La niebla en el Alto del León impidió que la cada vez más nutrida columna de la Marcha Negra de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) pudiera ver el gigante de asfalto que le espera en la última etapa. Los más de 50 profesionales que han subido el puerto de Guadarrama en esta quinta etapa han dormido esta noche en Collado Villalba, ya en la provincia de Madrid y afrontan este lunes la penúltima etapa de su protesta, hasta Majadahonda.

Desde el pasado 27 de julio los trabajadores de las BRIF, dependientes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, están en huelga. Esta 'marcha negra' es la última de sus medidas de protesta para conseguir unas condiciones laborales justas. Sus tres reivindicaciones principales son la categoria profesional de bombero forestal, una segunda actividad para efectivos que no pueden seguir combatiendo los incendios forestales en primera linea de fuego por las pruebas físicas todos los años, y una serie de mejoras laborales y salariales, porque "somos un dispositivo helitransportado con cobertura nacional y estamos cobrando cerca de 900 euros".

"Le hemos dado caña", asegura Juan Carlos González de la Brif de Tabuyo, a los 1.511 metros de altitud que tiene el puerto que separa las provincias de Segovia y Madrid. Se nota que están acostumbrados a patear. Tanta 'caña' le metieron que los 21 kilómetros entre San Rafael y Collado Villalba se los hicieron en unas seis horas, con tiempo para hacer un par de paradas de avituallamiento y una más, inesperada, para socorrer a un zorro. Al olfato de Nori y Choco, los dos perros que vigilan el camino, no se les escapó el olor del animal herido. Nada más detectarlo varios compañeros de las Brif no dudaron en utilizar una de las pancartas para arropar al zorrín, que tenía la columna vertebral rota, hasta entregarlo a la protectora de animales que acudió al rescate.

Siempre salvando vidas y montes. Esta es la actitud de los hombres y mujeres que forman parte de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales en el día a día de los tajos, una actitud que también saben transmitir en las acciones de concienciación que desarrollan en la sociedad a través de los Eprif (Equipos de Prevención Integral de Incendios Forestales), que además de ser los encargados de programar las quemas prescritas o controladas, se dedican a ofrecer charlas en colegios, asociaciones y otro tipo de colectivos sobre el respeto al entorno natural de nuestras áreas rurales. La educación ambiental, otro mimbre de la urdimbre de contenidos que la ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel Tejerina, debería anotar entre las funciones que desempeñan estos profesionales semejantes a los bomberos urbanos que dedican horas y esfuerzos en explicar a los niños su trabajo sólo comparable, a los ojos de los chavales, con las hazañas de Superman.

Con el zorro sano y salvo, la marcha continuó engullida por la niebla. Una vez alcanzada la cumbre del puerto de Guadarrama la bajada puso a prueba las rodillas y las piernas de los brigadistas que van sumando kilómetros, y ya va alguno más de 100. La niebla del alto presagiaba el empeoramiento del tiempo que no dio tregua, fue llegar al pueblo de Guadarrama y el cielo se abrió cayendo agua sin perdón.

Mientras los caminantes no se arrugaban ante las inclemencias del tiempo, los cuatros compañeros encargados de la logística gestionaban la llegada de la columna a Collado Villalba. Aunque ya habían contactado con el Ayuntamiento para que les dejaran hacer noche en el pabellón deportivo del Colegio Público Rosa Chacel, siempre es mejor llegar de avanzadilla para que no les falte agua caliente para ducharse ni la cena. Los logísticos no son siempre los mismos, los lesionados o quien no pueda andar por otros motivos se encargan de ir abriendo el paso. En una movilización de este tipo no puede fallar el descanso ni la manutención.

Este lunes tocan los 21 kilómetros que separan Collado Villalba de Majadahonda, penúltima etapa de la marcha, que culminará este martes en la sede de la empresa pública Tragsa, que les contrata para trabajar para el Ministerio. A nivel nacional, las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales están formadas por 550 bomberos distribuidos en diez bases. En León se encuentran ubicados en la base de Tabuyo del Monte.

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