Alberto Pérez, la voz de la Liga, da la clave para una buena retransmisión: “Dejarte llevar por el juego y disfrutar de él”

El salmantino trabaja para la Liga TV Bar. El periodista desvela en SALAMANCA24HORAS las premisas de su trabajo, la química con el comentarista y también recuerda su etapa profesional en nuestra ciudad

El salmantino Alberto Pérez, la voz de la Liga TV Bar.
El salmantino Alberto Pérez, la voz de la Liga TV Bar.

Alberto Pérez es una de las voces de la Liga. El salmantino trabaja actualmente para la Liga TV Bar y para Gol y es el encargado de narrar los partidos más importantes de fútbol nacional. Alberto, que se muestra orgulloso de nuestra ciudad, cuenta en SALAMANCA24HORAS cómo prepara los partidos, cuáles son sus premisas durante ellos o cómo es su química con los narradores. Además, hace un repaso a su vida profesional y laboral.

Después de unos días de descanso, vuelta a la Liga. ¿Cómo prevés el 2021 futbolístico?

Yo creo que muy interesante. Estamos adaptados, por desgracia, a una situación que a todos nos ha cogido con el pie cambiado. También a los clubes. Los jugadores se adaptan a un fútbol sin público. Los códigos también han cambiado para los años. Ya todos tienen continuidad a falta de que vuelvan los aficionados, que ojalá sea cuanto antes. Habrá un desenlace muy interesante. Se va a resolver al final. El fútbol sin público es mucho menos fútbol. Lo sabemos todos: Liga, equipos y narradores. Pero ahora hay prioridades. Hay fútbol y eso también es una vía de escape a los problemas tan tremendos que se están viviendo en España. Estamos deseando que vuelvan los aficionados.

¿De dónde le viene la vena periodística a Alberto Pérez?

De mi abuelo Alberto, que se llamaba como yo. Seguramente, en la ciudad todos le conocen por el señor Crespo. Siempre fue un impresor y tenemos el negocio familiar. Yo no quería seguir esos pasos. Me quedaba con él los fines de semana y yo escuchaba en su radio los goles. Él me contó que también había narrado una vez su partido pero no pudo seguir porque tenía que estar en su negocio familiar. Era un apasionado de la Unión. Tenía claro que eso es lo que quería hacer.

Ahora eres una de las voces de la Liga. Entiendo que es un orgullo.

Es un orgullo total. Me siento un privilegiado. Estoy narrando partidos de máximo nivel. Tengo que decir también que me sentía un privilegiado cuando narraba a la Unión. Es un privilegio trabajar en lo que te gusta. Pero, obviamente, cuando te sientes a narran un Madrid – Barca o una final de Champions, las sensaciones son diferentes. Sabes la repercusión que vas a tener. El trabajo es el mismo y tratas los partidos con el mismo respeto. Pero es evidente, a cualquier le gusta jugar partidos importantes y a los narradores también nos gusta narrar esos partidos grandes.

El periodismo está en constante evolución. Las transmisiones actuales no tienen nada que ver de las de hace veinte años.

No tienen nada que ver. Es lo lógico. Sería preocupante si fueran lo mismo que eran. La imagen ha cambiado y tecnológicamente tenemos muchas más posibilidades. Nos adaptamos. También en el gusto del aficionado y en la parte emocional. A parte del qué, me identifico con el cómo. Hay que reflejarlo con verosimilitud.

¿Cómo ha sido esa transformación también de Alberto Pérez?

Creo que mi primera retransmisión fue en el año 97. Una retransmisión para COPE Tenerife. Un UDS – Tenerife. Vas adquiriendo conocimiento e intentas beber de los grandes. Hice mi tesis sobre esto y me permitió ahondar sobre esto y pulir carencias. La práctica y la madurez te hace entender mejor cuándo y cómo. Te conoces cada día más y entonces es más fácil poder administrarte. Esto no para y cada día aprendes cosas nuevas como redes sociales y el apoyo de los nuevos gráficos.

¿Cómo te inicias en el periodismo y cómo han sido tus trabajos hasta llegar a ser ‘la voz de la Liga’?

Empiezo en la COPE Salamanca en primero de carrera. Allí estoy seis años y empiezo a hacer mis primeras narraciones para otras emisoras y hago el pie de campo de la UDS en el año de las goleadas al Atleti, Barcelona y Valencia. Después decidí dar un cambio en mi carrera y fui en prensa escrita. Estuve unos meses en Tribuna de Salamanca. Me permitían hacer crónicas fuera de deportes. La recuerdo corta pero humanamente la mejor de mi vida. Tenía una relación genial. Eran amigos, más que compañeros. Aunque me gustaba, yo era un enamorado de la radio y me llegó la proposición de dirigir la parcela deportiva de la SER. Estuve de 2004 a 2013. Nueve años inolvidables.

Recuerdo que, cuando llegué, no se retransmitía a ningún equipo salmantino y me empeñé que había que hacerlo. Empezamos dando los partidos de Avenida. Fue un éxito increíble. El primer año hicieron doblete, si no recuerdo mal. Luego empezamos a narrar a la Unión y también teníamos el SER Deportivos. Nos divertíamos mucho y el deporte de Salamanca era otra cosa a lo que hay hoy.

Y ahí empieza mi vinculación a nivel nacional. Me presento a un casting de Audiovisual Sport. Me cogen y empiezo a hacer partidos de Primera y lo compatibilizo con COPE Salamanca. Conozco a periodistas de gran nivel. Tengo que mencionar a Emilio García Carrasco, que me impulsó a presentarme al casting. Estaban Quique Sánchez Flores, Milla o Lillo, con quien viajaba desde Salamanca. Tenía conversaciones interminables con Guardiola. Cuando desaparece Audiovisual Sport, empiezo a narrar en Canal Plus. Empiezo con Liga Inglesa. Mi primera retransmisión es con Maldini. Soy seguidor suyo desde que era niño. Me acojonaba un poco. Incluso sé que Maldini preguntó a la jefa porque también estaba dudoso. Le explicaron que yo ya tenía experiencia. Fue muy bien. Recuerdo que era un partido del City. Narré ligas extranjeras e hice el MultiPremier con Guille Uzquiano. Un proyecto muy chulo. También Liga Italiana y Holandesa y algo de Liga Española.

Hasta que me llega el ERTE en la SER y aprovecho para acabar mi tesis doctoral y, en el Plus, a instancias de Antonio Sánchez, empiezo a hacer el pie de campo en Madrid y Barcelona. Me propuso para ser el pie de campo. Fue un año brutal e increíble. Me dio la oportunidad de tener un cuadro de casa con los mejores del mundo: Messi, Cristiano, Luis Suárez… viajábamos mucho porque hacíamos dos partidos, siempre Madrid y Barça. Si jugaban en Valencia y Coruña, allá íbamos. Había un gran equipo con Esnaider y Noelia Blázquez.

En la etapa actual, desde Mediapro, me ofrece Marc Casanova ser uno de los dos narradores de la Liga TV. Es verdad que era en Barcelona pero no lo pensé. Yo quería narrar. El pie de campo te da mucha visibilidad pero yo disfruto más narrando. No pude negarme y ahí sigo. Me dejo Eurosport, que no recuerdo exactamente en el tiempo, pero empiezo narrando baloncesto pero luego me quedo como apoyo a los Grand Slam.

Pero no solo eso, también eres formador.

No es fácil transmitir los conocimientos. Debo ser honesto: no entraba en mis planes. Surgió a iniciativa de Ángel Losada en el año 2000. Me costó, la verdad. Lo tengo que reconocer. Me costó aceptar porque siempre he sido una persona tímida. No es lo mismo un micrófono que enfrentarte a la mirada de cincuenta o cien alumnos. Estuvimos hablando de un programa para la asignatura y discutiendo qué se podía hacer. Las sensaciones son muy buenas. No soy docente de vocación, soy un profesional que da clase. Quiero que sepan lo que les quiero aportar: llevar el mundo real de los medios al aula. Que se pueden ubicar a lo que se van a encontrar en el mundo profesional. Es un privilegio. Y cuando les ves triunfar, es un orgullo.

Imagen promocional de la Liga TV Bar.
Alberto Pérez, narrador de fútbol.

Hace unos años das el salto del periodismo local al nacional, aunque ya lo compatibilizabas. ¿Qué cambiaba?

Cambia todo. El tipo de trabajo es distinto. En el periodismo local, mi labor era dirigir una redacción. Como bien sabes, aunque erais pocos, tienes que administrar a un equipo: hay una convivencia diaria, hay que repartir papeles, hay que saber el tema personal y que la gente esté contenta para ir todos a una. Y luego el tipo de trabajo es distinto. Hay que buscar noticias y relacionarse con las fuentes. La cercanía de esas fuentes lo hace a veces más difícil. También la manera en la que se acercan los oyentes es distinta: es su equipo y son más cercanos. Ahora no estoy en una redacción y no busco noticias. Siempre te informas, investigas y te documentas. Pero no tengo que hacer un programa diario; vivo para hacer mis retransmisiones.

¿Echas de menos hablar del deporte de Salamanca?

Uf, qué difícil. Por un lado sí y por otro no. Estaba ya un poco saturado de algunas cosas: la relación con las fuentes, la relación incluso de poder mediático… volver a pensar en meterme en ello… es difícil de explicar. No me seduce. Si echo de menos las risas, el buen rollo con mi gente de la SER, las retransmisiones, el Carrusel matinal, eso sí lo echo de menos y en unos años sería bonito volver pero no ahora. A veces en la prensa local entramos en una pelea encarnizada por la primicia que es exagerada. Yo creo en un periodismo independiente, sin colores y veraz, eso me importa más que ser el primero en decir algo.

¿Cómo viviste la desaparición de la Unión Deportiva Salamanca?

La viví muy mal. Con doble dolor. Yo ya estaba fuera del periodismo local. Casi lo último que hice en periodismo local fue un programa en el Novelty que pudimos poner en contacto a las personas que dependía el futuro de la Unión. Continuó la UDS unos meses. Yo no porque me aplicaron el ERTE. No te lo quieres creer pero sabía que el riesgo era real de que pasase. Y yo me temía que esa posibilidad del famoso “que viene el lobo”, llegase. Y llegó.

¿Cómo ves, desde la lejanía, el fútbol charro actual?

Me da mucha pena. Me da igual se enfade quien se enfade. Desde la lejanía y la cercanía. Soy salmantino y siento mi ciudad como los demás. Ver la ciudad partida en dos, con un enfrentamiento que a mí me parece ridículo. Creo que, si tanto se quería a la Unión, la Unión era eso: unión. No entiendo que no haya solo un único proyecto. Creo que cuando desapareció la Unión, se tenían que haber sentado todas las partes, también los poderes de la ciudad. Me niego a pensar que es tarde para buscar una sensibilidad que una a toda la gente. Si antes la gente estaba unida en torno a la Unión, es que algo tenían en común. Es un odio que se tienen los unos a los otros y me parece absurdo. No me hace feliz para nada.

¿Cuál fue tu mejor momento en el deporte salmantino?

Mi mejor momento fueron dos. Cuando Avenida gana la Copa de Europa en Rusia. Es una experiencia brutal e inolvidable. Teníamos mucha cercanía con las jugadoras y fue la culminación de una apuesta que hicimos en la SER por narrar el baloncesto femenino. Nuestros propios jefes de la SER decían que estábamos locos. En cuanto a la Unión, más que narrar el ascenso a Segunda con el gol de Miku, me quedo con la salvación en Villarreal. Parecía que era imposible. Y yo iluso de mí pensé que era la salvación que también salvaría al club. Nos quitamos kilos de tensión de encima.

Ahora trabajas para la Liga TV Bar y para Gol. Es una responsabilidad llegar a tantas personas.

Lo es. Pero te lo planteas como que es una responsabilidad hacer bien mi trabajo. Tengo mucho amor por mi trabajo y creo que tengo que dignificarlo. Somos una televisión y a cuantas más personas lleguemos mejor, pero, por encima de todo, mi responsabilidad en deontológica con mi oficio.

¿Cuáles han sido tus referentes dentro de la narración deportiva?

Hay bastantes. Pero cuando empezaba siendo un crío, Gaspar Rosety me parecía un gran narrador, me acuerdo de Agustín Castellote con García… luego fueron llegando Manolo Lama, Carlos Martínez y mis compañeros en Mediapro como José Sanchís o Miguel Ángel Román. Sí que siempre he dicho algo y se lo digo a mis alumnos, tenemos que ser genuinos y no imitar a nadie. No hay que hacer una réplica, hay que tener un estilo propio y siendo natural. No entiendo el intentar interpretar un papel y poner una voz que no es la tuya. Hay que transmitir verdad.

El trabajo previo para recopilar datos es muy importante. ¿Cómo preparas los partidos?

Es la base de una buena retransmisión. Ahora es mucho más fácil que antes. Buscas tus fuentes fidedignas y estás pendientes de la actualidad de los dos equipos (lesionados, altas y bajas). Preparas una ficha de cada jugador. Básicamente es esto. Es esa parte que te da el colchón para estar tranquilo en una retransmisión.

¿Y cuáles son tus premisas una vez has iniciado la narración del partido?

Dejarte llevar por el juego y disfrutar de él. Si lo disfrutas, lo vas a transmitir. Si no, será un coñazo para el espectador. Vas generando tus códigos y tus sociedades con el comentarista. El juego es lo que guía todo.

También hay que tener una gran química con el comentarista durante la transmisión. ¿Qué es lo que más valoras de un comentarista? ¿Quiénes son tus comentaristas favoritos?

Me quedo con los míos: Esteban, Milla y Cuéllar. Me gusta mucho Cañizares también. Aporta muchas cosas. Maldini y Axel Torres es gente con un conocimiento brutal que también aportan mucho. Es difícil la elección. Ah, y por supuesto Álvaro Benito. Lo ve impresionante y lo cuenta fenomenal. Lo que más valoro de un comentarista es que conozca su papel, que es enriquecer la retransmisión a partir de cosas que no vemos. Necesitamos que sea capaz de explicar por qué han pasado determinadas cosas y que aprendas con él. Si además lo hace con buen lenguaje y puntual para no frenar el ritmo, creo que es lo principal. Además, que sea cercano y natural.

¿Hacia dónde transcurre la narración deportiva?

Depende. Si hablamos para televisión, cada vez estamos más lejos de los campos. La mayoría narramos desde las cabinas. Creo que, por temas empresariales, es el camino que se va a tomar. Cada vez se va a enriquecer más la imagen. La narración no creo que cambie mucho a corto plazo. Pero habrá que entender que no estaremos en los campos pero va a parecer que estamos. Fíjate ahora sin público cómo se escucha el sonido. El futuro creo que va más sobre la imagen.

Una de las situaciones que más polémicas genera en el VAR. ¿Trabajas con algún árbitro para conocer de primera mano el reglamento? ¿Consideras el VAR positivo para el fútbol?

Trabajo con árbitros. Tengo bastantes fuentes. No solo una. Es esencial conocer la reglamentación. Cuando hay algo que no conozco, consulto. Creo que hay mucha opinión gratuita. Primero hay que tener todos los datos para emitir un juicio. En varias retransmisiones me ha tocado consultar a algún árbitro por alguna jugada. Me parece esencial para no engañar al aficionado. Muchas veces el aficionado escucha cosas que no son reales. Creo que el VAR es muy positivo. Hay que cambiar cosas del VAR, claro; pero no concibo un fútbol sin VAR. Me parece que hace el fútbol menos injusto. Sé que algunos no opinan lo mismo. Esto es evolución. Los deportes ya no son como eran antes. La tecnología está en todos los deportes.

El fútbol es un deporte pasional. ¿Entiende que todos los periodistas estén en el ojo del huracán?

Lo entiendo. Estamos todos en primera línea y sabemos que va en el sueldo. Hay aficionados apasionados de un equipo y lo último que quieren es que hables bien del rival o que cantes un gol del rival. Lo entiendo. Pero no las faltas de respeto. No es por deporte, sino por educación. Por suerte no he recibido muchas. Pero a veces te llegan barbaridades. No entiendo esa jungla. Pero sí entiendo el que piensa que eres siempre del equipo rival. Nosotros siempre intentamos contar lo que vemos.

¿Por qué es tan difícil que los aficionados entiendan que un periodista tenga un equipo de fútbol favorito y eso no interfiera en su trabajo?

Tú lo has dicho antes, porque el aficionado se acerca al deporte desde el punto de vista emocional y no desde el racional. Es una parte más pasional y les hace difícil pensar que tú estás haciendo un trabajo. A nosotros nos gusta el fútbol pero estamos haciendo un trabajo de forma profesional. Todos tenemos afectos y desafectos pero eso queda fuera cuando empiezas a hacer tu trabajo. Por eso, muchas veces, creo que no es bueno dejar claras tus inclinaciones y preferencias porque eso, lo que hace, es que mediatices al que te escuche y ya no piensa que cualquier comentario que hagas es porque piensas que ha ocurrido así. Lo que me gusta y no me gusta, me lo guardo para mi casa.

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