El primer funeral se ha celebrado a las 13 horas en la parroquia de San Juan de la Nava, donde ha sido enterrado Gerardo Yusta Yuste, de 77 años, quien perdió la vida cuando se iba de vacaciones junto a otros vecinos, según ha comentado el alcalde de la localidad, Juan Carlos Díaz.
En una abarrotada iglesia con más de 150 personas, el párroco ha dicho que “tras vivir un día entristecido”, ahora “hay que pedir a Dios fortaleza y consuelo”. Soltero y con cuatro hermanos, fue la víctima de San Juan de la Nava que se cobró el grave accidente.
Natural de la localidad, había regresado a ella hace unos 15 años tras trabajar en Alemania. El alcalde recuerda la “incertidumbre” y el “impacto” que se vivió en el pueblo: “habían subido aquí varias personas al autobús, pero algunas se bajaron en El Barraco, por eso tardamos tanto en saber lo que había pasado”.
En Navaluenga se celebrará a las 17,30 horas el funeral por Consuelo Pérez Ocampo, de 60 años de edad; y media hora más tarde en Navarredondilla el de Beatriz Pérez Rodríguez, de 45.
En Navalosa tendrá lugar a las 19 horas el de Juan González Herranz, de 77 años; y en Villanueva de Ávila el de un padre y su hija: Martín Garrido Jiménez, de 60 años, y Beatriz Garrido Altolaguirre , de 33 años, una de las tres personas con Síndrome de Down que viajaban en el vehículo. Era conocida como Bea, como el lunes la buscaba en la zona del accidente Pilar Florencio, presidente de la Asociación Abulense de Síndrome de Down.
Antonio Rafael Albarrán, de 79 años, será enterrado también este martes en Arganda del Rey (Madrid).
Los vecinos de Navatalgordo Berta Erica Collao Zamora, y su hijo Jorge Luis Allende Collao, serán repatriados a Chile, su país natal.
Catedral
El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, oficiará un funeral conjunto, en compañía de los párrocos de las localidades donde se han producido víctimas. Serán el jueves en la Catedral (19 horas) y en la celebración “se rezará por el eterno descanso de los fallecidos y la pronta recuperación de los heridos”, y se invita a familiares, amigos y vecinos de las víctimas, así como a “todos los fieles que deseen unirse a su dolor y quieran orar para que el Señor les guarde en la vida eterna e infunda el ánimo necesario para que todos puedan superar esta terrible tragedia”.
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