La ola de calor castiga al trigo salmantino
En las parcelas de menor calidad, los agricultores estiman una reducción de entre el 20% y el 25% en la cosecha esperada

La ola de calor que ha azotado Salamanca durante la última semana, con temperaturas diurnas que alcanzaron los 33-34°C y noches tropicales que apenas ofrecieron respiro, ha provocado una drástica reducción en la que prometía ser una cosecha excepcional de cereales. Los agricultores salmantinos, que ya enfrentaban una rentabilidad mínima debido a los altos costos de producción y los bajos precios de venta, se preparan ahora para pérdidas económicas considerables.
El cultivo más afectado ha sido el trigo, precisamente porque se encontraba en una etapa crucial de formación del grano cuando llegaron las altas temperaturas. Si bien la cebada, la avena y otros cereales también sufrirán mermas, el impacto en ellos será en menor porcentaje.
En las parcelas de menor calidad, los agricultores estiman una reducción de entre el 20% y el 25% en la cosecha esperada de trigo. Esta situación reafirma el viejo refrán popular de que "hasta que la cosecha no está en la nave no se puede dar por segura".
La noticia llega como un golpe devastador para el sector agrícola de la provincia. Incluso con una cosecha excelente, los agricultores ya luchaban por encontrar rentabilidad en el cultivo de cereal. Los costos de producción se han triplicado, la maquinaria agrícola ha alcanzado precios exorbitantes, y los precios de venta de los cereales se mantienen en niveles similares a los de hace 35 años. Con esta importante merma en la producción, la esperanza de beneficios se ha desvanecido, dejando a muchos productores ante la perspectiva de pérdidas económicas directas.
La combinación de condiciones climáticas extremas y una coyuntura económica desfavorable pone en jaque la viabilidad de muchas explotaciones cerealistas en Salamanca, evidenciando la fragilidad de un sector vital para la economía local.
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