El Celta B se llevó los tres puntos del Reina Sofía de forma autoritaria y justa. Los visitantes ganaron por 0-2 a Unionistas, al que no le dieron opciones en ningún momento del choque.
El once inicial de Dani Ponz estaba formado por Cacharrón en la portería; Camus, Rojo, Erik y Carlos Giménez en la defensa; Villar, Tur, Álvaro Gómez y Serrano en la medular; y con Losada y Etxaniz en punta.
Dos estilos muy diferenciados en el verde. El Celta B proponía desde atrás con pases cortos y muchos desmarques a la espalda del centro del campo charro; Unionistas buscaba en largo a Losada y Etxaniz y, sobre todo, tenía la consigna de cargar área en cuanto tuviese la oportunidad.
Ponz metió a Álvaro Gómez como carrilero derecho y a Serrano por delante de Tur y Villar. La medular charra fue una mezcla de persecuciones al hombre y ayudas del futbolista libre para tejer una tela de araña en la que incomodar el talento del filial vigués.
Alfon encontraba el espacio en el intervalo central lateral en Unionistas y caía dentro del área ante Carlos Giménez. El colegiado no señalaba nada. Las ocasiones escaseaban. Poco más que un disparo de Serrano a las manos de Ruly, uno de Alfon a las manos de Cacha y una espectacular estirada del meta charro para evitar el gol de Raúl Blanco al filo del descanso.
La segunda mitad tuvo un ritmo muy distinto desde el principio. El Celta B se mostró superior a Unionistas y aparecía con mucha más soltura en campo charro. Ponz había movido ficha con la entrada de Ramiro por Camus aunque el escudo de Unionistas se rompió en el minuto 53 con un autogol a la salida de un córner.
Con Unionistas en la lona, los cambios tenían que ofrecerle más chispa en ataque. Pero lo cierto es que ni los titulares ni los suplentes de la zona ofensiva tuvieron opciones. Se jugaba a lo que quería el Celta B. Y así llegó el segundo gol, con una jugada sensacional en la que Fer López regaló el gol a Pablo Durán, que la puso en la escuadra ante Cacharrón.
Pudo hacer el tercero el equipo visitante en el tiempo de descuento con un disparo que acabó en el larguero. El pitido final incidió en que la bestia negra de Unionistas es el Celta B.
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