El servicio de teleasistencia de Castilla y León supera expectativas y demuestra su eficacia ante emergencias

Desde la adjudicación del último contrato en 2023, el número de usuarios ha crecido exponencialmente, alcanzando los 58.000, superando con creces el objetivo de 50.000 para finales de 2025

Sala de Operaciones del Servicio de Teleasistencia. Foto de archivo
Sala de Operaciones del Servicio de Teleasistencia. Foto de archivo

El servicio de teleasistencia de la Junta de Castilla y León se consolida como un pilar fundamental en el cuidado de las personas mayores y dependientes, demostrando el poder de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para mejorar la calidad de vida en el hogar. Desde la adjudicación del último contrato en 2023, el número de usuarios ha crecido exponencialmente, alcanzando los 58.000, superando con creces el objetivo de 50.000 para finales de 2025. Este contrato, con un presupuesto de 39.864.428 euros a ejecutar en tres años, prorrogable hasta cinco, es una muestra del compromiso regional con este servicio esencial.

La vicepresidenta del Gobierno autonómico y consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, ha visitado este martes en Valladolid la sala de operaciones del servicio. Allí, felicitó a los 169 teleoperadores que atienden directamente a los usuarios y a los 128 técnicos coordinadores que gestionan las emergencias. La consejera destacó dos puntos clave: la satisfacción de casi el 100% de los usuarios, según la encuesta de finales de 2024, y la impecable respuesta del servicio durante el gran apagón del 28 de abril. Gracias a sus sistemas ininterrumpidos de alimentación eléctrica y generación autónoma, el servicio no cesó en ningún momento.

El objetivo principal de la teleasistencia es permitir que las personas mayores y en situación de dependencia puedan seguir viviendo en su propio hogar con seguridad y autonomía. Este servicio, de carácter gratuito, ofrece una atención personalizada, con un profesional de referencia para cada usuario que conoce sus necesidades específicas.

La teleasistencia no solo responde a emergencias circunstanciales como caídas, indisposiciones sanitarias o accidentes domésticos, sino que también aborda situaciones más prolongadas, como la soledad no deseada o el seguimiento del estado de salud. En función de las características individuales, el usuario puede recibir teleasistencia básica o avanzada.

El sistema básico consiste en un terminal instalado en el domicilio que, con solo pulsar un botón, conecta al usuario con el centro de atención telefónica, activo las 24 horas del día, los 365 días del año. Los teleoperadores responden y los técnicos coordinadores determinan la actuación necesaria. La versión avanzada, por su parte, integra comunicaciones automáticas a través de dispositivos móviles, sensores y detectores (humo, gas, monóxido de carbono, fugas de agua, caídas, inactividad o presencia, etc.), ofreciendo una capa extra de seguridad.

Todo esto se complementa con visitas o llamadas telefónicas periódicas del teleoperador de referencia, creando un vínculo de confianza que no solo mejora la atención personalizada, sino que también ayuda a paliar la soledad no deseada. Más allá de las actuaciones técnicas y físicas, como la gestión de citas médicas o la respuesta rápida ante emergencias, la teleasistencia establece una relación humana que permite a los profesionales detectar situaciones complejas como el aislamiento, el duelo, el maltrato o el riesgo de suicidio, así como la sobrecarga del cuidador, ofreciendo orientación tanto a los usuarios como a sus familiares.

La eficacia del servicio quedó patente durante el gran apagón del pasado 28 de abril, que dejó sin electricidad a gran parte del país durante horas. El centro de atención de llamadas de la teleasistencia continuó funcionando sin interrupciones gracias a sus robustos sistemas de alimentación eléctrica y generación autónoma. Los profesionales se volcaron para asegurar que ningún usuario quedara desatendido. Aquel día se recibieron 151.130 alarmas, de las cuales 9.989 fueron pulsaciones de aproximadamente 2.700 usuarios. Las 141.141 restantes correspondieron a alarmas por cuestiones técnicas. Tras restablecerse el suministro eléctrico, los teleoperadores contactaron proactivamente con todos los usuarios que habían pulsado el botón para verificar que todo funcionaba correctamente, tranquilizarlos y resolver cualquier incidencia.

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