Cristina Domínguez es una modista experimentada que lleva más de una treintena de años trabajando en su taller de costura con la peculiaridad que es quien realiza, prácticamente, todos los hábitos de los nazarenos que vemos en la calle. Comenzó con el hábito de la Hermandad Dominicana y ahora es quien viste la Semana Santa. La encargada, por así decirlo, de que cada cofradía, en su estilo, guarde una armonía o unos criterios.
Según informa la modista, la confección de un hábito no requiere del seguimiento de unos pasos determinados, pues unas veces se organiza por cofradías, o por distintas partes del mismo, como el capirote, capa, túnica, etcétera. Primero se le toman las medidas a la persona interesada en realizarse el hábito, éste compra la tela y comienza el proceso de confección. Un proceso en que lo más dificultoso de realizar es el capirote, sobre todo, los ojos “pero lo más bonita y lo que más preocupa a la gente”, señala Domínguez.
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