Salamanca, pionera en la creación de un nuevo producto para fertilizar el trigo: “Se puede producir sin bajar rendimientos, y reduciendo la contaminación por nitrógeno”

El principal reto que esconde este proyecto con el hongo 'Trichoderma' es "ir a un campo que no se riega, que solo recibe agua de lluvia, y rebajar la concentración de nitrógeno. Un gran reto desde el punto de vista agronómico", según reconoce Enrique Monte, investigador principal del proyecto en el CIALE

Trigo. Foto de archivo
Trigo. Foto de archivo

Salamanca ocupa uno de los primeros puestos en investigación, de hecho, es la ciudad universitaria por excelencia donde se fraguan multitud de excelentes investigadores en todas las áreas.

El campo no iba a ser menos, ocupando uno de los lugares más prestigiosos de la provincia y de toda la Comunidad de Castilla y León. En tierras charras, la agricultura desempeña un papel primordial. Por este motivo, el Instituto de Investigación en Agrobiotecnología (CIALE), junto a la Universidad de Salamanca, han puesto en marcha una investigación pionera para lograr un nuevo producto que ayude a mejorar la fertilización del trigo, combinando el fertilizante químico inorgánico tradicional y el hongo ‘Trichoderma’.

Esta investigación de la que Enrique Monte, catedrático de microbiología, es el investigador principal del proyecto, comenzó hace seis años, con un total de seis proyectos acumulados del Ministerio, la Diputación de Salamanca y la Junta de Castilla y León.

El epicentro de la investigación es el ‘Trichoderma’, “un hongo microscópico que no mata a las plantas”.

¿En qué consiste su aplicación?

Monte reconoce que “aplicamos este microorganismo beneficioso a la raíz, produciéndose más grano y más enriquecido, con mucho más valor nutritivo”.

Una vez aplicado el microorganismo “lo que hacemos es seleccionar hongos del género ‘Trichoderma’, hongos que crecen dentro del trigo, que hemos seleccionado en el laboratorio, los hemos aislado, producido y aplicado”. Y, “a partir de los resultados que habíamos obtenido de una cepa bastante buena de ‘Trichoderma’, que funcionaba muy bien en el trigo y los fertilizaba bien, lo que queremos hacer es aplicarlo juntamente con el gránulo de fertilizantes que se aplica de fondo al cultivo de trigo”.

¿Cómo es el proceso?

Antes de desgranar cómo sería el proceso para aplicar este fertilizante, Enrique Monte aclara que “hay países que aplican más fertilizantes de la cuenta, y España es uno de ellos. Además, se ha puesto el ojo en el cereal, especialmente en el trigo que donde más se siembra es en Castilla y León. Por eso nos está afectando”. Mientras que remarca que “esto es algo que la Unión Europea data de ‘inadmisible’ porque el nitrógeno en exceso que no toma la planta se queda en el suelo y cuando llueve lixivia y va a los acuíferos, los contamina y puede generar problemas en la salud humana”.

Como, por regla general, en el cultivo antes de sembrar las semillas se aplica un abonado de fondo con una gran cantidad de nitrógeno, tal y como explica Monte, lo que hay que hacer y en lo que, desde el CIALE, con este proyecto, se está intentando es “reducir la cantidad de nitrógeno que se aplica al suelo antes de la siembra, y luego en el cultivo de trigo, cuando ya se ha desarrollado, se aplica el nitrógeno ya a la planta. Un proceso que se llama cobertera y que se aplica una vez que el trigo ya está sembrado y se está desarrollando”.

'Trichoderma'
'Trichoderma'

Realmente, según matiza Monte, el problema no se encuentra en reducir la cobertera, que también, el mayor problema es el abonado de fondo. Principal motivo por el que insiste en que el cultivo “no necesita tanto nitrógeno porque contamina”. Y por ello es por lo que los investigadores salmantinos han decidido trabajar con el hongo ‘Trichoderma’ para reducir el abonado de fondo, y con ello erradicar la contaminación por nitrógeno: “La combinación del abonado biológico con ‘Trichoderma’ y el abonado tradicional químico de NPK (nitrógeno, fósforo y potasio) nos ha funcionado bien y obtenemos resultados similares de producción bajando la dosis de nitrógeno a la mitad”.

Llegados a este punto, donde los investigadores tienen claro el problema y las soluciones que hay que ponerle, Monte reconoce que ahora lo que hay que hacer “es intentar formular el abonado de fondo químico con el biólogo”, pero advierte de que este paso “no es nada sencillo”, y explica que “si al microorganismo le pones una alta cantidad de moléculas inorgánicas, de compuestos inorgánico o de sales, se va a obtener un estrés osmótico y el microorganismo lo que va a hacer es arrugarse como una pasa y se va a morir”. Por ello, reconoce que “tenemos un servidor que hay que mimar y hay que aplicarlo en una formulación, y esa formulación con el NPK inorgánico hay que ajustarla y hay que investigarla”.

Aunque esta investigación es propia del CIALE y de la Universidad de Salamanca que actúa como socio, para poderla llevar a cabo con éxito requiere de la participación de empresas colaboradoras. Es por ello, por lo que en la investigación entra en juego la empresa salmantina ‘Mirat Fertilizantes’ que es la que fabrica el gránulo de NPK. También trabajan con la Cooperativa ACOR, de Valladolid: “Con el fertilizante de Mirat y con la colaboración del departamento agronómico de ACOR vamos a ir al campo con el formulado que seamos capaces de desarrollar en el CIALE, tanto en los laboratorios como en el invernadero”, subraya Monte.

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Investigadores del proyecto 'Trichoderma'

Otra de las características importantes del proyecto, que detalla el investigador principal, es la aplicación de este fertilizante en secano, donde tanto el trigo como otro cereal al que es aplicable perfectamente se riega únicamente con el agua de lluvia: “La segunda parte del proyecto consiste en ver como ‘Trichoderma’ ayuda, en este caso, a la planta de trigo a soportar el estrés por déficit de agua si nosotros reducimos el nitrógeno en condiciones de sequía”.

Al mismo tiempo, Monte reconoce que “este experimento donde vamos a reducir la dosis de nitrógenos a la mitad en condiciones de secano implica poner a la planta en unas condiciones que ningún agricultor se atrevería a poner en secano, con el abonado fertilizante de fondo a la mitad”.

¿Cuál es el beneficio que más favorecería al suelo con la aplicación de este fertilizante?

El principal beneficio de cara al agricultor, según Monte, es “que se puede producir trigo sin bajar rendimientos, combinando la fertilización nitrogenada, necesaria, y el microorganismo beneficioso. Y por supuesto, si somos hábiles aplicándolo correctamente conseguiremos reducir la contaminación por nitrógeno, que en definitiva es lo que exige Bruselas”.

Otro de los beneficios es “psicológico” porque “cada vez hay más demanda social por no contaminar y la Unión Europea nos ha demostrado, y el propio Ministerio de Agricultura es consciente de que hay que utilizar menos nitrógeno, de que España está aplicando al cereal más nitrógeno del necesario. Entonces hay que ajustar esa dosis, aunque teniendo en cuenta que sin nitrógeno la planta no crece, osea, no podemos eliminar la fertilización con nitrógeno inorgánico, por lo que hay que ajustar esa dosis reduciéndola. Y lo que hace ‘Trichoderma’ es aumenta el sistema radical de la planta: la planta tiene unas raíces más robustas y abundantes. Por tanto, se genera mayor superficie para captar ese nitrógeno y más ayuda al crecimiento de la planta, combinando nitrógeno a la mitad y ‘Trichoderma’.

Proyecto 'Trichoderma'
Proyecto 'Trichoderma'

Si el funcionamiento es eficaz, ¿podría aplicarse a otros cereales?

Cabe destacar que en principio el trigo es el cereal que se está usando para probar este fertilizante por ser el “cultivo estrella de Castilla y León”, reconoce Monte. Aunque a su vez confirma que “en un proyecto anterior de la propia empresa de ‘Mirat fertilizantes’ se ensayó en cebada y en maíz”. También asegura que “en lo que tenemos un conocimiento bastante extenso ya, con resultados efectivos, es en tomate, fresa, olivo, y en plantas hortícolas de invernadero con riego por hidroponía, con nutrientes suficientes, con agua suficiente y con los microorganismos beneficiosos de ‘Trichoderma’”.

Finalmente, Enrique Monte, líder del proyecto, concluye destacando que “es muy importante que el proyecto sea transferible y que genere valor, porque si logramos desarrollar un producto fertilizante mixto químico a menos dosis, compensado por el biológico tendría una aplicación casi inmediata”. Asimismo, sentencia que “el reto es ir a un campo que no se riega, que solo recibe agua de lluvia, y rebajar la concentración de nitrógeno.

Este es un reto, desde el punto de vista agronómico, muy grande, y por ello nos hemos centrado en el cultivo extensivo de trigo para entender el mecanismo molecular y trabajar con el genoma de trigo que es el más complejo actualmente”.

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