"La vida no compensa de la muerte; si no es porque el amor le dio sentido al tiempo”. Estos versos que Luis García Montero incluyó en ‘Un invierno propio’ (2011) adquieren un significado especial dos años después de la muerte de su esposa, al igual que el resto de poemas que le dedicó en vida. Muchos de ellos se recogen en ‘Almudena’, una obra para conocer al completo una de las relaciones más prolíficas de la literatura española y para adentrarse en los recovecos de esa hermosa historia entre dos personas que, al poco de intercambiar sus primeras palabras, sueños e inquietudes, descubrieron que lo que sentían el uno por el otro no se parecía en nada a lo que habían pasado antes. Se abrían nuevos horizontes para ellos; nuevas lecturas con grandes dosis de enamoramiento o compromiso para sus admiradores.
Con motivo de la publicación de ese cancionero de amor a Almudena Grandes, de ese libro de libros, Luis García Montero ha visitado este miércoles, 24 de abril, Salamanca para acercar su contenido a los ciudadanos charros. El poeta ha recordado precisamente algunas anécdotas y cómo una conversación en un encuentro literario derivó en escapadas cómplices de fin de semana y, posteriormente, en una sólida relación que duró hasta la muerte de la escritora en noviembre de 2021. Las palabras se convirtieron entonces en una vía de escape: "Cuando tienes una perdida muy fuerte, la vida se queda sin sentido y hay que acudir a la literatura". El arcipestre de Hita y Rosalía de Castro fueron algunos de los autores a los que acudió el granadino, mientras que muchos lectores encuentran consuelo en sus versos, especialmente en los escritos tras el duelo: "Comprendí el argumento de esta historia en la noche estrellada, una historia de amor, este año y tres meses, estos días finales que ya son, ahora, recordados, los más felices de mi vida".
Imagino que Almudena te inspiró más poemas que el que recoge el libro homónimo. ¿Cómo ha sido el proceso de selección?
Yo conocí a Almudena en 1992 y empezamos nuestra historia de amor. Vivimos juntos desde el 94 y a partir de ahí, la vida diaria y la convivencia han tenido que ver con las preocupaciones literarias y políticas. La vida es una conversación y, en ese sentido, tienes razón. Almudena está presente no solo en los poemas de amor, sino también en los que tienen que ver con la literatura, con Galdós, con la política, con la memoria histórica, con todo. Publiqué mi primer libro dedicado a Almudena en el año 98 y lo que ha hecho ahora la editorial Tusquets es reunir todos los poemas de amor que yo he ido escribiendo desde entonces: desde 'Completamente viernes' hasta el que salió hace dos años después de su muerte, 'Un año y tres meses'.
"Le agradezco a la poesía que me saque del dolor como un pozo solitario y que me ayude a meditar sobre la condición humana"
En el poema 'Cabo Sounion' te preguntas qué sentirás leyendo tus poemas de amor al pasar los años. ¿Qué emociones te despiertan a día de hoy?
Ese es un poema del año 94 en el que viendo el paso de Lord Byron por Cabo Sounion me preguntaba si la vida es el paso por las cosas y qué sentiría leyendo esos poemas de amor. Entonces, lo que me planteaba era sobre el futuro de la historia de amor: si va a durar mucho, cómo íbamos a acabar, si bien o mal... Y ahora, en el libro, la perspectiva en el sentimiento es otra. Es una historia que ha durado casi 30 años y que se cerró en un momento donde la vida se cruzó con la enfermedad y con la pérdida, y yo lo que le agradezco a la poesía es que me saque del dolor como un pozo solitario y que me ayude a meditar sobre la condición humana, lo que es nuestra vulnerabilidad, y que incluso me sirva de consuelo a la hora de pensar que es una suerte haber podido cuidar en un mal momento a la persona que quieres. Vivimos en un mundo de muchos narcisismos, se nos olvida que somos vulnerables, que en realidad lo que nos une y forma el 'nosotros' es la necesidad de cuidar, de ser cuidados, y, bueno, una historia de amor cuando hay complicidad pues también tiene como episodio importante la posibilidad de acompañar en la enfermedad y de cuidar a la persona que quieres.
¿Qué importancia crees que tienen la admiración y la gratitud en el amor?
Mucha. La admiración es indispensable en el amor. El derecho a la admiración es fundamental en la vida y eso lo aprende un escritor, porque cuando uno se dedica a escribir es porque ha admirado a gente que lo ha hecho antes y uno quiere seguir ese camino. Mi vocación literaria es inseparable de la admiración que he sentido por Federico García Lorca, Luis Cernuda o Ángel González, y la admiración de Almudena por Galdós o por Max Aub matiza su obra. Pero, en el amor, la admiración siempre es importante, porque es algo que tiene que ver con el respeto, con el deseo, con la atención que se le presta a otra persona, y en la relación con dos escritores también es una suerte poder admirar literariamente a la mujer que quieres o al hombre que quieres si vives con él. En ese sentido, se agradece que uno admire realmente lo que escribe el otro y que el amor no vaya en contradicción con la opinión literaria.
La obra concluye con un poema escrito por Almudena Grandes. ¿Crees que tenía aptitudes para la poesía?
No, ninguna (risas). Fíjate, ese es el único poema que escribió Almudena en su vida. Ella era muy lectora de poesía. Su padre era poeta y estaba acostumbrada a oír los poemas de él, a leer poesía, y yo creo que se fijó en mí porque le gustaba la poesía y le gustó la poesía mía que ella leyó, pero no tenía aptitudes de poeta. Ese poema surge porque un amigo, Luis Muñoz, que tenía una revista literaria, quiso hacer un número especial con novelistas que no escribieran poesía y que de pronto escribieran un poema a ver cómo les salía. Ella lo escribió y al final el número no salió. Entonces, siempre decía: "Para un poema que he escrito y nunca me lo habéis publicado". Y hace un tiempo, en un homenaje que le hizo la revista Tinta libre a Almudena, Luis Muñoz dijo: "Pues yo tengo un texto inédito de Almudena, que es un poema que ella escribió para una invitación mía". Se trata de un testimonio más personal que de una puesta literaria, porque ella era muy buena lectora de poesía pero nunca quiso escribir poesía.
¿Y qué sentiste al leer ese poema dedicado a tu persona?
Agradecimiento. Tiene mucho de complicidad personal, de broma y gratitud. Es una declaración de amor. Ahí te importa más que por la literatura, por lo que significa en tu vida.
"Salamanca es una referencia cultural muy clara para todos nosotros por la importancia de su universidad y de su literatura"
Honras continuamente la memoria de Almudena como compañera de vida y escritora. Además, terminaste su novela inconclusa ‘Todo va a mejorar’. ¿La parte de la pareja superviviente debe invertir parte de su vida en culminar los proyectos interrumpidos en la vida de la otra, en desarrollar esa vida no vivida?
Los proyectos de la que ya no está son condiciones muy concretas. Almudena enfermó cuando estaba escribiendo una novela. Durante el proceso de la enfermedad siguió escribiéndola, se amarró un poco a ella y cuando ya no podía continuar me dijo: "Mira, yo tengo esta estructura. No voy a llegar al último capítulo, por favor, escríbelo tú porque quiero que los lectores sepan como yo había pensado que acababa la novela". Yo llegué a un acuerdo con ella, digo: "Bueno, yo lo escribo, pero contando que lo escribo siguiendo tus indicaciones y, desde luego, no falseando el capítulo como si fuera tuyo, sino advirtiendo que es una petición que tú has hecho para que yo termine y se sepa el argumento". Y así lo hice. Eso es algo que puede tener que ver con la complicidad literaria, pero en una relación humana, la verdad es que la memoria es muy importante, y es verdad que los muertos siguen con nosotros y que nosotros escribimos para dejar huella. La literatura tiene sentido porque se convierte en una experiencia humana, en una herencia que sigue manteniendo en el presente la vida que desaparece con el paso del tiempo. Yo creo que las personas con las que convivimos forman parte de nuestra memoria y viven con nosotros todos los días, y la literatura responde a eso.
¿Salamanca es una ciudad de 'dudosa geografía urbana'?
No (risas). Salamanca es una ciudad que es una referencia cultural muy clara para todos nosotros por la importancia de su universidad y de su literatura y porque aquí viven amigos y uno vuelve siempre por asuntos literarios, por la propia memoria. Pensar en Salamanca es pensar también en Don Miguel de Unamuno, por ejemplo. No es una geografía dudosa en el sentido que aparece esa explicación en mis poemas, sino una referencia cultural muy clara.
Hablando de Salamanca, recientemente te has manifestado en contra de las críticas a su Universidad.
Esas críticas fueron disparatadas y muy injustas, pero estamos acostumbrados a vivir con una extrema derecha que miente, que genera bulos y crispación, y, en este caso, le ha tocado a la Universidad de Salamanca, pero no tiene ni recorrido ninguno ni justificación ninguna.
Como director del Instituto Cervantes, ¿crees que la USAL es un buen referente en la enseñanza del español?
La Universidad de Salamanca es un referente imprescindible en la enseñanza del español como lengua extranjera, y ahí ya no te lo digo yo como escritor o como profesor. Desde 1981 doy clases en la Facultad de Filosofía y Letras de Granada. Te lo digo como director del Instituto Cervantes. Todos los programas del diploma de Español como lengua extranjera, todos los programas de relación con las universidades latinoamericanas, la UNAM en México o la UVA en Buenos Aires, los hacemos en colaboración con la Universidad de Salamanca. Es un referente imprescindible y en la ciudad se nota, porque la riqueza de Salamanca es su universidad.
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