Las organizaciones profesionales agrarias, asociaciones, cooperativas y, ahora, con el respaldo de los alcaldes de los más de 50 municipios afectados por el sistema de control de tuberculosis implantando en la zona de Vitigudino, además de tres representantes elegidos por ganaderos directamente afectados, se alzan como una sola voz. Esto ejemplifica que el sector productor está más unido que nunca y pretenden solicitar a la Junta de Castilla y León un cambio de rumbo y un diálogo “que se les ha negado”, explican tras reunirse este jueves en Villar de Peralonso.
Bien es cierto que, desde la Dirección General de Producción Agropecuaria se ha convocado a reuniones con las entidades que forman el frente ganadero. Sin embargo, la sensación que tienen los profesionales es que se les ha intentado separar y que ninguno ha sido escuchado.
“No ha habido diálogo nunca”, afirman los afectados. “Por eso, exigimos a la Junta de Castilla y León que tome en consideración nuestras propuestas; que han sido estudiadas y propuestas por expertos en la materia, no son fruto del capricho de unos ganaderos que no quieren restricciones; y trabajemos conjuntamente para mejorar la situación de Salamanca y, concretamente, la de Vitigudino”.
“La gota que ha colmado el vaso ha sido el borrador con las normas que se pretendían aplicar en la comarca de Vitigudino sin contar con el grupo de trabajo”.
“En esta unión de todos los agentes implicados que formamos el frente ganadero, somos conscientes y los primeros interesados en conseguir que la positividad (prevalencia) de la tuberculosis sea lo más baja posible, pero también estamos convencidos que la actual política sanitaria no sirve, ha fracasado”, aseveran. “Con la política sanitaria, llevada a cabo durante tantos años, lo único que se ha conseguido es herir profusamente a los ganaderos, al mundo rural en general y se ha conseguido un preocupante deterioro genético”.
“En ganadería extensiva, no podemos hablar de erradicación de la tuberculosis, ya que no hay un control de todos los factores que intervienen al aire libre como se pudiera realizar con ganado estabulado. Por ello, hay que hacerse a la idea de que sólo se podrá controlar la enfermedad, que se hará todo lo posible ya que no queremos tener vacas enfermas, pero hay que ser realistas y hay que hablar de control, no de erradicación”, prosiguen.
“Y, además, las medidas que se implanten para este control de la tuberculosis deben ser lo menos lesivas para los ganaderos, pues si no, lo único que se conseguirá es que no se avance para disminuir la prevalencia y que se arruine a un sector que ya está suficientemente ahogado; incluso, que deje de ser una profesión atractiva para los jóvenes, que no haya relevo intergeneracional y que la principal fuente de economía de nuestros pueblos, así como sus habitantes, desaparezca”.
“No podemos ignorar la situación en la que se encuentra la fauna salvaje y que agrava y extiende la tuberculosis entre los animales domésticos, como la sobrepoblación de jabalíes, por poner un ejemplo, principales trasmisores de la tuberculosis. Éstos campan a sus anchas sin control y se cuelan en las explotaciones a beber y comer del mismo sitio que nuestros animales, orinan y defecan en nuestras fincas y así contagian a nuestro ganado. Y no se está haciendo un verdadero control de la fauna silvestre”.
Más de 30 años de saneamiento
Después de 30 años de saneamiento, el sentir de los productores es que sólo importan las cifras de la disminución de la prevalencia de la tuberculosis bovina y no se tiene en cuenta el malestar que sufren los ganaderos. Esta situación de descontento y de alarma existe desde entonces y no solo se debe a la política sanitaria llevada a cabo, sino también a la falta de consideración sobre los profesionales del campo.
Frente ganadero
Forman parte del frente ganadero, que nació en 2016, un total de 16 asociaciones que llevaron a la Consejería de Agricultura el 9 de marzo de 2017 un decálogo de propuestas. En abril, de ese mismo año, la Junta ponía en marcha una web de consulta para ganaderos donde podrían ver los pasos a tomar y qué ocurriría con su explotación.
En 2019, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, se comprometió a formar una mesa de trabajo y, durante un año, se mantuvieron reuniones en la Consejería, que se plasmaron en un documento en 2020.
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