El último en incorporarse a la amplia exposición está hecho en papel y es de Corea, regalo de un restaurante coreano de Madrid, donde destaca los rostros de las piezas que forman el nacimiento.
De todos los lugares del mundo, sobre todo de España y Sudamérica, la exposición ‘Mundo Belén’ es un ejemplo de culturas e idiosincrasias: desde el belén apache al que protagonizan chulapos madrideños, pasando por el jamaicano con sus personajes luciendo rastas o el que sus figuras lucen taparrabos, o el que protagonizan trolls llegados de Noruega o vikingos de Dinamarca.
Con especial atención a Asia, ya que se entra a través de una pórtico oriental, este año se ha dedicado un rincón dedicado a Ávila con motivo del Año Jubilar Teresiano, mientras que el espacio infantil muestra un belén hecho con golosinas por un niño de 7 años, Juan Soto Macías.
‘Mundo Belén’ cumple una década con el mismo objetivo, “ser una representación de las tradiciones del mundo”, según Francisco Javier Sancho, director del Centro Internacional Teresiano-Sanjuanista (Cites), quien recuerda que comenzaron con medio centenar de belenes.
La exposición belenística es una “profunda dimensión de acercamiento y de diálogo a otras culturas", y ha destacado “el aspecto antropológico y de la mística a nivel internacional”.
Gracias a las aportaciones de quienes llegan al centro desde los cinco continentes y de comunidades carmelitas se ha llegado a sumar tal cantidad. Para instalarlos todos, un equipo de 14 personas ha empleado tres semanas sobre 600 metros cuadrados.
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