Cuando el ‘Águila de Toledo’ era un joven al que llamaban “Bahamonde” en Salamanca y aplaudían en la plaza de toros

Datan dos participaciones de Federico Martín Bahamontes en carreras ciclistas de ‘aficionados’ dentro de la provincia: La Vuelta Ciclista a Salamanca (antes llamado el Trofeo de Ferias) y la Vuelta a Castilla

Federico Martín Bahamontes | Foto: EP
Federico Martín Bahamontes | Foto: EP

Casi un mes después de haber cumplido 95 años, este martes nos dijo adiós Federico Martín Bahamontes. El primer español en ganar el Tour, el lechuga, como se le conocía en sus inicios porque estaba entre col y col (en referencia a la palabra col que significa paso de montaña en francés), fallecía en Valladolid después de mudarse de su Toledo tras la pandemia del coronavirus.

Un referente no solo en el ciclismo, sino en el mundo del deporte español, y que su pérdida ha significado innumerables mensajes en su honor en todos los estamentos de la sociedad.

Se fue Fede, como lo llamaban los amigos, ‘El Águila de Toledo’, para el resto del mundo.

Con el dorsal 16, Federico Bahamonde

Como todo ciclista profesional que se precie, salvo casos contados, Federico Martín Bahamontes también tuvo un pasado como aficionado. En ese periodo, que lo comenzó con 19 años, participó en la séptima edición de la Vuelta Ciclista a Salamanca en 1952.

Lejos de ‘El Águila de Toledo’, apodo que se ganó por sus exhibiciones en los puertos de montaña del Tour de Francia, en la primera participación en Salamanca, Bahamontes era un completo desconocido.

Lo había hecho bien en otras carreras amateur en Ávila o en Albacete, pero se presentó en Salamanca sin que su nombre fuera popular, de hecho, solo en la inscripción, donde aparecía con el dorsal 16, se le apuntaba correctamente: Federico Martín Bahamontes, equipo B. H.

En el resto de lugares, contando las crónicas de aquel entonces del diario oficial de la vuelta, El Adelanto, el lechuga pasaba a llamarse Federico Bahamonde, como si fuera un familiar del dictador Francisco Franco, tomando el segundo apellido de este como el primero.

Tuvo una actuación notable en esa séptima edición de la Vuelta a Salamanca, antes conocida como el Trofeo de Ferias, pero no ganaría la clasificación de la Montaña como sí aparece reflejado en diferentes textos sobre sus inicios como ciclista.

En la primera etapa se estrenó en un recorrido por localidades cercanas a la capital, con salida desde el Puente Nuevo, que finalizaría en un circuito urbano por las calles de la ciudad con un séptimo puesto, a solo dos segundos del vencedor, Eduardo Pavá, quién se llevó el sprint.

Recorte de El Adelanto con el listado de participantes
Recorte de El Adelanto con el listado de participantes

“En la cuesta de Terradillos, Bahamonde pasaba en un segundo grupo”

Las crónicas de aquel septiembre de 1952 apuntaban que “en la cuesta de Terradillos, Bahamonde pasaba en un segundo grupo”, algo que no era muy difícil, porque en aquella época, los grandes pelotones ciclistas solo existían en las grandes vueltas, en esta de Salamanca solo participaron 21, pero antes de salir se retiraron dos, por lo que los grupos se componían de dos, tres o cuatro ciclistas.

Le fue mejor a “Bahamonde” en las sucesivas etapas, que tenían la peculiaridad de finalizar en la capital, por indiferentemente alejado de la provincia que llevara a los ciclistas el recorrido.

En la segunda (de 180 kilómetros y por la zona de la sierra) entró en la meta de Gran Vía el cuarto, a cuatro minutos y dos segundos de Victorio García, vencedor de la etapa, y su nombre solo aparecía en los textos antiguos como compañero de grupo de Guzmán a su paso por Tamames, lejos ya de la cabeza de carrera.

Sin embargo, en la tercera y última etapa, también con llegada a Gran Vía, pero con un recorrido de 106 kilómetros por la zona de Ledesma, Federico Martín Bahamontes llegaba tercero, misma posición que conseguiría en la general final, donde el dominador acabaría siendo Andrés Morán, del mismo equipo en el que militaba “Bahamonde”, el B. H.

prensa 0359
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Menos de un mes después Bahamontes volvería a Salamanca, su última aparición como ciclista en la tierra

Después de su exitosa participación en la Vuelta Ciclista a Salamanca, Federico Martín Bahamontes volvería a la provincia formando parte del plantel de la Vuelta Ciclista a Castilla.

Una extinta vuelta por etapas, con mucha más participación que en el Trofeo de Ferias y donde se mezclaban corredores amateur con profesionales del momento. Una carrera, que discurría entre las dos castillas y Madrid en un recorrido de 10 etapas y que llegaría el 1 de octubre a la plaza de toros de Salamanca en una contrarreloj que partía de Zamora.

Aquel día, y como fiesta del ciclismo, los corredores locales llevarían a cabo una serie de competiciones para diversión y entretenimiento del público de la plaza, que desde primera hora de la mañana pudieron ver carreras de cintas y una prueba de persecución por eliminación. Esta última se disputaba en diferentes fases, pero se suspendió en la semifinal cuando apareció un motorista anunciando la inminente llegada del primer corredor, Manuel Barquín, que había salido de Zamora a las 10:30 horas, tal y como se recogía en las páginas de El Adelanto.

Desde la llegada de Barquín se sucedieron los ciclistas por la puerta de ‘La Glorieta’, con una ovación especial para “Bahamonde”, conocido ya por el público por su reciente participación en la Vuelta a Salamanca.

Por allí también aparecería Miguel Poblet, que partía como líder de la clasificación desde Zamora. El laureado corredor, ganador de etapas en Vuelta, Tour y Giro, además de dos Milán San Remo y diferentes podios en los principales monumentos del ciclismo; dio una vuelta de honor para deleite del respetable.

Un grupo de ciclistas salió antes y tuvieron que ser interceptados en Calvarrasa

El 2 de octubre de 1952 sería la última vez que Federico Martín Bahamontes pedaleara encima de su bicicleta en una prueba ciclista por Salamanca.

Lo haría en la etapa que unía Salamanca con Ávila y cuya salida neutralizada se haría desde la Plaza Mayor, sin embargo, la anécdota del día la protagonizaría un grupo de corredores que no se habían enterado de que la salida real no era hasta el Puente Nuevo y se “largaron hasta Calvarrasa, donde fueron detenidos por un motorista”, tal y como contaban las anécdotas de la época.

Dos años después, Federico Martín Bahamontes pasaría al profesionalismo escribiendo una de las páginas doradas del deporte español, quitando el complejo de los ciclistas nacionales con el Tour de Francia, pero siempre recordando que sus primeras carreras fueron en Salamanca, igual que otros grandes del ciclismo como Induráin, Tamames, Valverde o Contador.

Este martes nos dejó y con él se lleva un sinfín de anécdotas de toda una vida en torno a la bicicleta. Sirvan estas líneas en honor a Fede, 'El Lechuga', 'El Águila de Toledo', que en realidad se llamaba Alejandro.

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