Pancho Varona: "Tengo gustos humildes y no pretendo ser solista. Soy un músico de la banda de Joaquín Sabina y estoy orgulloso de ello"

SALAMANCA24HORAS charla con el legendario e infatigable compañero de Joaquín Sabina antes de su concierto del día 31 en el Music Factory

 Pancho Varona 3
Pancho Varona 3

Pancho Varona (Madrid, 1957), compositor, músico, productor y compañero infatigable de discos y giras de Joaquín Sabina. De hecho, Panchito, Panchito, dos veces, como así le llama el de Úbeda, es tal y como dijo Sabina, "mi andamio, mi todo". Ha compuesto para Joaquín grandes canciones que se han convertido en clásicos. También lo ha hecho para otros grandes artistas. El próximo viernes, 31 de mayo, Varona actuará en la sala Music Factory con su Ruta 52, un proyecto con el que el madrileño se ha propuesto visitar todas las capitales del país. Una auténtica vuelta a España sin bici aprovechando que Sabina está en sus cuarteles de invierno escribiendo canciones.

Llega a Salamanca con Ruta 52, gira con la que recorrerá todas las capitales españolas. ¿Ha decidido este año emanciparse de Joaquín Sabina?

No, eso nunca (ríe). Cuando Joaquín se toma unas vacaciones yo siempre me subo al coche y sigo viajando todo lo que puedo. Estoy muy contento de regresar a Salamanca, ciudad a la que considero mi casa, ya que he pasado aquí momentos inolvidables.

Además, también ha presentado recientemente Pociones, un libro de poemas y canciones. ¿Qué ingredientes llevan?

Las pociones son un puñado de textos que escribí hace tiempo. Unos hace muchos años y otros son algo más recientes. Son escritos de los que yo pensaba que nadie se iba a interesar, pero una editorial lo ha hecho y estoy muy satisfecho, porque se trata de muchas horas pasadas delante de un folio con un bolígrafo en la mano y todas las clases que me ha enseñado el señor Sabina. Él me ha enseñado a contar palabras con los dedos y a rimar en asonante y consonante. Soy sólo un aprendiz de escritor.

¿Qué siente Pancho Varona cuando echa la vista atrás?

Hace un par de días estuve con Joaquín participando juntos en una grabación y nos tiramos un buen rato recordando y riendo. Hablamos de hace más de tres décadas, de la época de Viceversa, de aquel tiempo en el que empezamos a caminar juntos en esto de la música, y te aseguro que pasamos un rato estupendo, de mucha felicidad. La verdad es que vuelvo la vista atrás y no veo más que buenos momentos. Todos los días agradezco y doy gracias a alguien por lo que he vivido como músico; principalmente a Joaquín Sabina, que me ha permitido formar parte de su banda y su equipo creativo desde hace 37 años.

¿Por qué cree que la gente le tiene a usted tanto cariño?

Creo que se debe a la lealtad. La gente ve que Joaquín y yo llevamos tanto tiempo juntos dando conciertos y componiendo discos que notan que algo bueno debe de haber detrás de eso. Están acostumbrados a verme al lado de Sabina, a dos metros detrás y dos metros a la izquierda de él en el escenario. Creo que la gente agradece esa lealtad.

¿Ha sido fácil la vida con Sabina?

Muy fácil. Ha sido un amigo ejemplar. Es el padrino de mi hija y puede sonar a peloteo pero te aseguro que no hay jefe más generoso, divertido y brillante. Yo tuve la suerte de tomar ese tren cuando pasó por mi vida y ahora mismo Joaquín es cada día que pasa más cariñoso, entrañable y divertido. 

¿Qué vamos a escuchar en Ruta 52?

Voy a intentar hacer un repaso de mi dilatada carrera y claro, parte del repertorio será sabinero por supuesto. Pero también recuperaré canciones que compuse y grabé con y para Manolo Tena, Luz Casal, Ana Belén, Cristina Rosenvinge o Quique González, contando muchas anécdotas y entresijos del proceso que tuvo su composición. Contaré "lo que nadie sabe" de ellas.

¿Qué canción de su repertorio le gusta volver a tocar?

Estoy enamorado de todas las canciones, porque todas conllevaron un interesante proceso de composición. Sin embargo, últimamente me gusta mucho quedarme con Ruido, que hice con Sabina para el disco Esta boca es mía de 1994. Luego están Se equivocaban contigo, con Quique González; Quiero beber y no olvidar para Manolo Tena o No me importa nada, que hice para Luz Casal. Me gusta propiciar el reencuentro con esas canciones.

¿Y de cuál está más orgulloso últimamente?

De Ruido, es una canción preciosa, triste, intensa y profunda; muy bien grabada y tocada, aunque sea tirarme una flor que quizás no merezco. Hago una versión diferente en los conciertos en los que cambio un poco la rítmica y creo que le da un aire muy especial. 

Su canal de YouTube es un éxito, aunque ahora está algo más parado debido a la gira. ¿Cuándo y por qué decidió poner en marcha "Lo que nadie sabe de las canciones que todos sabemos"?

Justamente abrí el canal de YouTube para que la gente tuviera más información de las canciones que he compuesto y grabado, principalmente con Joaquín Sabina. Y no te voy a engañar, también lo hago porque ya tengo una edad y la memoria me puede empezar a fallar en cualquier momento. Por eso, me gusta que todos podamos recodar esas canciones que tanto amamos. Me gusta dar a conocer cómo fueron sus entresijos. Además, en directo cuento los secretos de otras canciones distintas a las que detallo en los vídeos.

¿Qué queda del rock en España?

Quedo yo y queda mucho todavía (ríe). A mí me gustaría que fuéramos en España todavía más anglosajones o norteamericanos en cuanto al rock; pero bueno, somos aventajados alumnos. Los españoles no somos maestros del rock, pero todavía hay esperanza.

¿Se ha perdido la parte contestataria del rock porque ahora parece que todo ofende?

Últimamente sí. Los ofendidos están a la orden del día. Siniestro Total no podrían haber nacido en 2019 porque sus letras estarían a diario en el juzgado. Me parece tan mal todo lo que está pasando... aquí tratamos de seguir vivos.

Pancho Varona1


¿Cómo está y qué está haciendo Sabina en estos días?

Joaquín estuvo hasta febrero muy empeñado en escribir el pregón del Carnaval de Cádiz; y ahora está empezando a escribir letras de canciones. Le han entrado otra vez las ganas y eso siempre es de celebrar. 

¿Esas ganas se las han generado Leiva y Benjamín Prado?

No estoy seguro de que hayan sido ellos, aunque han contribuido. Leiva es un trabajador incansable y a Joaquín le venía genial tenerle. La posibilidad de trabajar con Leiva le animó, pero desde hace cuarenta años Joaquín Sabina tiene la necesidad de escribir constantemente.

Y usted mientras es un pluriempleado...

¡Yo estoy deseando volver al cuartel! Me apetece volver a filas. De hecho, estoy como loco por volver. Parece que dentro de poco nos iremos de nuevo con Joan Manuel Serrat y estoy deseándolo. Por el momento, el único plan que tenemos es tocar en Sudamérica. Es lo único que está firmado, aunque espero y confío que se hagan también conciertos en Centroamérica, Norteamérica y España. Aunque por el momento no sé nada más.

¿Cómo ve el domingo electoral que nos espera?

A mí lo que pasó hace un mes me encantó. Espero que siga la tendencia y el domingo vuelva a estar tan contento como lo estoy ahora mismo. Soy un hombre de izquierdas, voto progresista y me gustaría que el mapita de España se llenase de ayuntamientos en tonos rojos. Cada año voy cambiando de voto, pero siempre del centro hacia la izquierda.

¿Qué cree que le depara a la música española?

Lo que le depara es inseguridad, porque la industria se fue al carajo, la Sociedad de Autores está en horas bajas y ya no hay tantas salas y sitios para tocar como debiera haber. Pero lo que ocurre ahora mismo es que existen plataformas muy democráticas como las redes sociales, que consiguen que en tres minutos alguien escuche tu música desde Japón y te lleve a tocarla allí. Eso no pasaba antes.

¿Qué le queda por escribir a Pancho Varona?

Mi epitafio (ríe). No sé. No estoy seguro. Me gustaría seguir haciendo canciones y músicas de vez en cuando, así como escribir algo parecido a Pociones cada cierto tiempo. Con eso me conformo. Tengo gustos humildes. No pretendo ni hacerme solista ni nada. Soy un músico de banda, de la banda de Joaquín Sabina, y estoy agradecido y orgulloso de ello.

Por último, cuénteme algún buen recuerdo que guarde de Salamanca.

Tengo un recuerdo muy divertido de una vez que tocamos con Sabina en la Plaza Mayor y apareció Albert Plá a vernos. Fue hace muchísimo pero desde entonces somos amigos. También, con el disco Vinagre y Rosas, no hace mucho, iniciamos la gira en Salamanca, que supuso el debut de Mara Barros y pasamos tres días todos en un hotelito maravilloso y ensayando en el Multiusos para tenerlo todo preparado. Esos tres días fueron fantásticos. Además de eso, tengo muy buena relación con el profesor Emilio de Miguel, el padre de Quequé, me pasea por la ciudad y por el Paraninfo de la Universidad, que es una maravilla.

Pancho Varona 2

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído