Pablo Pérez era un joven de 34 años, ingeniero industrial, cuya pasión se centraba en ayudar a las personas más desfavorecidas. Cooperante de varias ONG's, estuvo en Haití nada más producirse el terremoto que acabó con la vida de muchos habitantes en el año 2010.
El jueves regresaba de visitar en Barcelona a su abuela Paula, quien nació en la localidad burgalesa de Tórtoles de Esgueva, lugar donde reside buena parte del año. De regreso a su domicilio en Vilafranca del Penedés, su coche fue interceptado por los terroristas, que tras apuñalarlo mortalmente emprendieron la huida con su vehículo, un Ford Focus blanco.
Cuando una patrulla de los Mossos les dio el alto en un control a las afueras de la ciudad Condal, los terroristas atropellaron a un sargento, causándole la rotura del fémur.
Tanto su abuela Paula como su madre Concepción han nacido en Tórtoles de Esgueva, donde ayer se guardaron cinco minutos de silencio y donde por la tarde se ha celebró una misa en su recuerdo. Pablo también tenía vinculación con la localidad extremeña de Navalmoral de la Mata (Cáceres), de la que es oriundo su padre y en la que a menudo pasaban algunos días de vacaciones durante los meses de verano.
En la localidad ribereña, donde la noticia de lo sucedido ha causado gran consternación, sus familiares aguardan a conocer más detalles de su funeral ya que tienen intención de desplazarse hasta Vilafranca del Penedés, donde inicialmente están previstas las exequias.
En cualquier caso, continúan abiertas las investigaciones policiales para concretar con más detalle lo que pudo suceder en relación con la muerte de Pablo Pérez.
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