Los viticultores piden un ajuste de los precios al alza
Una campaña de vendimia cuya producción se ha previsto desigual según la zona y donde las DO han augurado “buena calidad”
Los viticultores de Castilla y León han reclamado un ajuste de los precios de la uva “al alza” de cara a que “gane todo el mundo” puesto que, después de un año en el que, debido a la subida general de los precios de alimentos básicos, “vender vino ha sido más difícil”, han considerado que “debe hacer un esfuerzo todo el mundo” para que el alza de los precios pueda generar una rentabilidad que “no puede dar el volumen”.
Y es que en esta campaña se ha esperado “una vendimia más corta” y una menor producción, según ha explicado a Ical el experimentado viticultor burgalés y antiguo responsable nacional de Unión de Uniones, José Manuel de las Heras, que ha señalado que dicha producción a la baja ha podido solucionarse “algo”, con la llegada de lluvia de los próximos días, aunque ha reconocido que “el año está hecho y va a haber menos cuantía sí o sí”.
Por ello, y para compensar ese descenso de la producción, ha considerado que el precio de la uva “tiene que subir, no queda otra” dado que “si al viticultor no se le da rentabilidad, el bodeguero al final también perdería”. Ha recordado además que “el éxito de la Ribera del Duero es que siempre se ha compaginado que el viticultor pueda hacer buen producto porque se le paga” por lo que, ha concluido, “para que gane todo el mundo, hay que ajustar los precios y, en un año como este, debe ser al alza”.
Sin embargo, los responsables de las principales Denominaciones de Origen de vino de Castilla y León han considerado que las estimaciones de producción han sido “desiguales” según zona, parcela y DO, siendo el único nexo común la “buena calidad” en la campaña de vendimia que se ha acercado y que, en el caso de algunas parcelas, ya ha comenzado.
Por ejemplo, y como ha explicado a Ical el director técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rueda, Jesús Díez, aunque “todavía es pronto y hay que dejar andar más la vendimia”, se ha previsto “cierta reducción, de alrededor de un 10 por ciento”. Una cifra que, no obstante, ha matizado que es “aproximada” y que ha surgido de la “poca vendimia” realizada hasta la fecha.
Porque, en el caso de Rueda, la campaña ha comenzado ya el 15 de agosto, primer día en que “entró uva en bodega”, y la previsión se ha realizado, precisamente, con la variedad sauvignon blanc recogida, ya que, en el caso de los verdejos, “siempre se comportan de forma más equilibrada y con menos variaciones”. Por ello, la reducción ha llegado a través de la sauvignon, donde “se notan más los años de rendimientos altos, como el pasado”, mientras que este año “apunta a que se va a reducir”, marcando “la diferencia entre campañas”.
Por el contrario, en Cigales “la producción va a ser, como mínimo, igual que la del año pasado o mayor”, ha explicado la directora técnica de la Denominación, Águeda del Val, estimando una producción que ha podido superar los 8,5 millones de kilos de uva, ligeramente mayor que los más de 8,4 de la campaña pasada.
“Viene bastante”, ha reconocido la directora técnica de la DO Cigales, que no obstante, ha advertido “cierta desigualdad” en el grado de la uva en estos momentos según la parcela, lo que ha marcado un inicio de la vendimia “desigual” por el que “la bodega que quiera hacer un vino con poco grado y color, empezará la primera semana de septiembre”, mientras que para el resto, lo más habitual es iniciar la recogida de la uva “a partir de la semana que empieza el 11 de septiembre”.
En cualquier caso, ambos responsables ha coincidido en apuntar una campaña de “buena calidad” al llegar la uva “muy sana” después del “susto” de finales del mes de junio, cuando las lluvias, “bienvenidas” para mejorar la reserva hídrica de la vid, han obligado a los viticultores a tratar la planta para impedir las enfermedades fúngicas.
“A estas alturas, con estos calores, se podría ver el campo con hojas insatisfechas de agua pero está verde y frondoso”, comenta Águeda del Val, lo que ha estado permitiendo “índices de maduración bastante equilibrados” aunque “un chaparroncillo estos días no vendría mal” para “facilitar la compensación de las uvas que vienen más tardías” e igualarlas con el resto.
En la misma línea, el director técnico de Rueda, Jesús Díez, ha comentado que la uva está en “buen estado sanitario y con buena vegetación”, a diferencia del año pasado cuando llegaba a agosto con un “estrés hídrico importante”. Por ello, ha valorado las lluvias de junio y julio porque “han mejorado el estado vegetativo de la planta”, permitiéndola llegar con unas condiciones de acidez y grado “muy buenas, con buen equilibrio”, lo que ha estado permitiendo “una buena intensidad aromática en los mostos” que aventura una campaña con “muy buena calidad”.
En concreto, Díez ha destacado los parámetros que han estado obteniendo en la variedad sauvignon blanc, donde “la acidez es alta” y esto, como conservante “muy importante”, ha permitido una “mejor evolución y longevidad de los vinos”, lo que, unido a una “mayor intensidad aromática” y a una “buena maduración y grado”, va a permitir un “mejor envejecimiento y una evolución más positiva” que la campaña pasada.
Por su parte, desde la Denominación de Origen Ribera del Duero, han calificado también la evolución de la uva durante la presente campaña como “muy positiva”, por lo que el presidente del Consejo Regulador, Enrique Pascual, ha afirmado que “se puede decir que viene un año bueno”.
“La viña está muy bien trabajada y atendida, y eso puede dar lugar a un viñedo y una uva de calidad, porque ha habido humedad y, aunque ahora está calentando, esa mezcla no es mala y la pinta de la campaña es muy buena”, ha reflexionado en declaraciones concedidas a Ical.
De hecho, ha manifestado que “la uva está bien, tiene una buena situación de sanidad y de calidad” y, aunque ha recordado que desde la DO de la Ribera del Duero nunca hablan sobre cantidades de producción hasta que estas no se confirman porque “se genera un espacio para la polémica que no procede”, si han anticipado una posible calidad de la uva, que en este caso tiene “una pinta muy buena”.
Y es que la presente campaña “ha venido muy bien” porque las lluvias del mes de junio han dado reserva hídrica a las plantas y no han generado ataques graves de enfermedades fúngicas. “Sí hubo algo de oídio por las aguadas de junio, pero se atajó perfectamente”, ha asegurado Pascual, que apuntó hacia los primeros días de septiembre como el punto de inicio de la vendimia en “aquellas parcelas que así lo decidan”, ya que se han tratado de “una decisión individual de cada una de ellas y cada viticultor”, pero ha concluido que, al tratarse de una campaña “normal”, la vendimia “se generalizará a finales del mes de septiembre, como suele ser habitual”.
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