Campo

"España camina hacia una agricultura sin agricultores si se impone el modelo de oligopolios empresariales”

Un estudio de COAG revela que los más perjudicados por la ‘uberización del campo’ serán los 344.000 agricultores más profesionalizados, las pymes del agro, el verdadero pulmón económico y social del medio rural  

AGRICULTURA

“Si el nuevo modelo de oligopoliosempresariales se impone, España camina hacia una agricultura sin agricultores”.Así se refleja en el primer estudio realizado en España sobre los efectos delnuevo orden económico mundial en el modelo social y familiar de agricultura.El estudio de COAG indica que “la brutal reconversión que ya se vislumbraamenaza con convertir a los profesionales autónomos e independientes en asalariadosde las grandes corporaciones agroalimentarias”.

Bajo el título, ‘La uberización del campo español’, elsecretario general de COAG, Miguel Blanco, ha señalado que las últimas crisisde precios en el sector del aceite de oliva, frutas y hortalizas, leche o vino,tienen mucho que ver con los síntomas de este cambio de modelo.

Blanco asegura que lo másperjudicados por la ‘uberización del campo’ serán los 344.000 agricultores másprofesionalizados; las pymes del agro,el verdadero pulmón económico y social del medio rural y dique de contencióncontra la despoblación y la desertización en centenares de comarcas.



El responsable de COAGha señalado que este documento es un primer paso para abrir un proceso dereflexión, analizar qué está ocurriendo y plantear soluciones. “Presentaremos el estudio a los diferentesgrupos políticos del Congreso y al Gobierno cuando se constituya. Exigiremosmedidas políticas y económicas para revertir esta situación. Lo primero:decidir si queremos una agricultura con agricultores en el marco de unaeconomía social agraria o una agricultura con grandes empresas y empleados enel campo”.

Entre las principalesconclusiones y tendencias se pueden destacar las siguientes:

La “paradoja agro”. Cifras macroeconómicas derécord y cierre de explotaciones. El sector agrario va viento enpopa: la renta agraria alcanzó en 2018 una cifra récord de 30.217 millones,franqueando por primera vez la barrera de los 30.000 millones y con tendenciacreciente desde 2012, según los datos del Ministerio. Asimismo, lasexportaciones agroalimentarias han aumentado un 97,5% en los últimos 10 años,con una tendencia positiva hasta un nuevo récord, otro, de 50.349 millones. Sinembargo, el cierre de explotaciones por falta de rentabilidad y ausencia derelevo generacional es incesante.  

El “sándwich” de agricultor. Presión en costes yprecios. Los agricultores/as están en el medio de la cadena de valor, en laparte ancha de un doble embudo: frente a 945.000 explotaciones agrícolas yganaderas (INE, 2016), en uno de los cuellos del embudo se encuentra ladistribución comercial, fuertemente concentrada: los seis primeros grupos dedistribución comercial concentran el 55,4% de la cuota de mercado en España,según cifras de Kantar Worldpanel para junio de 2019. Pero por el otro lado, enel otro estrechamiento, le compramos nuestros insumos a menos empresas, que soncada vez más grandes y poderosas.

El ocaso de la explotación familiar tradicional. Según laEncuesta de Población Activa, en la agricultura había 306.000 trabajadores porcuenta propia, únicamente 20.000 son ayudas familiares, mientras queasalariados ocupados teníamos 513.000 trabajadores (más 200.000 parados). Laexplotación familiar tradicional ha desaparecido prácticamente.

Concentración de la producción (y la riqueza) enmenos manos. El último informe es más que ilustrativo. En España hay 1 millón deexplotaciones agrarias.El 93,4% con titular físico y el 6,6%empresas. Ese 6,6% de las explotaciones, que son personas jurídicas,obtienen ya el 42% del valor de la producción.

Aterrizaje de los fondos de inversión. En los últimosaños el sector primario ha experimentado una creciente entrada de capitalexterno. La presencia de inversores ajenos no es nueva, pero en los últimostiempos se constata un aumento del interés de los inversionistas por laagricultura. Las causas para este floreciente atractivo son múltiples ycombinadas.

Conformación de oligopolios. Además,comienzan a verse procesos de integración toda la cadena, tendentes hacia eloligopolio, desde los proveedores de insumos, pasando por la producción hastala comercialización que llega al consumidor. En esta situación de integración,los agricultores/as se pueden ver inmersos en el proceso de alineación deintereses de la cadena y convertidos en meros obreros y maquileros, con riesgoademás de ser automatizados y sustituidos por robótica.

Cadenas de valor integradas. La operativaintegrado parte de una premisa básica; los agricultores asumen el riesgoproductivo, mientras mantienen la propiedad de la tierra. Tienen contratos decompraventa de producto a largo plazo con las empresas integradoras y recibenasesoramiento técnico, insumos productivos y permisos para plantar y producir  las variedades de los productos agrícolas queson propiedad de las integradoras. Los costes son elevados, ya que se busca unproducto de calidad. Los precios que se pagan al agricultor cubren los costesde producción, pero con una rentabilidad supervisada y muy limitada. Laintegración puede presentar beneficios, pero también riesgos: la integradoraasegura una rentabilidad en tanto en cuanto tenga voluntad de hacerlo. Lasupervivencia de un agricultor, en especial si su explotación no estádiversificada, queda supeditada al destino y a los intereses de la empresaintegradora. Si la empresa integradora quiere hacerse con los medios deproducción del agricultor, con sus tierras o sus derechos de agua, no tiene másque ajustar los precios de compra o elevar los costes de producción para ahogarfinancieramente al proveedor, que acabará cediendo a las presiones de venta.Otra posibilidad es que las integradoras acaparen suficiente producción propiay no necesiten mantener relaciones de integración con productores, que severían abocados a estrellarse en el mercado, al no existir estructurascomerciales al margen de estos gigantes, además de padecer serias dificultadesfinancieras en el desenganche de estas compañías.

Especulación y deslocalización. Por otro lado,la entrada de fondos de inversión en estas grandes empresas, para soportar sucrecimiento y la necesidad aparejada de liquidez, eleva la especulación y poneel riesgo el futuro a largo plazo de las propias empresas y, con ello, de losagricultores que dependen de ellas, dado que buscan un retorno económico en unplazo muy concreto y no tienen problemas en abandonar las empresas una vezobtenido, al carecer de arraigo sectorial o territorial. Pero no sólo afecta aempresas y agricultores, sino también a toda la economía y empleo que se generaen las zonas de producción.

Transformación digital. Ladigitalización agraria es un gran reto para el sector, con grandesoportunidades, pero también riesgos y amenazas para nuestro modelo deagricultura y alimentación. “Cuando hablamos de transformación digital,hablamos de situar al agricultor en el centro del proceso y convertirlo en protagonistadel mismo. Si no ponemos en valor el papel de relevancia que tenemos en estecambio, tomando conciencia de que ahora no sólo produciremos alimentos sinotambién datos – que tienen mucho valor – corremos el riesgo de que este tsunamiacabe con el modelo de producción familiar y profesional. Apostamos por unatransformación digitalización inclusiva y democrática”.

Comentarios
NADANUEVO Hace 4 años (01/12/2019 13:32)
JUAJAUAUU QUE NOS VENDEN NEUVO¿? ¡¡LO QUE SIEMPRE? QUE HA SIDO EL LATIFUNDIO Y LOS RICACHOS VAMOS NADA NUEVO¡¡¡ <br/>143
Daniel Hace 4 años (02/12/2019 07:46)
Yo conocí esto con el mercadona. Ellos tenían contrato con cooperativa y desde entonces los precios de compra al agricultor tienen un tope máximo. Por supuesto tope mínimo ninguno y esto limita mucho los beneficios. <br/>92
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