Pocos segundos después de sonar el primer acorde de unconcierto, solemos hacernos una idea de qué nos vamos a encontrar por lapredisposición del artista o la primera canción que elige. Con Depedro la ideacomenzó a crearse minutos antes de que saltara al escenario: iba a ser unconcierto de conexión con su público. Y es que Jairo Zavala, y su equipo, entraron por la misma puerta que entraba, precisamente, su público; esperandoincluso a que algunos pudieran acceder al recinto, algo que se agradece entiempos donde algunos artistas cada vez huyen más de la conexión con la gente.
Hablábamos de acordes, y estos hicieron bailar a toda unasala B del CAEM abarrotada y entregada, sin embargo, aún no era por Depedro,sino por uno de sus íntimos amigos –aprovechando que el domingo actuará enSalamanca- que hizo las veces de telonero: Pez Mago.
Pez Mago actuando como telonero de Depedro
Cinco canciones de Lucas, Pez Mago, para demostrar que deeso de meterse el público al bolsillo lo comparte con el grupo que ya estabandeseando escuchar.
1,2,3 y se hizo la fiesta. Pero no con ese tema, que tambiéninterpretó después, sino con “Ser Valiente” una de las canciones más famosasdel compositor, que, precisamente, en su disco ‘Todo va a salir bien’interpreta con un gran amigo suyo, Santiago Auserón –más conocido como JuanPerro-. Poco más le hacía falta para deslumbrar a un público entregado quecantó a pulmón todas y cada una de las canciones del repertorio, algo que llegóa emocionar “profundamente” al artista, sobre todo cuando llego el turno para “Llorona”.
Depedro interpreta su tema 'DF' desde la sala B del CAEM
Eso sí, algunas canciones antes, Jairo se dirigió a la gente diciendo “Veo que el público salmantino está muy bailador hoy, ¿queréis seguirbailando?”, y acto seguido toda la banda cogieron algunos instrumentos y semetieron en medio del público para interpretar la cumbia “El Pescador” dejandoboquiabiertos a todos los presentes.
Depedro en un fragmento de 'Diciembre' desde la sala B del CAEM
Éxitos como “Nubes de Papel”, “Te Sigo Soñando” o “Diciembre”no podían faltar en su repertorio y se fueron sucediendo hasta el mencionado “Llorona”con el que llegó el éxtasis del concierto, máxime cuando el artista recalcó quecon esta “nos despedimos”.
Ellos se fueron, pero el público siguió tarareando ygolpeando el suelo, y claro no hizo falta ni pedir el “otra, otra”. Allí Jairorecogió el testigo de la gente y siguió con el estribillo. Cuando finalizó, unenorme agradecimiento para todos los salmantinos “porque al final, aunque es untrabajo duro, poder dedicarme a la música me encanta, pero cuando encima os veoesas caras de felicidad, no necesito más y solo os lo puedo agradecer”