones de euros y "supone el 30% de la renta agraria", en palabras del ministro. El resto de objetivos perseguidos comprendían, por un lado, "evitar una reducción muy significativa de la ayuda media por hectárea debido a la incorporación de nuevas superficies potencialmente elegibles". En este caso, el acuerdo ha mantenido la superficie declarada en 2011, por lo que "se garantiza que los agricultores sigan recibiendo los mismos niveles de apoyos".
Por otra parte, aclaró el ministro, España no se verá obligada a aplicar la 'tasa plana' que establecía una ayuda igual por hectárea para todos los productores de un Estado o una región, con el fin de alcanzar el proceso de convergencia interna plena. Arias Cañete afirmó que "con esta reforma no solo se han corregido los defectos de la propuesta de la Comisión Europea, sino que se ha conseguido adaptar la reforma a la agricultura española y nos permite orientar los pagos hacia una agricultura activa, que permita mantener la actividad económica del sector agrario y generar crecimiento y empleo". En este sentido, declaró que "el Gobierno está satisfecho".
Alemania y Reino Unido fueron los únicos Estados que se abstuvieron en uno de los puntos porque apoyaban que el marco financiero establecido en febrero se mantuviera, según explicó Arias Cañete. "Lamento que no se hayan podido sumar a la mayoría", declaró. Asimismo, anunció que ha pedido una comparecencia ante la Comisión de Agricultura en el Congreso y en el Senado. Además, iniciará una gira por todas las comunidades autónomas con el objetivo de explicar la reforma y debatir sobre algunas cuestiones, como los criterios para determinar qué se entiende por agricultor activo. Los días 24 y 25 de julio se celebrará una conferencia sectorial con las comunidades autónomas para tratar estas cuestiones. Arias Cañete añadió que el Ministerio ha trabajado "para darle la vuelta a la reforma, que en su propuesta inicial era muy complicada para el campo español", y añadió que de haberse aprobado el texto planteado por la Comisión Europea "hubiera puesto en riesgo la debilidad de muchos cultivos y de muchos territorios". Para el ministro, "España ha hecho un trabajo inteligente, serio y riguroso”, concluyó.
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