Álvaro Valverde, poeta y novelista, ha intervenido después del alcalde, ofreciendo al público su pregón, y mencionando, antes de nada, al pregonero anterior, Antonio Colinas, a quien dice admirar y seguir. Salamanca, según ha dicho, tiene los tres pilares fundamentales para ser una ciudad cultural desde el punto de vista de la literatura: un gran grupo de lectores, librerías y bibliotecas.
El pregonero ha hecho alusión también a las imprentas, como algo valioso e imprescindible. “La Feria del Libro es una fiesta democrática”, ha manifestado. Pero no todo han sido festejos y alegría, el pesimismo relativo también ha impregnado partes de su discursos, tiñéndolo de crítica. “Es una noticia que el Ayuntamiento apoye las bibliotecas, aunque no debería ser noticia algo así”. Además, ha hablado de la lectura como “un consuelo” en los tiempos que corren. “Es un refugio para la intemperie que nos ha tocado vivir”.
Y por último, no ha olvidado al más reciente enemigo del libro tradicional. “El libro de toda la vida es más sensual y atractivo que el dichoso libro electrónico, y también menos pirateable”. Se ha referido a estos nuevos formatos de lectura como “monstruos amazónicos”, haciendo un irónico comentario crítico a la famosa empresa de venta online.
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