Salamanca es la provincia de Castilla y León donde más ejemplares de perdiz roja se han cazado en la última temporada (2022-2023) de la que tiene registros la Junta de Castilla y León.
Un total de 50.008 ejemplares fueron capturados, poniendo así en cabeza a Salamanca como la provincia con más ejemplares cazados de toda Castilla y León. Tras ella, es Burgos el lugar donde más se captura la perdiz roja (41.278); seguido de Ávila (21.739); León (11.494); Zamora (11.306); Soria (11.237); Palencia (8.394) y, por último, Valladolid (4.446).
Poniendo el foco en la perdiz roja, la “reina” de la caza menor, por su gran diversidad, que genera importantes beneficios en nuestro país, gracias a la actividad social y económica, su caza ha ido ganando en prestigio. De hecho, echando la vista atrás, su caza en Salamanca era mucho más minoritaria, pues en la temporada (2012-2013) se capturaron 38.906 ejemplares menos que ahora. Además, hace 10 años era mayor la cotización en caza menor del conejo, la paloma torcaz o la codorniz. Animales que distan ahora mucho de la perdiz en cifras.
Y aunque el liderato lo regenta la perdiz roja, cuya temporada hábil de caza es la general de toda la caza menor, la paloma torcaz ocupa el segundo puesto como el trofeo más cazado en la provincia de Salamanca en la actualidad, con 28.534. El conejo le sigue, en el tercer puesto, con 12.664. Tras él y hasta llegar a la cotizada codorniz de hace 10 años hay que pasar por la liebre, que registra 9.759 capturas, y el jabalí con 8.652. Estando, además, este último a la cabeza de las capturas en caza mayor.
Según el presidente de la Federación de Caza en Salamanca, Javier Tendero, la perdiz roja es el ejemplar más cotizado en la caza menor por “su dureza”: “Tiene un gran atractivo para los cazadores buenos, aficionados de verdad, porque es una caza complicada, son muy bravas y para cazarlas hay que tener un buen perro y unas buenas piernas”.
La caza de la perdiz roja es "complicada": "Son muy bravas y para cazarlas hay que tener un buen perro y unas buenas piernas”
Su caza tiene un “gran atractivo social” como actividad cinegética, pero, generando un “importante” impacto económico “gracias a las sueltas intensivas”, que son, realmente, según indica Tendero las que “inflan” los números en los ‘Resultados de temporadas cinegéticas’, donde se incluyen los cotos intensos que “es donde más se caza la perdiz”.
En el caso de la provincia de Salamanca, “la perdiz salvaje donde más se caza es en la comarca de La Armuña y de Peñaranda de Bracamonte”, asegura el presidente de la Federación de Caza de Salamanca, que añade, también, que en caza menor “lo que más se cotiza a parte de la perdiz es la becada. Atrae a mucha gente del norte, que paga bien los cotos y a los ayuntamientos”.
Otras especies de caza menor capturadas en Salamanca
Tras la perdiz que lidera el ranking de especies de caza menor más capturas en la provincia, a la que le sigue, tal y como se ha detallado anteriormente, la paloma torcaz, el conejo, la liebre y la codorniz, se le suma la paloma bravía con 6.566 ejemplares.
Por detrás de la paloma bravía y disminuyendo el número de capturas, la Junta resalta la caza del zorzal, un ave, según ‘SEOBirdLife’ “de tamaño medio, con las regiones dorsales de un color pardo, con tonos claros, blanquecinos en el vientre y de un color ocre amarillento en el pecho” que “suelen desplazarse por el suelo, aunque se posa en la parte más alta de arbustos y árboles para cantar”.
Además, ‘SEOBirdLife’ señala que “en el pasado, y todavía hoy, el zorzal común ha soportado una intensa presión cinegética, de la que se recupera gracias a su notable fecundidad”, aunque en la actualidad su caza ha disminuido notablemente respecto a hace 10 años, cuando la Junta sumó hasta 6.147 ejemplares cazados, mientras ahora son 4.597, en la temporada 2022-2023.
Reduciendo todavía más aun las capturas, el Ánade Azulón que “cuenta con una importante población reproductora en España”, según ‘SEOBirdLife’ ve también reducida su caza en la provincia de Salamanca en 1.417 ejemplares desde hace una década. En penúltimo lugar, por delante del faisán, que no registra ningún ejemplar cazado, está la paloma zurita con 492. El faisán en 2012 tuvo 657 capturas.
El córvido, también conocido como cuervo, merece una mención reseñable, puesto que, a diferencia de ahora, hace 10 años no se tenía registro de su caza, mientras que en 2022-2023 se capturaron 1.044 piezas en la provincia charra. Una cifra que se ha visto reducida desde la época de la pandemia: la temporada donde más ejemplares de cuervos fueron cazados en estas tierras (1.595).
Hay que destacar que esta ave, según narra ‘SEOBirdLife’ “ha tenido siempre una injusta fama de especie perjudicial para la fauna cinegética y hasta para el ganado doméstico, y con frecuencia se le ha acusado de todo tipo de desmanes. Por esta razón, sin fundamento real, ha sido perseguido con saña mediante todo tipo de métodos, desde el expolio hasta el veneno”. Y aunque esta organización exponga que “en la actualidad, está presión ha disminuido considerablemente”, llama la atención que todavía son muchos los ejemplares que mueren “por culpa de envenenamiento ilegales, disparos o accidentes en tendidos eléctricos, a pesar de lo cual sus poblaciones parecen mantenerse”.
Resultados de temporadas cinegéticas de caza mayor en Salamanca
El jabalí sigue siendo la pieza de caza mayor más cotizada durante la temporada de 2022-2023 donde se han capturado 8.652 ejemplares, siendo la tercera provincia de Castilla y León con más ejemplares capturados, por detrás de Burgos con 9.206 y León con 9.208.
Por detrás del jabalí, el zorro es el animal más cotizado de caza mayor en Salamanca con 8.367, seguido de los corzos con 963 ejemplares cazados, los ciervos (899), los gamos (290); los muflones (138) y la cabra montesa (73).
En cambio, en la temporada de 2012-2013 fue el zorro el animal con más ejemplares capturados (8.059). Tras él fue el jabalí con 4.460 piezas el más cazado; seguido del venado (356); el corzo (189); el gamo (115); y la cabra montesa (55).
En este aspecto, hace una década, todas las especies registraron menos ejemplares cazados que en la actualidad. El motivo podría deberse a la evolución que ha sufrido la caza en muchos aspectos, desde las armas y demás utensilios para la caza, con telescopios, cámaras y visores nocturnos mucho más precisos, hasta los terrenos, con mayor número de cotos y zonas agrícolas más extensas.
Además, según relataba hace dos años Tendero a Salamanca24horas en otro reportaje, “hay un estudio realizado que dice que en un par de años se va a duplicar la población de jabalí, y si los cazadores dejáramos de cazarlos en Salamanca, donde por la ciudad ya hemos visto jabalíes en frente del hospital y alrededores, habría un problema gravísimo en cuanto a accidentes de tráfico, en cuanto a enfermedades de transmisión a animales domésticos y también respecto a la agricultura, donde habría un desborde, tanto en maizales como trigo y diferentes cosechas, ya que todo lo que cogen los jabalíes lo destrozan. Por ello, la labor social que hacemos los cazadores manteniendo esas poblaciones más o menos estables es terrible, y por eso a la sociedad hay que decirle que pagamos por hacer una labor social, que es lo que no le entra en la cabeza a la gente”.
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