La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) comunicó ayer el descenso a Tercera División de la Unión Deportiva Salamanca por no pagar las deudas pendientes a los jugadores. Sin embargo, los derechos federativos fueron vendidos antes de expirar el plazo al nuevo club de Juan José Hidalgo. La Federación no especifica que el descenso afecte a este nuevo equipo, pero, de estipularlo así, existen antecedentes judiciales que avalan la permanencia en Segunda División B.

El caso más reciente es el de la Unió Esportiva Lleida, que declaró el concurso de acreedores en 2011 cuando militaba en Segunda B. Al no conseguir la financiación suficiente para solventar una deuda de 28 millones de euros, el club se vio abocado a la liquidación. En ese momento una nueva sociedad compró los derechos federativos, fundando el Club Lleida Esportiu. Aunque la Federación de Fútbol no lo aceptó inicialmente, tuvo que recular ante la existencia de un auto judicial. Auto como el que dispone Hidalgo, donde el Juzgado especifica claramente que la plaza es de Segunda División B.

El único impedimento sería la nueva normativa de la Federación de Fútbol que entra en vigor este lunes, 1 de julio, para evitar refundaciones de equipos de fútbol sin hacerse cargo de las deudas anteriores. Pero el nuevo equipo de Hidalgo sólo compró los derechos federativos, sin carga alguna de deudas, según ha confirmado la Justicia, y lo hizo antes del límite establecido el pasado viernes a las 12:00 horas. Los próximos días serán intensos en los despachos para aclarar la situación.

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