El nuevo edificio de la Escuela de Enfermería pasará a ser de titularidad regional este viernes. La Junta, a través del Sacyl, tomará el mando de la instalación por cesión de su actual propietario, el Ayuntamiento, que recibió la obra en noviembre, en un acto en el que la administración autonómica podría haberse convertido directamente en propietaria de la infraestructura. Pero ninguno de sus responsables acudió aquel día a firmar los documentos necesarios.

De este modo, la instalación, finalizada como estipulaban los plazos el 24 de noviembre del 2015, lleva en barbecho más de cuatro meses, pendiente de una serie de trámites burocráticos y, sobre todo, de la decisión de la Junta, que por fin ha determinado que es el Sacyl quien debe hacerse cargo del edificio para liderar ahora la última fase previa al traslado de los alumnos, la del equipamiento.

Un proceso largo

Las reivindicaciones para la integración de la Escuela de Enfermería en el Campus, con unas instalaciones que permitieran albergar a sus 300 alumnos, viene de lejos. Sobre todo desde que la implantación del Plan Bolonia supuso el aumento de la duración de esta carrera universitaria a cuatro años, las aulas de la Avenida de Requejo, donde actualmente se imparten las clases, se quedaron pequeñas para el volumen de estudiantes matriculados en la titulación.

De hecho, la Escuela de Enfermería tuvo que buscarse la vida para conseguir aulas en el Campus, e incluso en un edificio de las Tres Cruces, para poder evitar el 'overbooking' y prestar el servicio a sus alumnos. Las reivindicaciones no tuvieron éxito hasta finales del 2010, cuando el proyecto de la nueva instalación, integrada junto al resto de titulaciones, fue incluida en el Plan de Convergencia y su financiación comenzó a ser viable.

Desde entonces, se inició un proceso en el que se tuvo que escoger el lugar exacto, realizar el proyecto de la obra y ajustarlo a la cantidad máxima - dos millones de euros - prevista para la inversión. El Ayuntamiento ejerció como promotor y la Junta se comprometió al pago posterior de unos trabajos que arrancaron a principios de noviembre del 2014 con un plazo de ejecución de un año.

La obra se concluyó sin retrasos y sólo una ineficacia administrativa o política explica el hecho de que la instalación aún no esté equipada y no permita el traslado de los alumnos. Este viernes se dará el primer paso para ello en lo que parece el final del culebrón para la Escuela de Enfermería.

 

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