El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, después de la renuncia irrevocable presentada el pasado sábado por Rosa Valdeón como vicepresidenta, consejera de Empleo y portavoz del Ejecutivo autonómico, ha remodelado su equipo de Gobierno. El vicepresidente será José Antonio de Santiago-Juárez, cuyas competencias serán la coordinación de la acción del Gobierno y de las delegaciones territoriales.

Como consejero de Empleo entra Carlos Javier Fernández Carriedo. Entre sus competencias se encontrarán el impulso, el fomento y la coordinación del Diálogo Social, el diálogo con los representantes de los trabajadores autónomos y la Agenda para la Población. Por su parte, será portavoz, Milagros Marcos Ortega, consejera de Agricultura y Ganadería.

Cabe recordar que Rosa Valdeón dio positivo en la tarde de este viernes en un control de alcoholemia que le fue practicado por la Guardia Civil después de que se viese envuelta en un pequeño incidente de tráfico con un camión. El suceso tuvo lugar cuando la política zamorana viajaba con su coche por la autovía A-6, a la altura de la provincia de Ávila. El turismo que conducía Valdeón tocó levemente al vehículo de gran tonelaje y, a pesar de ello, la responsable regional no se detuvo, una circunstancia que provocó la denuncia del camionero, que alertó a la Guardia Civil.

Ante este hecho, los agentes dieron el alto a la vicepresidenta de la Junta, ya en la provincia de Zamora, a la altura de Morales de Toro, y le practicaron el pertinente análisis de alcoholemia. Tras una primera prueba en la que la responsable del Partido Popular superó los 0,75, en el definitivo, Valdeón dio 0,72, una cantidad suficiente para ser retenida por la Guardia Civil en el punto en el que tuvo lugar el control. La vicepresidenta regional tuvo que esperar en la carretera a la llegada de la grúa, que se llevó su vehículo, y a que otra persona llegara para recogerla y conducirla finalmente a su destino. 

Valdeón aseguró el sábado que por problemas familiares duerme poco desde hace una temporada y había tomado un ansiolítico, tres horas después se levantó a las cinco de la mañana para llevar a sus hijos al aeropuerto de Madrid y regresó por la tarde, paró en un área de servicio a tomar "un bocadillo de esos y una cerveza" (minutos después dijo dos cervezas) y se sorprendió cuando la Guardia Civil le paró y vio la abolladura en el coche. "En ningún momento me di a la fuga", repitió.

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