Un año sin Fernando Mayoral, el artista extremeño que eligió a Salamanca como escenario para crear el grueso de su escultura urbana

Torrente Ballester o Vicente del Bosque son algunas de las personalidades que forman parte del paisaje urbano de la ciudad gracias a la gran capacidad de modelar del también pintor

Fernando Mayoral modelando la escultura de Torrente Ballester. Foto: www.fernandomayoral.com
Fernando Mayoral modelando la escultura de Torrente Ballester. Foto: www.fernandomayoral.com

Un 14 de junio de 2022, Torrente Ballester se mostraba ajeno por primera vez a las conversaciones de los salmantinos sentados a su lado en una famosa cafetería de la ciudad, Vicente del Bosque ralentizaba su paso por la plaza del Liceo, la cabeza del poeta Pepe Ledesma bullía de tristes versos, San Juan de la Cruz mandaba sus plegarias al cielo, la mirada de Filiberto Villalobos se perdía por encima del tránsito de vehículos y de viandantes, y el traje de luces del Niño de la Capea dejaba de brillar. Si las estatuas tuvieran sentimientos, no hay duda de que las de Fernando Mayoral habrían llorado al conocer la muerte de su autor hace justamente un año. 

El artista nació en el municipio cacereño de Valencia de Alcántara en 1930, pero desarrolló gran parte de su vida profesional y artística (más de 70 años) en Salamanca. Su llegada a la capital del Tormes le produjo “sensaciones intensas de cultura, de búsqueda, de algo que estaba escondido entre sus piedras labradas. Veía arte por todas partes. Todo me llenaba de ansias de conocer”, reconoció Fernando Mayoral al recibir en 2015 la Medalla de Oro de la ciudad charra, de la que destacó “su característico color de piedra dorada, su poderosa apariencia desde lejos o de cerca, su perfil de bloque arquitectónico o escultórico”.

Ese “niño tan pequeño al que todo se le hacía grande” acabó ingresando en la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy y en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Salamanca. Tras obtener el título de licenciado en Bellas artes en Madrid y ser alumno del arquitecto Pier Luigi Nervi, regresó a la capital del Tormes para ocupar una plaza de catedrático en el IES Torres Villarroel y convertirse en profesor asociado de Escultura en la Facultad de Bellas Artes de la USAL. Entre tanto, las creaciones del artista no cesaban de aumentar en número y calidad. “Hasta que puedan mis fuerzas no dejaré de pintar y modelar, porque el anhelo de enfrentarse así a la naturaleza y a la vida es una pasión”. Y así fue. Ejemplo de ello son la escultura de Vicente del Bosque ubicada en la plaza del Liceo y la talla del Cristo de la Humildad para la Hermandad Franciscana, obras que realizó en 2017, con ochenta y siete años.  

Huella escultórica de Mayoral en Salamanca

 Vicente del Bosque (2)
Vicente del Bosque (2)

En 1943, cuando tan solo contaba con trece años, Fernando Mayoral realizó su primera escultura, ‘Cabeza de Cristo’, dando muestras de su precocidad artística. A esta le siguieron decenas de obras "repartidas por las calles y las plazas de Salamanca", como destacó recientemente el alcalde, Carlos García Carbayo, antes de añadir que el autor "ha tocado todos los palos de la sociedad charra": de religiosos como San Juan de la Cruz a hombres de letras como Germán Sánchez Ruipérez, Pepe Ledesma y Torrente Ballester, pasando por el ilustre médico Filiberto Villalobos, el extorero Niño de la Capea y el exentrenador de fútbol Vicente del Bosque. Todos ellos tienen en común, más allá de su conexión con la denominada Roma la Chica y de formar parte del paisaje urbano de la misma, el haber sido esculpidos por uno de los artistas más sobresalientes del siglo XX en España. 

Fernando Mayoral dejó igualmente su impronta artística en uno de los monumentos más bellos e importantes de Salamanca: su famosa Plaza Mayor. Y es que el escultor se subió a un andamio hasta en cuatro ocasiones para tallar algunos de los medallones que engalanan el ágora salmantina. Suyos son los de Lord Wellington (1980), Alberto de Churriguera (1993), el rey Carlos II (1999) y Tomás Bretón (2001), obras que no solo inmortalizan a grandes personajes históricos, sino también la huella del extremeño en la ciudad que eligió para desarrollar gran parte de su obra. 

Un pintor que modelaba

Apertura de la exposición ‘Mayoral'
Apertura de la exposición ‘Mayoral'

Fernando Mayoral es conocido principalmente por su faceta de escultor, pero, gracias a una exposición que permanecerá en la Torre de los Anaya hasta el 9 de julio, uno se puede adentrar también en las obras pictóricas del artista para comprobar de primera mano su polivalencia. “Dominó todas las técnicas y trabajó numerosos materiales. Es difícil encajarlo; iba de lo figurativo a lo abstracto”, defendió su hijo Gonzalo durante la presentación de la muestra, en la que también rememoró la necesidad constante que tenía su padre de manifestarse artísticamente: “Siempre estaba retratando. No podía estar quieto sin crear o vincularse a las personas. Estando en Galicia, recuerdo que se iba a pintar temprano y regresaba con siete cuadros. Era muy rápido”.

La exposición ‘Mayoral, un pintor que modelaba’ consta de 75 obras pictóricas que Fernando Mayoral creó en distintas partes del mundo (Italia y Francia) y de España (Galicia, Castilla, Extremadura y Andalucía), y entre las que se incluyen pinturas al óleo, temple al huevo, dibujos al carboncillo, pasteles y acuarelas. Todo ello se complementa con 44 esculturas. Las de mayor tamaño, como las que representan a los mundialmente conocidos Don Quijote y Sancho, han sido colocadas en el patio de la Torre de los Anaya para recibir a aquellos visitantes ávidos de arte y deseosos de conocer de cerca el fruto del talento de un artista inmortal.

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