Javier Alvariño, director de arte de 'La virgen roja': "Creo que se comete el error de atisbar una lógica detrás de los premios Goya que se dan"

El salmantino está nominado a los 'cabezones' por su trabajo en la película dirigida por Paula Ortiz

Entrevista a Javier Alvariño. Fotos: Míkel Antúnez
Entrevista a Javier Alvariño. Fotos: Míkel Antúnez

'La virgen roja' no solo ha encandilado a público y crítica desde su estreno, sino también a los académicos de los Premios Goya. Parte con nueve nominaciones gracias al trabajo de Paula Ortiz tras la cámara, a la actuación de Aixa Villagrán o a la dirección de arte de Javier Alvariño. El salmantino y su equipo han cuidado con sumo detalle la estética de la película para contribuir a la sensación de asfixia y control que sufre Hildegart (Alba Planas) al ser educada por su madre, Aurora (Najwa Nimri), para ser la mujer del futuro.

En una de sus escapadas a la capital del Tormes desde Madrid, donde reside habitualmente, Javier Alvariño ha atendido a Salamanca24horas para contarnos cómo está viviendo su nominación o cómo ha sido su trabajo en 'La virgen roja', al que ha accedido tras dejar su huella en producciones de Paco Plaza ('Verónica', 'Quien a hierro mata'), Borja Cobeaga ('Fe de etarras'), Eugenio Mira ('The Birthday', 'Grand Piano') o Jaume Balagueró ('Mientras duermes'). 

Enhorabuena por tu nominación a los Premios Goya, ¿te la esperabas?

Llevo 25 años haciendo películas, por lo que la fase de esperar que pasen cosas o no la he superado ya (risas). Sé cómo funcionan un poco estos premios y, como todos, son fruto de una cantidad de parámetros que son un poco científicos. En otras ocasiones, he creído que con las películas que acababa de hacer tenía opciones y luego no ha sido así. Entonces, esta nominación me ha dado muchísima alegría. El premio ha sido ese. Y lo que pase a partir de ahora es fruto del caos (risas). 

¿Cómo estás viviendo todo el proceso?

Muy tranquilo, en realidad. El día que dijeron las nominaciones estaba como muy contento y excitado, y ahora esperando a ver qué pasa. También es verdad que he estado trabajando hasta hace un par de días y realmente no he tenido tiempo de pensar mucho en ello. Quizás más en qué me voy a poner (risas). 

"Es guay que con la nueva hornada de directoras que hay tengamos la suerte de ver estas películas en pantalla"

¿Conocías con anterioridad la historia de Hildegart y Aurora?

No. Paco Plaza me puso en contacto con Paula y ella me contó la historia. Al principio, no tenía mucha idea de la época ni conocía todo esto, como quien se enfrenta a esta película por primera vez. Entonces, cuando vas profundizando en todo el asunto, te estalla la cabeza de que no se conozca la historia. Aunque se han hecho filmes -Fernando Fernán Gómez hizo uno que se llama 'Mi hija Hildegart'-, la gente no la suele conocer. Entonces, es guay que con la nueva hornada de directoras que hay, pues han tenido que llegar ellas para contar estas historias de personajes femeninos a reivindicar, tengamos la suerte de ver estas películas en pantalla. No es casualidad que la directora sea una mujer en este caso. Era necesario equilibrar un poco la balanza. Nos estábamos perdiendo muchas cosas. Es obvio. 

Entrevista a Javier Alvariño. Fotos: Míkel Antúnez
Entrevista a Javier Alvariño. Fotos: Míkel Antúnez

¿En qué ha consistido el trabajo de dirección artística para dar forma al control y asfixia que sufre Hildegart en 'La virgen roja'?

Ha sido un trabajo muy amplio. Empieza desde lo más grande de la cuestión conceptual, o sea el aspecto más abstracto, que es desarrollar los conceptos necesarios para anclarlo todo en ideas sólidas. Poco a poco, eso se va transformando en los diferentes aspectos de nuestro departamento, que son el diseño de los sets, la ambientación de los espacios, la búsqueda y diseño de los elementos más pequeños. Digamos que el departamento de arte es como un compendio de todas las disciplinas artísticas. Tienes desde constructores, arquitectos, diseñadores gráficos, dibujantes, escultores... Es un trabajo muy vasto. Entonces, empezamos documentándonos, a diseñar el set de construcción y a colaborar con el resto de departamentos para intentar que estos conceptos queden lo mejor trasladados a la pantalla. Creo que hemos tenido la fortuna de trabajar muy bien todos juntos y que estas ideas queden muy claras en la película. 

Respecto a la sensación de asfixia, es una cuestión sobre todo narrativa, porque los espacios no cambian. No se hacen más pequeños, sino que cambian con la manera en la que la cámara narra la secuencias. Tú vas desde planos más amplios a planos más cerrados. Cada vez estás más encima de los personajes, la luz va cambiando... Lo que es un piso muy luminoso y amplio se va convirtiendo en un piso cada vez más oscuro. El espacio está diseñado para permitir que la cámara cuente tanto la versión más optimista y luminosa del asunto, como la más oscura. Además, puede suceder de manera desordenada. Debes tener muy claro cuál es el lenguaje de una parte de la película y cuál es el de la otra. Ese lenguaje va avanzando y es donde entra más el trabajo de dirección de Paula Ortiz o de fotografía de Pedro Márquez. Van constriñéndose los espacios, agravándose la atmósfera... El sonido también hace mucho. Está generando una sensación de bunkerización del espacio. En la narración de toda la historia tienes un personaje muy luminoso que vive con ellas, que es el de Macarena (Aixa Villagrán). Este personaje, por diferentes razones, desaparece en un momento dado. Todas las luces y el color que le rodea desaparecen con él y todo se vuelve un poco más monocromático. Todos estos elementos están pensados y utilizados en el momento adecuado. Entonces, haces un trabajo en equipo, pero la mayor parte del mérito lo tiene Paula por ir dosificando estos elementos como una directora de orquesta. 

¿Paula Ortiz os comunicó al departamento de arte alguna petición especial en la fase de preproducción?

Paula Ortiz es una directora muy trabajadora, una intelectual. Es una profesora de universidad muy conocedora de la historia de la película, incluso antes de recibir el encargo de María Zamora, por lo que ya tenía un bagaje de cómo retrataría el asunto y cuando empezamos a hablar tenía como gran parte de la cuestión conceptual avanzada. También es una persona que trabaja muy bien en equipo. Está dispuesta a escuchar, a dialogar y quiere saber cómo funcionan distintas cuestiones. Así se genera un entorno de trabajo muy bueno y la verdad es que tiene mucha capacidad para entusiasmar a los equipos. La gente está encantada cuando trabaja con ella y para nosotros fue una experiencia muy guay en ese sentido. Entonces, bueno, sí que tenía avanzados una serie de conceptos. Lo que hicimos fue recogerlos y desarrollarlos desde el departamento de arte. 

Fotograma de 'La virgen roja'
Fotograma de 'La virgen roja'

En 'La virgen roja' también hay tiempo para el amor y la dirección artística cambia completamente, con el predominio del rojo.

Claro. Es un trabajo también de Arantxa Ezquerro, la diseñadora de vestuario. Con ella se decidió en un momento que el rojo estuviese muy restringido al vestuario de Hildegart. Esto es algo que sucede en muchas películas, porque es un color muy poderoso. Por ejemplo, en 'West Side Story'. Hasta que la protagonista no pierde la virginidad no va de rojo y, a partir de ese momento, siempre está presente en momentos de pasiones desenfrenadas. Es un color que se usa habitualmente con estas intenciones y en este caso, 'La virgen roja' no usa ese color salvo en ese momento. Es una de las secuencias en las que más se evidencia la tensión que hay entre lo que consideramos que era la zona de control de Aurora, que es su piso, y el resto del mundo, que no controla y que para ella representa el caos al que hay que poner orden. Entonces, la manera en la que se mueve la cámara, el color, el sonido... es puro caos cuando estamos en el exterior. Cuando estamos en el interior de la casa está todo contenido. La puerta de la casa es la frontera entre un mundo y otro.

¿Cuánto tiempo os llevó crear el decorado en el que transcurre principalmente la acción? 

Solemos tardar entre 4 o 5 semanas en tener los volúmenes principales y en empezar a trabajar con la empresa de construcción. Luego debieron de ser 6 u 8 semanas de construcción. Desde el momento en que tú pasas los planos, la empresa de construcción empieza a construir en el taller y eventualmente tiene que trasladarse al plató. Cuando lo hacen, tienen todavía otras cuatro semanas. Van avanzando, construyendo el plató, levantándolo ahí en el interior y en el momento en que ellos empiezan a terminar nosotros empezamos con la ambientación. Ellos hacen la construcción, la pintura, las paredes móviles que hay para poder rodar y eventualmente entramos con la ambientación, que es el mobiliario, las cortinas, el textil... Quizás en total habremos invertido unas 12 semanas desde que empieza a clavarse la primer tornillo hasta que el decorado está entregado. 

"El Madrid de los años 30 de la Segunda República era una capital a la altura de las grandes ciudades europeas"

Imagino que también ha habido mucho trabajo de documentación para adaptar lo artístico a la realidad de los años 30.

Sí, contamos con un documentalista que tiene una cuenta de Twitter maravillosa, Madrid Coloreado. Ha publicado varios libros de fotografías de los años 20 y 30 coloreadas por él. Decidimos contactarle y resulta que era un absoluto apasionado de la historia original de Aurora e Hildegart. Le flipaba la idea y se volcó a muerte. Nos consiguió muchísima documentación gráfica. La suerte es que es una época que está muy fotografiada. La documentación te ayuda a saber aproximadamente cómo eran las cosas en la época y si en un momento dado decides ignorarla por cuestiones dramáticas, por lo menos sabes que te lo estás saltando. Eso es importante también. Documentarse no sirve solo para calcar la realidad de la época, sino para saber cuándo no lo estás haciendo. Entonces, sí, es fundamental y muy divertido. El Madrid de los años 30 de la Segunda República era una capital a la altura de las grandes ciudades europeas. En España tenemos un grandísimo trauma con la dictadura. Nos ha dejado con una imagen de España subdesarrollada en muchos aspectos y una visión del resto de Europa más avanzada, pero es que no era así. Madrid no tenía nada que envidiar al París o al Londres de la época y, en fin, pasó lo que pasó, tristemente.

Fotograma de 'La virgen roja'
Fotograma de 'La virgen roja'

La crítica tacha a ‘La virgen roja’ de “artísticamente impecable” o “visualmente hipnótica”. ¿Crees que se valora suficientemente el trabajo de los directores artísticos o, como decía Antxón Gómez, sois los grandes desconocidos del cine?

Creo que está bien reivindicar los diferentes oficios para que la gente los conozca, pero de manera interna... Mucha gente va al cine y no sabe cómo se hacen las películas. No pasa nada, pero el momento en que alguien te lo explica o eres testigo siempre es: "Hostia, pero si sois muchísimos. Es una cantidad de trabajo...". A la gente le estalla la cabeza con esto. Realmente, es algo equivalente a una operación militar de mediana envergadura. Es una masa de gente de entre 50 y 150 personas base moviéndose y luego todas las infraestructuras que la rodean. Es un despliegue que flipas. Decir que somos los grandes desconocidos... no sé. Creo que es guay que la gente vaya al cine y no sepa bien cómo se ha hecho y disfrute de la historia y no necesite de estas cuestiones. Tampoco está mal lo otro -el conocimiento no ocupa lugar-, pero no me preocupa tanto que la gente sepa o no cómo están hechas las cosas. Es más, disfruto mucho cuando lo descubren, porque es guay, es como si estuvieras revelando un truco de magia a alguien.

Por otro lado, en lo profesional, creo que estamos muy reconocidos. La gente nos conoce perfectamente y, en términos generales, todo el mundo es consciente de la cantidad de trabajo que implica el departamento de arte. Es una cosa brutal. Cuando te paras a explicar de manera pormenorizada todas las fases...  a la gente le explota la cabeza. Si tú encierras a diez personas que no saben nada de cine en una habitación durante una semana y les dices lo que tienen que rodar, se sientan a hablar y, si tienen dos dedos de frente, tarde o temprano llegan a las mismas conclusiones, al mismo sistema de funcionamiento. "Si la cámara tiene que venir hasta aquí y atravesar esta pared, no podemos rodarlo en un sitio real. Hay que construir y necesitamos, bla bla bla". Es todo fruto de la lógica aplicada. Entonces, al principio impresiona mucho, pero, cuando lo vas explicando, lo entiendes.

"Cuando entiendes que en el fondo no va de justicia, sino de la inmensa fortuna que es que un día al año haya una ceremonia que tiene un impacto social... Eso es lo mágico"

Compites con ‘El 47’, una de las favoritas a los Premios Goya (14 nominaciones). ¿Te ves con posibilidades de lograr el galardón?

Marta Barazo (directora de arte de 'El 47') es amiga mía. A Pepe Domínguez ('Segundo premio') y Miguel Ángel Rebollo ('Volveréis') también los conozco y nos llevamos muy bien. Como todo esto es fruto de una cantidad de parámetros... Creo que se comete el error de atisbar una lógica detrás de los premios Goya que se dan. "La Academia ha decidido...". Quienes votan son académicos y la Academia ha decidido esto, pero no es un ente monolítico que tiene un criterio, ni mucho menos. Si tú juntas a 2.500 personas y les pones a votar algo... no se ponen de acuerdo. Tampoco existen campañas que fuercen a la gente a nada. Lo que sale, ha salido fruto de 20.000 cuestiones. Votas a gente que te cae simpática o votas a una película que te ha gustado aunque no te haya entusiasmado el arte, que se rodó en tu ciudad o incluso que no has visto. Esto sucede también. Yo estoy en la Junta Directiva de la Academia y he visto cómo la gente cuando llega nueva tiene ideas súper revolucionarias para poner orden ahí . "Es que no son justos los Goya, deberíamos hacer esto y esto y esto". Hasta que entiendes. Eres como un adolescente que entra en un lugar pretendiendo revolucionar y la gente te dice: "Mira, tranquilo. Siéntate ahí un momento. Atiende cómo es el asunto". Cuando entiendes que en el fondo no va de justicia, sino de la inmensa fortuna que es que un día al año haya una ceremonia que tiene un impacto social, que la gente hable, que la gente la ve en la televisión, que hay gente haciendo porras de quién va a ganar o no... Ese nivel de atención... Eso es lo mágico. Todo lo demás es igual. Da igual quien gane.

Además, que no es posible hacer eso más justo. Evidentemente, de alguna manera lo regulas. Con lo cual, cuando tú te das cuenta de que en el fondo no es científico... cuando tú haces algo, le puede gustar a alguien o no y las dos opiniones son igualmente válidas. Entonces, si te nominan, celébralo. Si ganas, vuélvete loco. Me parece una carambola del destino muy guay, pero no necesariamente tiene que ver que lo hayas hecho mejor que los demás. No hay una dirección de arte mejor que otra porque las películas son diferentes. Yo estoy contento porque creo que la gente está disfrutando de 'La virgen roja' en su conjunto y todos los departamentos tienen su momento para lucirse y funcionan muy bien engranados. La recompensa es eso. A partir de ahí, todo lo demás... No puedes asociar un premio a tu satisfacción. De hecho, lo más importante de todo es el proceso, como con todas las cosas de la vida. Una película de este tipo... Lo mismo estás metido 7,8,9 meses. Tu satisfacción personal no puede residir en que el resultado final le guste a la gente. Si tú pones todos los huevos en esa cesta, estás perdido, porque si no sale bien, qué significa eso, ¿qué has perdido tiempo de tu vida? No, lo importante es disfrutar en el camino y rodearte de gente con la que te lo pases bien y puedas convivir. Por lo menos, el proceso habrá sido divertido. Estrenar en cines, que la película tenga un recorrido por festivales, que, con suerte, te nominen y, si cae algún Goya, de puta madre, ya cierras el círculo. 

Entrevista a Javier Alvariño. Fotos: Míkel Antúnez
Entrevista a Javier Alvariño. Fotos: Míkel Antúnez

Has intervenido en otras producciones destacadas como ‘Quien a hierro mata’. ¿Cuál ha sido tu trabajo más exigente hasta el momento?

He tenido la suerte de crecer junto a directores como Eugenio Mira, Borja Cobeaga, Nacho Vigalondo y Paco Plaza. Hemos convivido literalmente. Hemos compartido piso y empezado a hacer juntos los primeros cortometrajes, rodado videoclips... He tenido hasta suerte de un modo u otro de que las películasque he ido haciendo han sido siempre con amigos. No es gente a la que he conocido el día uno, sino que, en general, son personas con las que he convivido, salido de noche, viajado... Es un caso un poco particular. Digamos que todas las películas tienen sus retos particulares y lo guay de este oficio en realidad es que, aunque te hayas enfrentado a problemas similares en algún momento previo, nunca es exactamente lo mismo. O sea, este modo de vida no es precisamente para gente que quiera tranquilidad. Cada película es diferente y los filmes que parecen sencillos nunca lo son. Los presupuestos que manejas cambian y nunca tienes el dinero suficiente. Entonces, siempre te tienes que romper la cabeza de un modo u otro y en los filmes que parecen más sencillas hay un esfuerzo siempre muy muy grande.

Me cuesta mucho decirte. Quizás las películas de época son más exigentes, como 'La Virgen roja' o 'Agnosia'. En ellas, cada elemento que rodea los personajes tienes que cuidarlo, porque puedes fácilmente cometer algún tipo de error anacrónico. Al margen de la anécdota, el problema que tiene cometer un error de ese tipo es que si tú sacas al espectador de la peli, estás saboteándola. Tienes que tener mucho cuidado de que toda la peli esté muy controlada. Entonces, en época, es una cuestión de afectar a todos los elementos que rodean a los personajes. Así que bueno, quizás esas son las pelis más exigentes, requieren mayor nivel de atención. Esto no significa que las pelis más o menos actuales... Por ejemplo, el trabajo de dirección de arte de 'Verónica' también es muy muy importante en esa dimensión. No deja de ser una peli de época en realidad, es sel 91. Bueno, todas las pelis tienen sus retos, o sea que me cuesta decirte. 

¿Estás trabajando en algún proyecto?

Estoy a la espera de que se confirmen algunas cosas, pero todavía no puedo hablar del asunto (risas). Tengo la suerte de que hay mucha gente que me llama para para trabajar y se me ofrecen muchos proyectos de todo tipo. Estoy pendiente del estreno de 'Su majestad', una serie que rodamos con Borja Cobeaga a principios del año pasado. Trata sobre una casa real alternativa que tiene bastante parecido con la actual y donde la princesa tiene que asumir la responsabilidad de la corona en un momento muy complicado de su padre. La princesa es Anna Castillo, que está súper graciosa. Se estrena a finales de este mes de febrero y estamos pendientes para ver si se rueda la segunda parte ya en verano. 

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