Ramón García Mateos, premio de la RAE a la creación literaria: “Mis primeros diez años en Cerralbo han sido claves para forjarme como escritor”

ENTREVISTA

Afincado en Cataluña en la actualidad y profesor de Literatura Española durante muchos años, repasa su trayectoria poniendo el foco en la casa de su abuela María, en el pueblo charro de Cerralbo

Ramón García Mateos, autor salmantino
Ramón García Mateos, autor salmantino

“Cuando el mundo se llamaba Cerralbo”, la nueva obra premiada a la creación literaria por la Real Academia Española pone en valor el entorno rural, pero más aún las raíces de la tierra charra, las que no se olvidan, las que forjan a uno como persona en el largo caminar de la vida.

Ramón García Mateos, salmantino de cuna, en su larga trayectoria como poeta ha creado en forma de escrito una pequeña (o gran) parada en la prosa, un libro por el que ha recibido tal galardón y que sitúa a Salamanca en lo más alto de España. De carácter bianual, este premio demuestra que lo rural sigue más latente que nunca y que no morirá mientras haya personas que lo recuerden.

En el caso de la RAE, concede dos premios de este estilo, uno a la investigación filológica y otro a la literaria. Cada uno de ellos se entregan cada dos años a un libro ya publicado, por lo que se convierte en una cita clave en la que muchos autores luchan por un premio nada desagradable, 25.000 euros.

Pregunta.En primer lugar, enhorabuena por el galardón, además otorgado por la Real Academia Española. Ante todo, ¿qué significa recibir un reconocimiento de este nivel dentro del panorama literario español?

Respuesta.Para mi ha sido una sorpresa felicísima porque es uno de los premios realmente importantes. No es un premio comercial ya que se da a un libro ya publicado. Para postular a ello tiene que estar avalado por académicos y el jurado de la RAE, es por lo tanto una satisfacción enorme porque los criterios que se valoran tienen que ver con la calidad del libro y la percepción que tiene el jurado del libro.

P.Hablamos entonces de un premio que valora realmente el trabajo de los escritores, a diferencia de otros que puedan ser más comerciales.

R.Está al margen de intereses editoriales y la prueba es que es un libro ya publicado. Es una publicación que ya ha hecho su trayectoria natural.

P.Uno de los puntos que también ha destacado el jurado ha sido la “maestría al recrear un mundo rural ya desaparecido”, además de la recuperación del lenguaje popular, ¿cómo fue ese proceso de reconstrucción de la memoria y del habla de una época, y más teniendo en cuenta que hablamos de la España Vaciada?

R.Yo tengo una concepción de la literatura en la que lo fundamental es el lenguaje. Yo estoy convencido de que fuera de la literatura y de la poesía, no hay lenguaje. No he necesitado un esfuerzo memorístico, es algo totalmente natural. Yo viví en Cerralbo los diez primeros años de la infancia y otros diez o quince años con una cercanía muy habitual, volvíamos con mucha frecuencia a la casa de mi abuela María. Las primeras canciones, los primeros cuentos y todo lo que queda en la mochila que tenemos detrás. No he ido buscando palabras raras, sino las que oí muchas veces y que están muy vivos en mi memoria.

P.Hablemos de sus raíces salmantinas y de donde nació, desarrollando gran parte de su carrera en Cataluña. ¿qué peso tienen esas raíces en su obra y en la ambientación de esta novela?

R.Yo, como otra mucha gente de mi generación, hemos andado un poco errantes por el mundo. Como te decía, esos diez primeros años en Cerralbo y después en Galicia en El Barco de Valdeorras para más tarde ir a Cataluña. Soy de esa gente que no somos de ningún sitio y que tiene dos patrias, la de la infancia y la del lenguaje. Esos diez años de presencia de Cerralbo han sido muy importantes en mi mundo y en mi universo como escritor.

P.En cuanto a su obra, primero fue poeta y ahora se ha atrevido con la narrativa, está claro que has sabido adaptarte al estilo. En ese caso, ¿permanecen elementos de la escritura poética en esta novela?

R.Sin duda alguna permanecen. Yo he escrito mucha poesía, llevo doce libros publicados, pero también he escrito relatos cortos y esta es la primera novela en sentido global. No hay una ruptura en ese sentido. Las alusiones a la infancia, al tiempo, de forma elegíaca están presentes en muchos de mis libros. Viene a ser una ramificación distinta, al final es una manera distinta de manifestar lo que quiero decir.

P.A veces puede llegar a ser complicado pasar de la prosa a la poesía, por las diferentes técnicas que existen. En este caso, se ha pasado de la poesía a la prosa. En ese sentido, ¿ha sido complicado cambiar la forma de narrar?

R.Para mí es algo natural. Primero mi recorrido ha sido la poesía pero si tuviera que definirme me definiría como poeta. Pero ya te digo que para mí es más natural. Al final depende mucho de cada uno y de la concepción de entender la literatura.

P.También han llegado a decir de su libro que está escrito con la sensibilidad de un poeta que hace narrativa. Algo muy acertado. Me gustaría seguir hablando sobre esas raíces escritas en el más puro estilo de la prosa con la belleza de la poesía, ¿cómo son esas raíces?

R.Lo que ahí se cuenta y se refiere tiene muchas raíces en la realidad. Referencias a un mundo que todavía existe. Hay otras tantas historias que son puramente fabuladas, pero todo dentro de la percepción de un mundo que es propio y que define la percepción de esos años de formación y de descubrir a través de la mirada todas las cosas. Hay una sensibilidad que puede ser heredera de la poesía, pero hay narradores que no han tenido frecuencia poética pero que tienen sensibilidad. Por ejemplo, el caso de Luis Mateo Diez, que también juega con esos parámetros que comentaba anteriormente. A veces tiene que ver más con la cercanía emotiva de sentimientos y con aquello con lo que trabajas o cuentas para configurar tu historia.

P.“Cuando el mundo se llamaba Cerralbo” retrata un “mundo rural ya desaparecido”. ¿Cree que la literatura puede ser una resistencia o una forma de preservación frente al olvido de ese universo rural?

R.A raíz de la publicación de la novela y de la concepción del premio, yo he comentado que de alguna forma el libro es producto de lo que hemos vivido y de la gente que andamos ya muy por encima de los 50 años. Recuerdo cuando no había agua corriente, incluso en algunas de las casas de la periferia o de las casa más alejadas que ni siquiera tenián luz, también recuerdo la cuadrilla de segadores, con la hoz, porque no había cosechadora. Hemos pasado de ese mundo al mundo de las redes sociales, de la comunicación instantánea y de la postmodernidad. Cuando miramos ese mundo, sobre todo a la gente más joven, parece un mundo muy pretérito, pero para los que lo vivimos nos marca otras características. Rememorar ese mundo campesino, es muy importante.

P.No dejan de ser nuestras raíces claro.

R.En última instancia uno escribe sobre aquello que ha vivido o lo que le ha preocupado. Aquello que deja detrás o que tiene como experiencia vital se ha convertido en esta obra en una experiencia literaria.

P.Entonces, contando con esas raíces, ¿cómo influye su trabajo en el aula en esta creación literaria?

R.Yo he vivido inmerso en el mundo literario desde siempre. Yo empecé a escribir en la adolescencia y después empiezo a comunicar de forma continuada más tarde. He estado metido en proyectos literarios, revistas y evidentemente en el mundo de la docencia. Yo he sido profesor y he sido muy feliz porque he enseñado literatura. Yo no me veo como enseñante de otra materia e incluso de otras materias que me puedan apasionar como filosofía o historia, yo siempre he sido profesor de Lengua y Literatura. Me comentaban en más de un caso que porque no me quedaba en la universidad y dejaba el instituto… pues porque el contacto con los chavales de la ESO o Bachillerato me parecía que podía tener influencia en abrirles camino. Yo en la docencia he sido muy feliz.

P.Podemos decir entonces que en la obra, hay elementos autobiográficos, ya no solo lo de la abuela María, ¿no?

R.En la novela los protagonistas centrales son cuatro chavales que asisten a la revelación del mundo. La novela se abre con una muerte y el primer contacto con el mundo de la muerte. Algunos aspectos de la abuela son acotaciones a lo que están viviendo los niños. Mi padre me ha dicho, mi madre me cuenta, mi abuela me cuenta… configurar la realidad como es ese periodo de la primera infancia cuando el mundo exterior necesita el refrendo de aquellos que están más cercanos a nosotros. Todo eso nos puede plantear algo verdadero y limpio

P.Por último, le quiero poner en una tesitura y es elegir entre tres opciones: ¿poesía, prosa o docencia?

R.Las tres están en el mismo mundo, en el de la literatura, pero si tuviera que definirme como algo, es fundamentalmente como poeta. El camino de la poesía es el lugar donde me he movido y de alguna manera los relatos, como los cuentos cortos o novelas, son una prolongación de esa visión del mundo desde la poesía.

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