Desde el inicio hasta el final, los locales manejaron el envite, ante un rival al que le gustaba más interrumpir el juego y ver si les legaba su ocasión que intentar hacerse con el mando del duelo. El Carbajosa ya perdonaba dos muy claras en el primer acto, primero Pablo y después Alfonso.
La segunda mitad fue todavía más de acoso y derribo por parte de los charros, pero el reloj pasaba y aunque lo más normal es que de tanto crear alguna entrara, los vallisoletanos se salieron finalmente con la suya y pescaron un punto que por juego y ocasiones debían de haber sido tres para los locales.
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