La aparición de las pegatinas en los porteros automáticos de varios edificios han venido precedidas por una larga serie de correos electrónicos y mensajes por redes sociales como Facebook con profecías dirigidas a una veintena de curas de la Diócesis de Zamora, lo que ha despertado cierta inquietud. “Yo mismo he recibido mensajes por Facebook alertando sobre un ‘gran aviso a la humanidad’. Son avisos de carácter religioso y apariencia católica, enviados por un perfil anónimo que se identifica solamente con la imagen del Cristo de la Divina Misericordia”, explica Luis Santamaría a Zamora24horas.
Se da la peculiar circunstancia de que ese perfil anónimo goza de tres ‘me gusta’, concretamente, el Papa Francisco, el Sagrado Corazón de Jesús y la misma Diócesis de Zamora. “Realmente, la de Zamora fue la primera diócesis española con presencia activa en Facebook. No le di mayor importancia, ya que me encuentro cada poco con cosas similares”, añade, en alusión a las frecuentes alusiones de origen pseudoreligioso y esotérico con las que topa como experto en sectas, miembro fundador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) e integrante de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones (SECR) y de la American Academy of Religion (AAR).
Luis Santamaría (Zamora, 1982) es licenciado en Teología y ha publicado obras como ‘¿Qué ves en la noche? Religión y sectas en el mundo actual’, ‘Los otros creyentes. El hecho religioso no católico en la provincia de Zamora’ y la más reciente ‘Entre las sectas y el fin del mundo. Una noche que murmura esperanzas’. “Con la aparición de esas pegatinas, el tema pasa del mundo virtual al mundo real, lo que debe hacernos reflexionar para aclarar las cosas”, dice. “Lo que se encuentra el que accede a esas páginas web son ‘mensajes de Dios dados presuntamente a una mujer llamada Maria Divina Misericordia, sin acento. Dice que los mensajes le fueron revelados por la Santísima Trinidad y la Madre de Dios desde noviembre de 2010 y la cosa da de sí, porque lleva más de 650 mensajes recibidos”, ironiza.
Respecto a quién o quiénes pueden estar detrás de esta extraña iniciativa, Luis Santamaría reconoce que “se sabe tanto como de la vidente, es decir, nada” pero apostilla: “Hay recursos personales y económicos para asegurar ese despliegue virtual y con su efecto real de pegatinas por los portales”.
Además, Santamaría detecta conceptos “extraños” en el mensaje explicitado ya que el núcleo de lo que se predice consiste en ‘el Gran Aviso’, también denominado ‘la iluminación de la conciencia’. “¿Qué es? Según se dice, ‘un acto de la misericordia de Dios’. Lo curioso es lo que sucederá durante este Gran Aviso”, anota, en alusión a la precisa advertencia que figura en una de las citadas páginas web: Que ‘todos los mayores de siete años experimentarán un encuentro personal místico con Jesucristo que durará no más de quince minutos’, que ‘dos cometas chocarán en el cielo’ y que el cielo ‘se pondrá rojo’, entre otros acontecimientos anunciados. “No puede faltar el carácter negativo y catastrófico, como en todas estas profecías”, agrega, en referencia a anuncios de ‘disturbios globales, incluyendo guerras y terremotos para que las personas vuelvan a la fe en Dios’.
‘Cisma en la Iglesia católica’
En su primer análisis de las webs, Luis Santamaría destaca la presunta revelación fechada para el 17 de febrero de este mismo año, cuando predice que ‘el cisma dentro de la Iglesia católica será visible por todo el mundo’ y asegura que la renuncia de Benedicto XVI ‘marca el principio del fin’, ya que ‘la élite masónica se ha apoderado del control sobre Mi Iglesia y usará el engaño más perverso sobre los católicos’ y sentencia: ‘El falso profeta se hará cargo de la sede en Roma y Mi Palabra, así como lo fue en Mi tiempo en la tiera, será tratada como herejía’. “Al día siguiente de iniciarse el pontificado del nuevo Papa, el 20 de marzo, las palabras presuntamente dichas por Jesús arremeten contra la Santa Sede y su nuevo pastor diciendo ‘la Corona de espinas perfora la cabeza de Mi Iglesia en Roma’. No podemos entrar a juzgar a la supuesta señora ni sus intenciones. Sí es muy discutible el posible carácter sobrenatural de sus percepciones, en el caso de que no sea directamente un fraude. Como han señalado algunos críticos, el anonimato en el que permanece la vidente no sería sino un recurso para evitar que el obispo local a quien le corresponda la jurisdicción sobre la que se presenta como católica emita un juicio negativo acerca de estas supuestas revelaciones privadas”, concluye Santamaría.
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