Las nueve denominaciones de origen de Castilla y León subrayan la buena salud de la viña a estas alturas de año, si bien prácticamente todas ellas miran estos días al cielo y aguardan las lluvias estivales que asegurarían la cosecha en unas cepas que, en algunos casos, ya sufren de estrés hídrico. El estado sanitario de los frutos es bueno en todas las denominaciones, aunque en algunos territorios el ciclo se ha retrasado un poco debido a los rigores del invierno y la falta de agua.

 
Carlos Capilla, de la DO Arribes del Duero, considera que las plantas en esta peculiar zona de la Comunidad, entre Salamanca y Zamora, están “fantásticas, con muy buena producción de uva, sanidad excelente y sin problemas fitosanitarios”. Solo reclama “un poco de agua”. “Ahora no hay mucho problema y es un buen momento de floración y cuajado. Más que un verano es una primavera larga, pero en próximas semanas debería llover algo”, insiste con la mirada en el cielo.
 
La añada será similar a la del año pasado, tanto en calidad como en producción y maduración final. En 2011 se alcanzaron los 984.000 kilos. La variedad de la zona, la Juan García, podría mermar si hace demasiado calor, con lo que “se recogería la misma calidad en menos peso” durante la última semana de septiembre.
 
 
 
  

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