“Que 20 años no es nada”, cantaba Carlos Gardel en su tango ‘Volver’ en 1934 y, 20 años después, un 9 de mayo de 1956, nacía Álvaro Herrera.
En el destino de este salmantino se marcaba dedicar más de 20 años, concretamente 24, a arbitrar en la máxima categoría del baloncesto masculino español, la llamada Liga ACB desde el curso 1983-1984.
La aventura comenzaba en la temporada 1976-1977. “Fue una experiencia muy bonita de la que recuerdo todos los Barcelona – Real Madrid o Real Madrid – Barcelona que arbitré. En casa del Barça era complicado pitar porque la afición era muy forofa y, aunque su equipo ganara por paliza, arremetía contra los árbitros”, cuenta Álvaro Herrera a SALAMANCA24HORAS.
La intensidad con la que se vivían estos duelos en Cataluña le llevaba a suspender un clásico a falta de 14 segundos para la conclusión el 15 de febrero de 1986, en la sexta jornada de la segunda fase del campeonato y con 85 a 90 a favor del cuadro capitalino: “Estaban tirando objetos desde la grada y un trozo de silla me dio en el pie. Entonces, le dije a mi compañero, Miguelo Betancor, que se acercara a mí y que corriéramos hacia los vestuarios en lo que la Policía Nacional controlaba la situación. El partido se reanudó a puerta cerrada 23 días después y acabó 88-92. Fuimos escoltados desde el aeropuerto al pabellón y ni nos duchamos para volver a coger el avión”.
Más tarde, el 18 de marzo de 1989, el episodio se repetía en un TDK Manresa – Pamesa Valencia. Álvaro Herrera detenía el choque a falta de 5 minutos y 34 segundos para el final con un marcador de 65-58 favorable al conjunto local: “Nos estaban amenazando y los aficionados estaban subidos a la valla para invadir la pista. Expulsamos a un jugador del TDK Manresa y empezaron a escupirnos, a tirarnos agua y a intentar darnos paraguazos. Tuvimos que salir del polideportivo con la ayuda de la Guardia Civil. Sin embargo, esta vez no se reanudó el partido, lo que consideré una injusticia porque antes sí se había hecho”.
Durante su etapa en la Liga ACB, a Herrera le llamaba la atención la facilidad para aprender idiomas del croata Drazen Petrovic (Real Madrid): “En dos meses ya sabía español para poder hablar con la gente que integra un partido de baloncesto”.
El exárbitro salmantino también rememora la pugna entre el barcelonista Audie Norris y el madridista Fernando Martín, al que tenía que arbitrar contra el Zaragoza el 3 de diciembre de 1989, cuando fallecía en un accidente de tráfico: “Nos enteramos al llegar al pabellón y nos quedamos muy impactados”.
En cuanto a los entrenadores, Álvaro considera que Manel Comas era uno de los que más protestaba porque, “como gran parte de los técnicos, buscaba echar al público contra los árbitros por sentirse perjudicado”.
Para llegar en forma a los encuentros que le tocaba pitar, este charro tenía que cuidarse físicamente: “Había una reunión de tres días antes de cada temporada en Sant Cugat del Vallès (Barcelona). Se daban las directrices para la campaña, se veían vídeos de jugadas conflictivas y se pasaban pruebas físicas y médicas. Si no las superabas, no podías arbitrar hasta la siguiente convocatoria, que era en navidades, y tenías que repetir el proceso para poder aprobar”.
Tras estar presente en seis finales de Liga y dos de Copa del Rey, Álvaro Herrera se retiraba en el año 2000 por decisión propia, aunque pasaba a dirigir encuentros de niños, “una experiencia muy gratificante al afrontarla de manera pedagógica, enseñando las normas a los participantes y a sus padres”.
Fuera de las canchas de la Liga ACB, Herrera cerraba una etapa repleta de viajes en coche sin autovías ni autopistas y apenas una semana de vacaciones al año, pues algunos desplazamientos tenía que realizarlos en días laborales y cambiarlos por jornadas a librar.
Sin embargo, considera que el arbitraje actual ha de seguir el mismo fin que buscaba él: “Aplicar el reglamento con mucha mano izquierda”.
Como entonaba Carlos Gardel, para “vivir con el alma aferrada”, en este caso al arbitraje en la máxima división del baloncesto nacional, Salamanca vuelve a contar 20 años después del debut de Álvaro Herrera con un árbitro en dicha categoría.
Se trata de David Sánchez, nacido el 14 de junio de 1988, que este miércoles se estrena en la Liga ACB dirigiendo el Iberostar Tenerife – Retabet Bilbao Basket, perteneciente a la primera jornada del torneo.
“No estoy nervioso. Tengo ganas porque he comprobado que puedo estar ahí. Seguiré haciendo lo que he hecho, que es lo que me ha traído hasta aquí”, revela a SALAMANCA24HORAS.
Y es que, tras iniciarse en el mundo arbitral en 2004 compaginándolo con ser jugador del Club Baloncesto Tormes y haber llegado a dirigir en la Liga Femenina (máxima categoría del baloncesto de mujeres), este mes recibía la noticia de que subía a la primera división del básquet masculino: “En verano me convocaron para ir a un torneo a Oviedo y fui con la idea de disfruta. Al regresar, me llamó el presidente de la Federación de Baloncesto de Castilla y León para comunicarme que ascendía. Tuve que asimilarlo”.
Después, llegaba la designación para arbitrar en la jornada inaugural, por lo que se dividía el análisis de los equipos con otro compañero. “Uno estudia al local y otro al visitante a través de vídeos para observar qué hacen en la pista y los movimientos de los jugadores, lo que nos ayuda a saber dónde tenemos qué colocarnos y a anticiparnos a determinadas acciones. Eso no significa que vayamos predispuestos a los partidos. Eso sí, esta tarea se realiza mejor con la temporada avanzada, pues hay más vídeos. Esta vez hemos tenido que usar material de pretemporada”, detalla Sánchez.
“Nuestros viajes son más cómodos que los que realizaba Álvaro Herrera por haber mejorado las comunicaciones. También tenemos mejores recursos audiovisuales, por lo que podemos analizar el choque que hemos arbitrado en el camino de vuelta a casa”, añade David.
Aunque ha de pasar las mismas pruebas físicas y médicas que su antecesor charro en la Liga ACB, su metodología de entrenamiento está más pautada: “En verano hago ejercicio aeróbico para coger tono y durante la campaña trabajo la fuerza en las piernas. En los días previos a pitar procuro estirar. La Federación Internacional de Baloncesto pide árbitros con volumen, es decir, que sean altos y con brazos potentes, para dar una imagen equilibrada entre el físico del jugador y el de quien lo arbitra. A pesar de ser un aspecto que no importa a la hora de dirigir, está apostando por ello”.
Ahora, a David Sánchez le tocará compaginar su función arbitral en la Liga ACB con su tarea investigadora en la Universidad de Salamanca.
Como novato en estas lides, pide a Álvaro Herrera, del que recibía clases en el curso de arbitraje, que le aconseje: “Siempre viene bien saber algo más”.
“Si has llegado hasta este punto, no hay que darte ninguno. Únicamente hay que exigirte que apliques el reglamento con honestidad, desearte que disfrutes de los encuentros, que cuentes cada partido como uno más y no como uno menos y anhelar que puedas superar mis 24 años en la máxima división”, le responde.
El contador se inicia este miércoles, dos decenios después del comienzo de la última campaña en activo de Álvaro Herrera y ante la duda de si 20 años es mucho o “20 años no es nada” para ‘volver’… a tener un árbitro salmantino en la Liga ACB.
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