El Palacio de San Boal se convierte en una estación de tren con rincones repletos de teatro, música y pole dance
El espectáculo, que se enmarca dentro del FACYL, podrá visitarse hasta este domingo

Con motivo del FACYL y hasta este domingo, el Palacio de San Boal se ha transformado en una estación de tren muy especial. Teatro, música y pole dance se fusionan para ofrecer una experiencia única a los pasajeros.
Nada más atravesar la puerta, dos interventores nos dan la bienvenida y nos conducen hasta la sala de objetos perdidos, donde unas teatrales Gertrudis y Manuela tratan de localizar una maleta. En su búsqueda, reflexionan sobre como a veces hay que perderse para encontrarse o por qué nos parece que cualquier tiempo pasado fue mejor. El humor y la canción no faltan en ningún momento.
La música adquiere aún más importancia en el siguiente vagón, donde la violonchelista Mariana Nuñez invita a dos pasajeras a sentarse a su lado. A cada una de ellas les dedica una canción. Una versa sobre la sensibilidad. La otra, sobre la añoranza a la tierra. El resto de viajeros somos testigos en silencio de su prodigiosa voz, cargada de sentimiento.
La sensibilidad de Mariana es sustituida por la picardia de Victoria Rodríguez junto al coche-bar. La joven, subida a la barra vertical, nos sorprende con su destreza y acrobacias. Acto seguido, somos conducidos a una sala a oscuras, donde un tren recorre una pequeña vía y proyecta grandes y diversas sombras en las paredes a su paso.
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