La evolución de las empresas agroalimentarias en el último año ha sido negativa en todas las provincias de Castilla y León, con Salamanca a la cabeza en cuanto a desaparición de industrias, con 41 de las 156 que se han perdido en un sector fundamental en la comunidad en un año marcado por la pandemia.
Situación en la que mucho ha tenido la crisis sanitaria derivada del COVID y los meses de paralización de muchos sectores destinatarios de las producciones de agroalimentación. A pesar de la pérdida de industrias en Castilla y León, "es uno de los sectores menos afectados por el COVID, con menos destrucción de empleo y con una menor proporción de trabajadores afectados por los ERTE y su crecimiento durante la pandemia ha sido constante", tal como ha explicado Juan Carlos De Margarida, decano-presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (Ecova), coincidiendo con la presentación del Observatorio Agroalimentario 2020.
En el caso de Salamanca, la provincia con mayor número de industrias agroalimentarias, ha perdido entre enero de 2020 y febrero de 2021 un total de 41, pasando de 494 a 453 con un porcentaje sobre el total de la Comunidad del 23,45%, según los datos del Observatorio Agroalimentario, teniendo en cuenta el número de empresas cotizantes a la Seguridad Social.
Por detrás, Zamora ha perdido 25 empresas, de 182 a 157; Ávila con 21 industrias menos, de 168 a 147; León pierde 12, Segovia con 17 menos, de 184 a 167; Burgos pierde 15, Valladolid 13, ocho Soria y cuatro Palencia.
Dos empresas cárnicas y un matadero se encuentran a la cabeza de la industria agroalimentaria en Salamanca, facturando 175,5 millones anuales con 450 puestos de trabajo. Como líder regional, por facturación, se encuentra la burgalesa Campofrío, con una facturación de 1.055 millones y casi 2.900 empleados mientras la palentina Cerealto es la empresa con más trabajadores, 4.500.
El decano-presidente del Colegio de Ecova considera necesario plantearse de una forma seria "qué sector queremos al objeto de aprovechar la vuelta a la normalidad después de la crisis sanitaria y económica, rentabilizando al máximo los fondos europeos que se destinen al sector y consiguiendo garantizar una calidad de vida digna a las futuras generaciones de castellano y leoneses".
Es una de las afirmaciones realizadas por De Margarida, que asegura que este sector "tendrá un papel decisivo en la comunidad", aunque "es imprescindible que los fondos europeos sean gestionados de una forma eficiente y eficaz, teniendo en cuenta la cobertura de internet en el ámbito rural, la sostenibilidad ambiental, la apuesta por la economía circular o el impulso de la digitalización”.
Juan Carlos De Margarida ha afirmado que “el sector tendrá un papel relevante a la hora de beneficiarse de las ayudas y oportunidades a desarrollar por el Plan NextGenerationEU”, instando a la “transformación y digitalización de la cadena logística del sistema agroalimentario y a la conservación y restauración de ecosistemas y de su biodiversidad”.
De Margarida resalta la importancia, para cumplir estos objetivos, del relevo generacional, "la inclusión de la mujer en el mundo rural, la formación tecnológica o el desperdicio alimentario".
Para el decano-presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (Ecova), "es fundamental definir el proyecto del sector para garantizar una vida digna a las futuras generaciones de castellano y leoneses".
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