Preocupación en el campo salmantino por la lenta campaña de la patata y los bajos precios
La recolección avanza con retraso, las producciones caen hasta un 20% y los agricultores alertan de la amenaza a la viabilidad del cultivo
La campaña de recolección de patata en Salamanca avanza con lentitud y genera una creciente preocupación en el sector. A la siembra tardía —provocada por las intensas lluvias primaverales que obligaron a retrasar más de un mes las labores en el campo— se suma ahora la falta de interés de la distribución por retirar el producto, así como unos precios demasiado bajos que desincentivan a los agricultores, según denuncia UPA..
En la provincia se han sembrado este año 5.218 hectáreas de patata, un 14% más que en 2024. Sin embargo, las producciones que se están obteniendo resultan entre un 15% y un 20% inferiores a campañas anteriores. De este modo, Salamanca no alcanzará mayores volúmenes que otros años, por lo que el problema de mercado no deriva del exceso de producción local, apunta la organización agraria.
El contexto internacional también influye. En Francia, donde las condiciones de siembra fueron más favorables, se ha registrado un notable incremento de producción que presiona a la baja los precios en los mercados europeos.
El aumento de la superficie dedicada a la patata en Salamanca y Castilla y León responde, en parte, a la caída del cultivo de la remolacha. Ante contratos poco rentables, muchos agricultores optaron por abandonar este cultivo y destinar esas tierras a la patata. Esta circunstancia, advierten, pone de manifiesto lo vulnerable que resulta el sector: un desplazamiento de superficie desde otros cultivos mayoritarios, como el maíz, podría agravar aún más la situación en próximas campañas.
Los precios que actualmente se pagan en el campo se consideran insuficientes para cubrir unos costes de producción que superan los 8.000 euros por hectárea. Una situación que, de mantenerse, comprometería seriamente la viabilidad del cultivo en la provincia.
Desde el sector se hace un llamamiento a los consumidores para apostar por la compra de patata nacional, subrayando que con ello no solo se apoya a los agricultores, sino que también se contribuye a la sostenibilidad y a la lucha contra el cambio climático gracias al consumo de productos de proximidad.
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