Imaginemos, por un momento, la imagen de una mujer a los mandos de un tractor; o, ¿por qué no?, sacando adelante y trabajando una explotación ganadera. Sí, algo poco común pero no imposible. De hecho, los profesionales agrícolas destacan a este medio “que la incorporación de la mujer en el campo es algo que cada vez va a más”. Aunque, si bien es cierto, las cifras de participación plena en las labores agrícolas arrojarían un pobre porcentaje si lo comparamos al del sexo masculino.
Por lo que SALAMANCA24HORAS ha podido extraer la incorporación de la mujer en el sector agrario es lenta pero progresiva. Por lo que parece ya no es tan raro ver a una mujer que se anime a participar, de alguna manera, de las labores o gestiones que conlleve el trabajo en este sector. Las situaciones, como es normal, son muy diversas en este sentido: hay mujeres que son las titulares y, además, se encargan de llevar ellas mismas las explotaciones agrícolas o ganaderas; otras, en cambio, solo desempeñan las tareas propias de la gestión o similares.
¿Qué es, entonces, lo que ha provocado que durante todo este tiempo la incorporación de la mujer haya avanzado tan poco en agricultura y ganadería respecto a otros sectores? Quizás, una explicación sería la carga física que conlleva la labor agrícola y ganadera. O simplemente, como nos comentan, un problema de mentalidad: “A lo largo de la historia siempre ha habido cierto rechazo a que una mujer pueda gestionar por completo una explotación. Reciben mejor trato los hombres subidos a un tractor que las mujeres”. Esto se traduce a problemas, por ejemplo, con la Seguridad Social.
o ganaderas y otras que sus funciones son menos relevantes dentro del sector agrícola”
Por ello, y según nos informan algunos profesionales de la agricultura y la ganadería, “hay que seguir trabajando y dando pasos por ver normal a una mujer subida a un tractor”.
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