Se necesitan voluntarios para conocer la población del ciervo, gamo, muflón o cabra montés en la provincia de Salamanca y garantizar una caza sostenible
No existe un máximo ni un mínimo de animales que se puedan censar, ya que lo que principalmente interesa es “evaluar la tendencia poblacional de las especies cinegéticas" y adoptar unas medidas de gestión concretas, que permiten determinar una distribución de la especie por territorios y estimar unos indicadores de abundancia
Una nueva campaña de censo de especies de caza mayor se encuentra en marcha desde este mes de septiembre y hasta el mes de diciembre en el caso de la península ibérica y Baleares y de enero a febrero en las Islas Canarias. Se trata de un proyecto del Observatorio Cinegético que tiene en marcha seis campañas al año, en función de las épocas de celo de las diferentes especies, que coincide con el mejor momento para avistar a los animales.
Con este son ya seis años los que se llevan realizando estas campañas de censo de especies consideradas caza mayor, como es el ciervo, el gamo, el arruí, muflón, cabra montés o jabalí. Dio inicio en el año 2020, tal y como dan a conocer desde la Fundación Artemisan, uno de los colaboradores de este proyecto junto con la Real Federación Española de Caza y Bineo Consulting, respaldados con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cuyo objetivo principal es “evaluar la tendencia poblacional de las especies cinegéticas para tomar decisiones de gestión”, explica Raquel Castillo, coordinadora de investigación de la Fundación Artemisan.
Castillo matiza que estos censos son muy útiles, por ejemplo, para especies que pueden ser más problemáticas como la cabra montés, que en algunas zonas de la península está yendo a menos por diferentes enfermedades y que justamente conocer su población es imprescindible para adoptar unas medidas de gestión concretas y adaptadas a la realidad que puedan garantizar una caza sostenible.
Es para ello para lo que se necesitan más censores, más personas voluntarias, que no tienen que ser exclusivamente cazadores, que colaboren en estas campañas, siendo lo más apropiado inscribirse para poner esta actividad en marcha ahora, en este mes de septiembre, ya que en el caso de especies como el ciervo hacerlo en el mes de diciembre no tendría ningún sentido al ser entre mediados de septiembre y principios de octubre su época de celo, conocida como la berrea, uno de los espectáculos más impresionantes que nos ofrece la fauna silvestre y la naturaleza en sí.
No queremos que la gente no cense pensando que este año la población va mal, porque puede ir mal por cosas externas a la caza
Actualmente en la aplicación CensData, donde se van registrando estos datos realizados en el trabajo de campo, hay ya tres mil cazadores dados de alta, aunque en algunas partes de España como Castilla y León y Salamanca, que es la provincia que nos afecta más directamente, siguen siendo muy escasos el número de voluntarios que ya participan en este conteo de especies. Según los datos facilitados por la Fundación Artemisan desde el año 2020 colaboran 28 censadores que están dados de alta; sumando todas las campañas desde este año se han llevado a cabo en la provincia salmantina 75 censos. De ahí, que se solicite colaboración: “Animamos a aquellos que no han participado todavía a que se sumen a esta iniciativa porque está cambiando el mundo de la caza, hasta ahora esto no existía, los cazadores siempre han tenido iniciativas de monitorización de poblaciones, pero en general han sido locales y solo para algunas especies. Este proyecto del Observatorio Cinegético monitoriza prácticamente todas las especies cinegéticas a una escala nacional, que es lo que hace falta para datos que piden despues el ministerio y desde Europa”, apunta esta coordinadora de Artemisan, quien al mismo tiempo agradece a todos aquellos que ya participan desinteresadamente.
Igualmente, Raquel Castillo pone de manifiesto que el mayor número de censos se realizan en especies como la codorniz, insistiendo en que “hacen falta más censadores en especies de caza mayor”: “Todos los animales, el ciervo, gamo, arruí, rebeco, muflón y cabra montés son fáciles de censar, el jabalí menos porque se camufla mucho más y tiende a salir más de noche, pero realmente no hay un máximo ni un mínimo de animales que se puedan censar. De hecho, la gente suele tener reticencia, diciendo que en ‘mi coto no se ve nada’ pero eso también nos va bien, el problema es no tener información porque entonces las medidas que se toman tienden a la precaución, porque si no sabemos lo que ocurre, no podemos garantizar que la caza sea sostenible. Sin embargo, si tenemos informacion se pueden adaptar las medidas de gestión, por eso el ‘dato cero’ también es importante. Nos puede servir para decir en un determinado coto hace falta bebederos, comederos, plantaciones de este tipo, gestión forestal, clareos… No queremos que la gente no cense pensando que este año la población va mal, porque eso no se sabe, ya que puede ir mal por cosas externas a la caza”.
¿Cómo hay que censar?
Lo recomendable en la realización de estos censos, según expone Raquel, es que, si ya se ha hecho en años anteriores “repetirlo de la misma manera”, es decir, hacerlo en las mismas fechas, en la misma franja horaria, siguiendo el mismo recorrido, o en su caso uno muy similar, e incluso por la misma persona, ya que eso “permite comparar entre años que es lo que buscamos para saber cuántos animales hay más o menos de una forma bastante fiable”.
Los censos hay que hacerlos en vehículos, a una velocidad baja entre unos ocho y diez kilómetros, aunque también se puede llevar a cabo a pie, sino se puede hacer en vehículo porque se trate de un terreno muy denso, con zonas boscosa, a los que no se puede entrar con un coche.
¿Para qué sirven los censos?
Estos censos a parte de la tendencia poblacional, que es el objetivo principal, sirven para actualizar o determinar una distribución de la especie en España y luego permite estimar unos indicadores de abundancia.
Raquel también hace hincapié en que dentro de la aplicación hay una ‘función de grupos’ que “nos ayuda mucho a saber si el avistamiento de un animal es individual, si va solo, en manada o en pareja”. Respecto a esto indica que “para el colaborador no cambia el conteo porque simplemente activa la función de grupo, pero a nosotros nos llegan esas observaciones agrupadas y es muy útil porque marca bastante los análisis. Además, en caza mayor también se puede indicar si son machos o hembras, que en el caso de los jabalíes es más complicado, pero para el ciervo y el gamo es fácil, por tamaño, por las cuernas… se pueden identificar bien”.
Cabe destacar que no existe una relación directa entre el cazador censor con el número de piezas a abatir. En este aspecto Raquel aclara que “los cazadores si hacen un censo, dos o tres en su coto les puede ayudar para hacer una estimación de cuántos animales hay, pero no porque censes más vas a cazar más este año. No tiene sentido porque los animales que tú vas a cazar ya te lo han dicho cuando la orden de veda, que es hace meses antes del momento de la caza. El censo les sirve para conocer mejor lo que ocurre a los cazadores y para si la administración les pide datos, el coto puede aportar sus datos y pueden ayudar”.
¿Cómo participar en la campaña de censos de caza mayor?
Las personas que estén interesadas en participar en esta campaña de censos, pueden contactar a través de la página web del Observatorio Cinegético, rellenando un formulario donde se le enviarán unas primeras instrucciones de cómo llevarlo a cabo o a través del número 628491716.
También te puede interesar