Juan Luis Martín Barrios: "Los 500 catequistas de nuestra Diócesis son el alma de la transmisión de la fe"

 Juan Luis Martín Barrios: "Los 500 catequistas de nuestra Diócesis son el alma de la transmisión de la fe"
Juan Luis Martín Barrios: "Los 500 catequistas de nuestra Diócesis son el alma de la transmisión de la fe"
No son muchos los interlocutores cuyas palabras transmitidas verbalmennte pueden transcribirse de forma estrictamente literal. Las imprecisiones y errores son frecuentes e invevitables en la gran mayoría de los oradores que improvisan sus alocuciones pero Juan Luis Martín Barrios tiene la facultad de decir exactamente lo que quiere decir, con esa claridad meridiana que se desprende de quien se dirige a diario a personas que necesitan guía y consejo.
El director del Secretariado de la Subcomisión Episcopal Española de Catequesis coordina una tarea muy compleja en instancias mediáticamente muy llamativas pero él insiste en que su primera labor y el cargo que mejor le define es el de párroco de Valcabado.
 
- ¿Qué trabajo de los que realiza le define mejor?
- Yo, sobre todo, soy un hombre creyente, sacerdote, que procuro vivir la dimensión pastoral de un cura. Y soy cura rural
 
- ¿Cómo se combina ese cargo con los de ámbito nacional y el proyecto del nuevo catecismo?
- Pues intentando complementar las dos dimensiones, que enriquecen a la persona, y uno aporta también el grano de arena que lleva en las manos y en el corazón. De lunes a jueves, completos, los dedico en el Secretariado Nacional de Catequesis al trabajo de animar la catequesis en toda España y, en este momento, uno de los trabajos más fuertes es la elaboración del Catecismo, con un equipo, evidentemente. Desde el viernes hasta al domingo por la tarde, lo dedico a la pastoral en la Diócesis y, concretamente, en Valcabado.
 
- ¿Qué tarea le resulta más complicada?
- La pastoral. Entiendo que el pastor es el que acompaña a las personas que le han encargado en sus alegrías, en sus sufrimientos, en sus esperanzas y en sus tareas. Visito a los enfermos en la parroquia, acompaño a las familias, celebro la eucaristía, mantenemos el ritmo de un proceso de catequesis desde los seis hasta los quince años, está el Consejo Pastoral, está el coro… Luego, en la dimensión más social, estoy al tanto de las familias que necesitan en este momento también la atención material.
 
- ¿Qué tal se lleva la crisis en Valcabado?
- Felizmente, hay sólo dos o tres familias necesitadas. Se está viviendo de manera generosa. Por primera vez hicimos la operación kilo y llevamos una furgoneta y hemos hecho colectas para Cáritas y han sido hasta excesivamente generosos. Yo diría que son las mayores colectas que salen de la parroquia. Entonces, hacer eso una vez al año, para una parroquia de 350 habitantes, es un gesto de gran generosidad.
 
- ¿Cómo va la elaboración del Catecismo?
- El Catecismo para menores entre diez y catorce años se titula ‘Testigos del Señor’, está aprobado ya por la Asamblea Plenaria de la Conferencia y el segundo paso es que se reciba lo que se llama la ‘reconitio’ de Roma. Es decir, que la Santa Sede, a través del organismo determinado, que es el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, hace una lectura transversal del Catecismo, se lo dan a alguien de la doctrina de la fe, a un biblista, a un pedagogo, hacen una lectura y nos mandan la ‘reconitio’, si hay que anotar algunas observaciones o dan el visto bueno.
 
- ¿En qué punto está del proceso?
- En este momento, la Asamblea Plenaria del Episcopado ha dado el visto bueno y, por lo que conozco verbalmente, hay buena sintonía en el Pontificio Consejo y estamos esperando que nos den el visto bueno. Es cosa de semanas, más que de meses. Eso es lo que recibimos cuando estuvimos en la peregrinación a Roma con los catequistas.
 
- ¿Eso va por valija diplomática a la Santa Sede o lo lleva Juan Luis Martín bajo el brazo?
- Llevarlo, lo llevamos el obispo presidente de la Subcomisión de Catequesis, Javier Salinas, que es obispo de Mallorca, y un servidor. Los dos lo llevamos directamente a monseñor Rino Fisichella, que es el presidente del Pontificio Consejo. Una vez que ellos hacen ese estudio, lo mandan ya por la valija diplomática directamente a la Nunciatura y, de allí, al presidente de la Conferencia Episcopal.
 
- ¿Cuáles son las principales diferencias que diferencian este catecismo del anterior, ‘Ésta es nuestra fe’?
- Fundamentalmente, este catecismo está al servicio de la iniciación cristiana y en él se conjugan cuatro verbos: Conocer, celebrar, vivir y orar. El catecismo ‘Ésta es nuestra fe’ es un gran documento. Yo diría que es la mejor síntesis de fe que se elaboró en los años ochenta y noventa en la Iglesia en España -tanto que sirvió de base para la elaboración del Catecismo de la Iglesia Católica-, tiene un tono diferente. El nuevo Catecismo tiene otros destinatarios, está al servicio de la iniciación cristiana, con la pregunta de cómo se inicia en la fe a un niño o un adolescente y, luego los núcleos fundamentales del nuevo documento giran en torno a las cinco partes de la Vigilia Pascual: Comienza con la Luz, el cirio sigue la proclamación de la Palabra; la celebración del Bautismo, la Eucaristía y, finalmente, la Misión. En torno a esas partes se estructuran los 50 temas el Catecismo.
 
- En la presentación del curso, el obispo de Zamora calificó de “desajuste” el que hayan fallecido 73 sacerdotes en la Diócesis y que se hayan incorporado once. ¿Es el principal problema que afecta a la Pastoral?
- Bueno, es un problema pero creo que, junto al sacerdote, está el rico caudal de nuestra Diócesis, que son los catequistas. Son hombre y mujeres, jóvenes y adultos que, diseminados por toda la geografía diocesana, desde los pueblos más pequeños hasta las parroquias urbanas mejor equipadas, junto al sacerdote son el caudal más rico que la Iglesia tiene. Ellos son los mejores transmisores de la fe. Es verdad que disminuye el número de sacerdotes y muchos vamos envejeciendo pero ahora tenemos en torno a 500 catequistas por toda la Diócesis, que son el alma de la transmisión de la fe. Y una experiencia bonita en la que estamos trabajando, que es lenta pero rica, como es la incorporación de algunas mamás y papás a los proyectos catequéticos de las parroquias. Normalmente, vienen a pedir el Bautismo o la Primera Comunión, con mucho tiempo de antelación y, cuando el párroco le dice humildemente cuáles son las necesidades de la parroquia, son muchos los padres que se enganchan a esa dinámica, que son los nuevos catequistas.

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