Este lunes, el ex presidente de Caja Segovia, Atilano Soto, y el ex-vicepresidente de la entidad, Manuel Agudíez, han declarado en el juzgado número 2 de Segovia como imputado en el llamado caso de las retribuciones millonarias de Caja Segovia. UPyD estima en más de 33 millones de euros para ocho ex directivos de la entidad las retribuciones percibidas, para ocho altos cargos, 17 de ellos en concepto de prejubilaciones y el resto en planes de pensiones.

El abogado Luis Rodríguez Ramos, representante legal de ambos, ha asegurado que la gestión de las retribuciones aprobadas para altos directivos de la entidad se hizo conforme a la ley y con transparencia, por lo que la hipótesis del supuesto delito no se sostiene. También se ha referido al daño moral que el caso está haciendo a sus defendidos y ha desvelado que en un momento de la declaración, Agudíez se ha echado a llorar.

 
Los imputados han acudido acompañados por el mismo abogado Luis Rodríguez Ramos, quien ha manifestado que le ha sido fácil preparar la comparecencia porque sus defendidos siempre han actuado con transparencia, a la vista de los órganos de control y, porque la retribuciones e indemnizaciones serán altas pero, eso no es un delito recogido en el Código Penal.
 
También se encontraba el abogado de UPyD, quien presentó la acusación, Andrés Herzog, declarando que su formación política mantiene  que sucedieron los hechos tal cual han explicado en distintas ocasiones. 
 
Para la formación magenta  los exdirectivos de Caja Segovia, cuando vieron que “se les terminaba el chollo, decidieron defender sus propios intereses y no los de la entidad” y, por otro lado, Herzog, ha manifestado que próximamente deberán declarar otras personas pues, en las declaraciones de Soto y Agudiez, han aparecido otros nombres como el del responsable de Recursos Humanos, Enrique Quintanilla, a quien los imputados asignan parte de la responsabilidad en el asunto.

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