La Semana Santa o el mundo cofrade de Salamanca lleva conviviendo con los costaleros unos cuántos años. En el recuerdo queda la procesión de la Virgen del Rosario que organizaba junto con los Padres Dominicos la Hermandad Dominicana, en el que paso era portado “a costal”. Y ahí se puede decir que empezó todo. Hoy la Virgen del Rosario sigue haciendo procesión por las calles salmantinas de igual manera y ha servido de puerta a la recién creada Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo. Esta hermandad, desde sus inicios, fijó que los pasos de la misma serían portados por costaleros y no por hermanos de carga (a hombros).
 
Criticado por muchos y defendido por tantos, pues se considera una forma de cargar en el sur no propia de tierras castellanas, la verdad es que estamos ante simplemente la forma de llevar un paso. Lo importante, según los defensores de este arte, “es lo que va arriba: la Madre de Dios o Nuestro Señor”. Para los curiosos y los que todavía no conozcan la existencia del costal en nuestra ciudad, SALAMANCA24HORAS repasa junto a Óscar Rodríguez varios aspectos sobre el costal. Lo más reseñable o lo más destacado y diferenciado de la carga popular a hombro es que el peso recae en el cuello, concretamente sobre la séptima vértebra cervical, que va protegida por una tela enrollada llamada costal que contiene una almohada protectora (morcilla). Cabe reseñar, por otra parte, que el paso debe de estar adaptado mediante trabajaderas (punto de apoyo del costalero) para poder llevar a cabo este tipo de carga.
 

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