“No es una asesina y no hay que tenerle miedo”: apicultores y expertos hablan de la situación de la avispa velutina en Salamanca tras las muertes en Galicia

Un experto en abejas y avispas asevera que "su picadura es tan peligrosa como las de otras avispas autóctonas", con un repunte que viene motivado por las altas temperaturas de los últimos años y a los que se añaden cambios en su comportamiento

Avispa velutina o asiática
Avispa velutina o asiática | Europa Press

Las muertes de tres hombres en Galicia en las últimas semanas como consecuencia de una picadura de avispa velutina mantiene en vilo a toda España. Son muchas las preguntas que rondan en la cabeza y no solo a profesionales del campo, con un miedo que se ha generalizado y extendido hacia este insecto, al que expertos en abejas y avispas, consultados por este medio, aseguran que no hay que referirse a la velutina como la “avispa asesina” y que “no hay que tenerle miedo”.

A fecha de hoy en la provincia salmantina no hay confirmada, por fuentes oficiales, la presencia de nidos de velutina, ya que según los estudios realizados no hay certezas de que hayan pasado del río Duero para abajo. De ahí, la insistencia de los expertos en la importancia de lanzar un mensaje tranquilizador a la población: “En Salamanca no hay velutina, por eso no hay que tenerle miedo”.

No es una asesina de nada porque su picadura es tan peligrosa como las otras avispas autóctonas

Este mismo mensaje alentador se reitera a la hora de preguntarle qué medidas de seguridad hay que tener en cuenta respecto al trato de este insecto con el ser humano. Una cuestión a la que responde aclarando la equivocación que se tiene cuando se refiere a la velutina como una “avispa asesina”, ya que advierte que “no es una asesina de nada porque su picadura es tan peligrosa como las de otras avispas autóctonas, la ‘avispa terrera’ o la ‘vespa cabro’, a la que la gente tiende a confundir habitualmente porque ambas son grandes, tienen picaduras que pueden ser peligrosas y resultar agresivas si se sienten amenazadas”. Sin embargo, se insiste en que “en ningún caso ninguna de las picaduras de estas especies es mortal, salvo que se trate de una persona alérgica o de que se tenga la fatal suerte de que te ataquen varias a la vez”.

Isaac de Arriba, apicultor con colmenas en la zona de Las Arribes
Isaac de Arriba, apicultor con colmenas en la zona de Las Arribes | Imagen cedida por Isaac de Arriba para la realización de este reportaje

Es cierto, que su presencia en nuestro país está suponiendo un problema de gravedad en el sector apícola: Isaac de Arriba, un apicultor salmantino que desde hace seis años tiene colmenas, 400 en total, hace hincapié en los problemas que puede llegar a generar la presencia de velutinas en las colmenas.

“Yo tengo las colmenas en la zona de Las Arribes, donde tengo puesto trampeos y a mí no me ha llegado a entrar ninguna, pero sí me ha llegado información de que han visto una velutina muerta por la zona de la presa de Aldeadávila, aunque evidentemente es una especie que se va a expandir cada vez más a zonas donde todavía no ha llegado porque le está costando aclimatarse”. Isaac también apunta que hay constancia de un repunte de esta especie en España, respondiendo que “a nivel de las consejerías no se está actuando lo suficiente y somos los propios apicultores quienes estamos, con nuestros medios, haciendo lo que podemos para exterminarla porque son unas avispas que nos matan las colmenas”.

En cuanto al repunte de esta especie del que tanto se habla, aclara que viene motivado porque “a parte de que las temperaturas de los últimos años les son favorables, encima ahora esta avispa va un paso por delante porque ha modificado ciertos comportamientos. Antes tenía dos nidos, uno primario y otro secundario siempre en los árboles, pero ahora en Galicia, sobre todo, se han detectado nidos en el suelo que son más difíciles de descubrir y eso le da tiempo a sacar nuevas reinas que son productoras de más y más nidos”.

Colmenas de Isaac de Arriba en Las Arribes
Colmenas de Isaac de Arriba en Las Arribes | Imagen cedida por Isaac de Arriba para la realización de este reportaje

Hace aproximadamente quince años que se detectó por primera vez la presencia de la velutina o avispa asiática, aunque aquí en Salamanca, dice Isaac que, empezó a hablarse de que había gente que la había visto hace tres o cuatro años. “En Salamanca le debe costar progresar y por eso no acaba de invadirnos, no representando gracias a Dios un problema como, por ejemplo, en Galicia, que tiene una temperatura más estable y que, indudablemente, puede ser uno de los motivos por los que esté más asentada allí”.

Unas 12 velutinas pueden machacar una colmena de 70 mil abejas en una semana

Sobre las medidas de seguridad a las que tienen que agarrarse los apicultores para proteger a sus abejas, manifiesta que “en el momento en que se tiene sospecha de su presencia, lo primero que hay que hacer es ir a tratar de detectarlas y poner trampas que las atrapen e impidan que lleguen a atacar a las abejas. Hay trampas que consisten en poner un producto para que cuando vayan a las colmenas se intoxiquen, pero luego también hay otras trampas que son las arpas eléctricas, un sistema muy eficaz, que se coloca en vertical cada tres colmenas, con un entramado de hilos que permite el paso de las abejas pero no el de avispas, que al ser de mayor tamaño cuando van detrás de ellas chocan con los cables y mueren electrocutadas”. Acudir a estos sistemas confiesa que es “muy necesario” porque representa “un gran problema para las colmenas”. El daño es tal, que Isaac asevera que “unas 12 velutinas pueden machacar una colmena de 70 mil abejas en una semana”. Igualmente, apunta que “a las abejas como viven poco les cuesta por sus propios medios autodefenderse”.

En cuanto a la protección del apicultor reconoce que “los trajes de protección para las abejas no nos protegen, se necesitan unos más sofisticados”.

Colmenas de abejas
Colmenas de abejas | Europa Press

Sin embargo, y desgraciadamente, la velutina no representa el único problema que acecha a la apicultura en nuestro país. A la agresividad de esta avispa se suman el problema de la varroa, así como las altas temperaturas, por no hablar de la entrada de productos importados de países terceros.

Respecto a las temperaturas, Isaac expresa que “en Salamanca este año hemos sufrido una primera parte de la primavera con una temperatura muy mala, con un néctar inaprovechable por el exceso de lluvia y luego, una segunda parte en la que hubo heladas en el mes de mayo, que afectaron al roble y a la encima, y que nos dieron una última miel que fue mínima. Recolectamos la mitad de producción que en un año regular”.

La miel tiene que ser producida en cercanía, como producto local, para que la gente sepa lo que compra y olvidarse de productos lineales de supermercado

Entre las principales reivindicaciones que provienen del sector apícola, Isaac destaca que “la Administración no nos ayuda, siguen incumpliendo el etiquetado de la miel y sin favorecer la venta de productos nuestros que son locales, permitiendo la entrada de países terceros y de fuera de la Unión Europea a precios muy bajos, cuando ni siquiera es miel lo que se vende”. Reconoce que “nos tenemos que ir acostumbrando a que las primaveras empiezan muy tarde y son difíciles, se arrebatan muy pronto con el calor, pero al final somos ganaderos y un ganadero está preparado para épocas de sequía y de carencia porque el trabajo de las abejas es arduo y constante, pero a lo que no podemos enfrentarnos es que se permita la entrada de miel de dudosa calidad cuando la de aquí está malvendida o sin vender porque eso hace peligrar las explotaciones”.

Asimismo, declara que “con el número de colmenas que yo tengo, hace 20 años podía vivir perfectamente una familia, cosa que hoy es imposible, por eso hay gente que se plantea incluso no continuar con esta profesión”. Concluye advirtiendo que “la miel tiene que ser producida en cercanía, comercializada en cercanía, como producto local, para que la gente sepa lo que compra y olvidarse de productos lineales de supermercado que tienen calidad cero”.

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