Fortu, de Obús: “Estoy para veinte años más. Quiero morir en el escenario cantando heavy metal”

Fructuoso Sánchez, Fortu, es desde hace casi cuarenta años el legendario líder de Obús, banda icónica del heavy metal español que este viernes actúa en la sala Music Factory a las 22:00 horas. 

 Fortu
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Si el heavy tiene rostro en España es el de Fortu (Burgos, 1954), vocalista de Obús, legendaria banda que, junto a Barón Rojo, lideró la mejor época del metal en España, en los años ochenta, y protagonizó una rivalidad entre grupos musicales que ríanse del Madrid-Barça. Obús sigue en la carretera tras casi 40 años de trayectoria, y este viernes ofrecerá su dosis de heavy metal en la sala Music Factory (plaza de Monterrey, 7). La cita será a las 22:30 horas y como invitada actuará la banda salmantina Sarah Evil.

Fortu, el Ozzy Osbourne de Vallecas, repasa su carrera con Salamanca24horas, su estado de salud tras recaer en una depresión, así como sus mediáticas apariciones televisivas y el momento que vive su longeva banda.

¿Qué Obús nos vamos a encontrar en Salamanca?

Una banda ilusionada por estar de nuevo de gira, con ganas de mostrar nuestra nueva formación, aunque ya llevamos con ella un tiempecito y con muchas ganas de salir al escenario en Salamanca. Los miembros de Obús tenemos mucho feeling y armonía entre nosotros y creo que eso siempre se nota a la hora de ofrecer nuestro show. Creo que tanto los fans acérrimos como los que nos acaban de descubrir podrán disfrutar de un buen espectáculo.

Lleva casi cuarenta años en el mundo de la música. ¿Se le han hecho largos?

No me he parado a pensarlo, pero creo que se me han hecho muy cortos. Me encuentro en un momento de plenitud física y psicológica, después de haberme recuperado de una depresión, y ahora mismo siento que me gustaría poder tirarme otros veinte años más si mi cuerpo aguanta. Me gustaría morir encima del escenario, haciendo heavy metal y con las botas puestas, como dice la canción.

¿Cómo lleva ser, con seguridad, la gran figura del heavy metal en España?

Soy una persona muy sencilla, hogareña y amigo de mis amigos. Llevo una vida muy tranqui, pero, eso sí, cuando me subo al escenario me siento una estrella. En ese momento de verdad que me lo creo, porque si no me lo creyese no me dedicaría a esto desde hace tanto tiempo. Eso sí, sé la responsabilidad que tengo cuando salgo a cantar. Lo que la gente espera de mí y lo que represento.

Ahora mucha más gente le conoce por sus apariciones en televisión…

Me siento orgulloso de hacer lo que hago en televisión. Yo me dedico al heavy metal y la tele ha servido para que más gente nos conozca y acuda a nuestros conciertos. Además, me lo paso de puta madre, me río y gano pelas con ello.

Supervivientes tiene un poco de heavy metal, ¿no?

El estar en una isla y pasar hambre es muy heavy, aunque haya médicos y esté medianamente controlado. Aunque por allí pasa de todo, y cada concursante se lo toma de una forma. Yo te aseguro que fui a pasar una experiencia. Me buscaba la vida, comía lo que pescaba y en algunas pruebas lo pasaba realmente mal. Otros parece que sólo van allí a discutir y a sacar los trapos sucios. Pero allí se pierden kilos con mucha facilidad. Créeme que pasas hambre y que las noches son muy duras, y los días de tormenta al raso puedes flipar porque no tienes sitio donde refugiarte.

¿Qué queda del heavy metal español de los ochenta?

Desgraciadamente, cada vez queda menos. Y no es por los músicos, porque ahora hay muy buenas bandas con más medios que los que teníamos entonces. Pero no cuentan con el apoyo que merecen. Los promotores no apuestan por las bandas españolas y no brindan oportunidades a los jóvenes. Obús tenemos un nombre y vamos tirando, no te creas que con grandes alardes, pero hay muchos grupos muy buenos que mueren en los locales de ensayo. Apenas hay locales que apuesten por la música en vivo, como por ejemplo hace en Salamanca Music Factory; la gran mayoría han cerrado y en los festivales gordos, que es lo que de verdad lo peta, no utilizan a las bandas emergentes ni para ser teloneros. Y es que debería ser obligatorio que cuando vinieran bandas como Guns N’ Roses o Metallica los teloneros fueran grupos españoles.

Ahora parece que manda otro tipo de música, como el reguetón o el trap…

El trap no sé ni lo que es. Y el reguetón para mí no es ni música.

¿Mantiene Obús la rivalidad con Barón Rojo?

Las rivalidades sanas están bien. Y sí, ahí seguimos. Barón Rojo hace lo suyo y nosotros lo mismo. Pensamos la música de formas diferentes, pero todo queda sobre el escenario. Aún así, creo que ambas formaciones hemos hecho mucho por la música en España.

¿Cómo ha sido el proceso de escribir su primera novela —Mil Demonios—, que además es autobiográfica?

La verdad es que estoy muy orgulloso de cómo ha quedado y la respuesta del público está siendo muy buena. Pienso que es muy divertida y muy fácil de leer. Me siento muy orgulloso de haberla parido. De hecho me he animado y ya estoy preparando otra novela. Eso sí, ya sin contar mi vida. Me queda poco para ofrecerla a las editoriales.

En Mil Demonios rememora la época más prolífica de Obús, cuando el malogrado Tino Casal fue su primer productor. ¿Cómo le recuerda?

Tino va a formar parte de mí toda la vida. Fue un maestro musicalmente hablando, un gran amigo y me enseñó cómo hay que trabajar, así como su concepto de lo que es el arte. Como persona era un diez y nunca le voy a olvidar.

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